Demora de puentes genera malestar entre la ciudadanía
El pasado 1 de marzo se cumplieron 15 días del vencimiento del plazo que el Municipio de Guayaquil le otorgó a la contratista Pilotes Franki Ecuatoriana para la culminación total del reforzamiento y nivelación de las pilas No. 2 y No. 3 del puente de Las Monjas, ubicado en esta calle, que conecta a Urdesa con la Av. Carlos Julio Arosemena, en el norte de la ciudad.
La tarde del pasado jueves el personal de la empresa contratista continuaba con la obra de reparación, luego de que el 6 de diciembre del 2010 -es decir, hace un año y tres meses- parte de su estructura cediera, dejando a la zona con este paso inhabilitado. El monto total de la obra es de $ 609.858,10.
Según dijo uno de los funcionarios de la empresa que fiscaliza la construcción y que pidió la reserva de su nombre, el proyecto se encuentra avanzado en un 95%.
Desde el 23 de diciembre del 2011 el carril izquierdo de este viaducto, que desemboca en la avenida Carlos Julio Arosemena, fue abierto al tránsito vehicular y peatonal, mientras que el carril derecho permanece bloqueado hasta la finalización de los trabajos, en aproximadamente dos semanas.
Otra de las estructuras viales que se reconstruye desde junio del año anterior es el denominado Puente de la A, que se encuentra en el Suburbio Oeste de la ciudad, sobre el estero Puerto Lisa.
Según información de la Alcaldía de Guayaquil, el nuevo viaducto se asentará sobre 4 pilas interiores y dos estribos, y tendrá una extensión de 148 metros. Además contará con barandas de hormigón, 4 carriles con un total de 14 metros de ancho para la circulación vehicular y 6 metros de acera. Incluirá una zona para ciclovía y paso de peatones. El costo total de la obra, que está previsto que se concluya en julio de este año, es de $ 4’875.761,37.
Luego de un recorrido por la zona, este diario observó grúas y retroexcavadoras trabajando en el sitio, junto con aproximadamente 20 personas que removían estructuras metálicas y rocas. Dos pilotes del puente se encuentran colocados; sin embargo, no se pudo constatar avance en la instalación de las vigas y demás partes de la estructura.
Las personas que habitan y laboran en ambos sectores, y quienes utilizan estos puentes para trasladarse a diferentes zonas de la ciudad, manifestaron sus molestias por el tiempo que se han tomado en ambas construcciones. En el caso del puente de Las Monjas, la empresa constructora ha pedido prórrogas para su entrega.
“Yo vivo en Urdesa, entonces para ir hasta mi universidad me desvío por aquí porque es más rápido y me evita el tráfico. Antes de que estuviera parcialmente abierto me tocaba darme toda la vuelta y eso me resultaba muy molesto. No sé por qué se han demorado tanto”, afirma Gabriela Cabezas, estudiante de Economía.
“Este cierre ha perjudicado mucho nuestro traslado, ya es hora de que lo terminen”, afirmó Luis Arellano, quien utiliza también este viaducto.
En el suroeste, Gisella Flores, de 32 años y madre de 4 niños, vive al lado del campamento de construcción del nuevo Puente de la A. “Esas máquinas hacen ruido todo el día y levantan polvo, por eso hemos tenido a las criaturas con molestias en la garganta”, explica la mujer.
Criterios técnicos
El director de la carrera de Geología de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil, Ing. José Veloz, sostiene que para la correcta construcción de estas estructuras hay algunos aspectos importantes que deben considerarse desde el punto de vista geológico y geotécnico.
“En toda obra de ingeniería civil se deben hacer estudios de prefactibilidad. En el caso de estos puentes se deben determinar las características petrofísicas de las rocas, pues es allí donde se van a asentar las pilas, así como la salinidad del agua que las golpeará, su nivel de sedimento y su velocidad de circulación”, explica el especialista. Según dice, el tiempo promedio que toman estos análisis va de 3 a 6 meses.
Existe una segunda etapa que se denomina “diseño estructural”. En esta fase se determinarán la cantidad de pilas a utilizarse y el espesor de la losa de hormigón que forma parte de la estructura del puente. Además, deben realizarse otros estudios como el de tráfico y volumen de circulación que soportará.
“Para estas construcciones, hace unos 20 años se utilizaban pilotes prefabricados. Actualmente se realiza un prebarrenado, es decir, mediante la perforación del suelo se alcanza un estrato resistente para colocar el hormigón y construir las pilas”, explica el presidente de la Cámara de la Construcción, José Centeno.
Según el especialista, algunas condiciones climáticas también deben considerarse en la construcción, reparación y reestructuración de estos elementos viales.
“En invierno todo es más complicado, por las lluvias, inundaciones. Por eso, al momento de realizar estos estudios también hay que tener en cuenta las orillas de los ríos o esteros, es decir, los puntos de donde parte y hacia donde va a desembocar el puente, pues esto con el paso del tiempo puede verse afectado por la marea, los oleajes y otros fenómenos similares”, concluye.
Obras gubernamentales
Otras obras civiles de similares características y mayores extensiones se han culminado en el país durante los últimos años.
La más reciente es la construcción del puente sobre el río Napo y sus accesos. Está situado en la vía Coca-Auca-Twino, en la provincia de Orellana.
Esta obra fue entregada recientemente, el 29 de febrero, por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas; se realizó a una inversión de $ 48’792.557,83 y reemplazó al antiguo puente bailey de un solo carril.
También en la Amazonía, específicamente en Macas, se contruyó una nueva estructura que permitirá la entrada segura a este sector del país. El puente sobre el río Copueno fue construido por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, a través de un contrato adjudicado al Cuerpo de Ingenieros del Ejército. La estructura vial tiene 60 metros de longitud y su inversión asciende a $ 1’458.043.
En la provincia de Manabí se construyó el denominado “puente más largo del país”, con 1.980 metros de longitud, al que se llamó Los Caras, en honor a los primeros habitantes de esta región.
El viaducto conecta Bahía de Caráquez con San Vicente y está ubicado sobre el estuario del río Chone, en el norte de la provincia.
La obra tuvo un costo de $ 102 millones y fue inaugurada el 3 de noviembre del 2011. Finalmente, luego de varias prórrogas y un concurso nacional para determinar su nombre, el Gobierno concluyó el complejo vial denominado de la Unidad Nacional, obra que fue entregada el pasado 26 de septiembre del 2011 en medio de discursos y eventos artísticos. Este viaducto tiene una extensión de 1.975 metros y conecta a la ciudad de Guayaquil con las carreteras que la comunican con la mayor parte del país.
Al complejo de la Unidad Nacional se sumó la construcción del puente sobre el río Babahoyo, ubicado en el tramo Durán- La Puntilla (Guayas), que mejoró el acceso y comunicación entre las poblaciones de Guayaquil, Samborondón y Durán.
Este complejo incluye otros tres puentes, el primero y el segundo construidos en 1970 y el tramo que cubre la vía Guayaquil-La Puntilla, ejecutado entre 2002 y 2006.