Los parques, plazas, mercados y otros espacios bajo administración del Municipio de Guayaquil son blanco de robos y daños, pese a que en los lugares hay guardias privados y policías metropolitanos, encargados de cuidar los bienes públicos.

Los grafitis realizados con pinturas de aerosol, bolígrafos y marcadores, así como la sustracción y rayaduras de objetos metálicos, constituyen la agresión más común en estos lugares.

El pasado fin de semana, los grafitis pintados en la Columna de los Próceres, ubicada en el Parque del Centenario, por parte de supuestos hinchas del equipo de fútbol Emelec, es el daño más reciente en los   espacios bajo supervisión municipal.

La alcaldesa (e), Doménica Tabacchi, apenas se enteró  del particular, en su cuenta de Twitter, criticó la falta de control policial. “He ordenado limpiar de inmediato el Monumento de los Próceres agredido por vándalos. Continúa la violencia en las calles sin control policial”.

Los primeros que serán sancionados, administrativa y económicamente, dijo Tabacchi en un pronunciamiento público, son la empresa de seguridad que realizaba el servicio de custodia en el Parque del Centenario y los policías metropolitanos asignados al sector.

Como medida adicional se analizan los videos de las cámaras de “ojos de águila” para determinar a los responsables de los grafitis, quienes podrían enfrentar multas de $ 2 a $ 4, según lo estipulado en el Art. 604 del Código Penal.

La falta, considerada como contravención de primera clase, está contemplada en el estatuto y señala a quienes “causaren algún daño leve en las fuentes públicas, acueductos, faroles o cualquier otro objeto de servicio público; o rayaren, escribieren o ensuciaren las paredes de un edificio”.

Además, los imputados estarán sujetos a la ordenanza municipal del Uso del Espacio y Vía Pública que los obliga a  realizar trabajo comunitario para resarcir el daño a la propiedad pública.

Pese a las sanciones estipuladas, otros puntos como el Parque Lineal del Salado (a la altura de la megafuente), Mercado Municipal 6 de Marzo, se evidencia la colocación reciente de pintura como medida para borrar grafitis.

Mientras que en la parte posterior del Mercado Artesanal Machala, ubicado en la calle José de Antepara, se observan varios nombres pintados en azul que fueron tachados con cruces y falos dibujados en negro.

María Benítez, quien hace un año se mudó al sector, comentó que los grafitis ya estaban en el punto cuando llegó a su nueva vivienda. “El sitio es bastante inseguro... no solo faltan los policías sino que los metropolitanos se limitan a cuidar el interior del mercado”.

La agresión a bienes municipales y bienes públicos y privados tiene algunos precedentes, entre ellos, los rótulos pintados en las paredes de la Iglesia de la Merced y el Cabildo, en 2008.

En aquella ocasión fueron detenidas cuatro personas que viajaron desde Quito y plasmaron leyendas alusivas a Nebot y a  monseñor Antonio Arregui. Los imputados subsanaron el daño pintando las paredes.

El Cabildo, como incentivo para que se denuncien estas contravenciones, resolvió en julio de 2011 ofrecer recompensas de $ 1.000 a quienes realicen denuncias, debidamente graficadas, contra las personas que destruyan las propiedades privadas o públicas con rayones, grafitis, pinturas o cualquier otro tipo de acto delictivo.