Los locales en calle guayacanes fueron cerrados el martes anterior
Comerciantes tienen 60 días para acatar ordenanza
La calma volvió a los locales de expendio de shawarma -platillo de origen turco- en Urdesa, al menos por 60 días, el plazo otorgado por el Municipio a los propietarios de estos negocios para que acaten las ordenanzas que rigen en el sector.
En septiembre de 2016, el Cabildo aprobó un nuevo estatuto con el que prevé controlar las condiciones para establecer espacios comerciales en la zona. Entre las nuevas estipulaciones están el número de parqueos dependiendo de las dimensiones del local.
Según el director de Justicia y Vigilancia municipal, Xavier Narváez, la ordenanza fue comunicada oportunamente en todos los negocios de shawarma, ubicados en la calle Guayacanes y que, al no ver cumplimiento, el martes anterior procedieron a la clausura.
Durante dos días, los negocios permanecieron cerrados hasta que el jueves al mediodía hubo un acuerdo para reabrirlos bajo el compromiso de acatar las regulaciones municipales.
Sin embargo, los comerciantes afectados sostienen que no hubo socialización del tema y que desconocían los detalles de las nuevas reglamentaciones.
Ali Bazih, administrador de La Turquita, afirmó que hasta la noche del martes anterior desconocía que estaba incumpliendo con las reglamentaciones tras casi 11 años en la calle Guayacanes.
Entre las correcciones solicitadas por la Dirección de Justicia y Vigilancia está la colocación de una protección -carpa o techo- para la parrilla donde se cocina el shawarma y ampliar el rótulo que identifique el nombre del local. “Toca cumplir pero sí fue bastante penoso que (personal municipal) sacaran a mis clientes, algunos con shawarma en la mano y yo sin saber por qué”.
Ali El Hamad, de Shawarma Javivi, tampoco encontró explicación a la clausura. Su local cuenta con protección para la parrilla y un rótulo que es lo bastante visible como para distinguirlo desde la avenida Víctor Emilio Estrada.
Al igual que Bazih, El Hamad tiene aproximadamente una década en la zona y aseguró que nunca ha tenido complicaciones por incumplimientos de ordenanzas. En su caso, “el problema pasa por los espacios para parqueo que ahora tengo que delimitar”.
Por su parte, Louis El Najjar, de El Arabito, no tuvo las dificultades de otros negocios. El local tiene aproximadamente un año y comenzó a funcionar con el estatuto aprobado en septiembre de 2016 por el Concejo cantonal.
Para el comerciante, el suceso de hace cuatro días incluye otras situaciones como denuncias de habitantes del sector “porque había quienes abrían hasta la madrugada y eso empezó a generar inseguridad”.
En cuanto a la exigencia de estacionamientos, El Najjar aseguró que solicita a sus comensales que parqueen sus vehículos en lugares autorizados cercanos.
Cuando la ordenanza fue aprobada, los concejales de la alianza PAIS-MCD votaron en contra. El edil Gustavo Navarro, miembro de este grupo, explicó que para cuando se presentó el proyecto del estatuto “hubiese sido fantástico que primero pasara por las comisiones legislativas de Regeneración Urbana, de Obras Públicas, de Vía Pública y de todo lo que compete”.
Acotó que solicitaron a la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) un estudio de la vialidad del sector pero no obtuvieron respuesta. Mientras, los comerciantes de la calle Guayacanes proyectan tener los arreglos solicitados para cuando llegue agosto. (I)
El dueño del local Malek al Shawarma debió retirar una estructura esquinera que sostenía una pancarta publicitaria, por disposición del Municipio. Foto: Miguel Castro / EL TELÉGRAFO