El titular de la Dirección de Justicia y Vigilancia del Municipio de Guayaquil, Xavier Narváez, ayer salió al paso de las críticas contra las restricciones vigentes en el cerro Santa Ana, y trató de explicar las razones por las que no se puede ir a beber y bailar en la zona patrimonial.

Según el funcionario, el Santa Ana es un lugar de recreación y no un sitio de diversión en el que se pueda vender alcohol y bailar en discotecas.

Narváez, en una radio local, recordó que nunca se concibió ese espacio como un lugar de farras. “Al transcurrir el tiempo muchos locales pasaron de fuente de soda a restaurantes -lo cual  toleramos-, incluso que se coma y tome  una bebida, pero se violó todo cuando se instalaron  discotecas”.

El Cabildo se mantiene en que el cerro no es uno de los puntos autorizados para la diversión, sino que en la ciudad existen otros lugares, como  la zona rosa, donde se puede consumir alcohol y bailar.

Para Narváez, el exceso de alcohol, el libertinaje y el  baile traen problemas, como la delincuenciaPara Narváez, el exceso de alcohol, el libertinaje y el baile traen otros  problemas, como la delincuencia.  “No se persigue a los comerciantes y se permite trabajar, no es como el caso de los casinos, que fueron cerrados por el Gobierno”.

En el cerro Santa Ana, añadió, desde que se tomó la medida ha mejorado el turismo. Ha subido el nivel de concurrencia de personas que avanzan al faro, a la iglesia y a observar  la ciudad desde la parte alta.  

Por su parte, el alcalde Jaime Nebot, quien recién ayer se pronunció públicamente sobre el tema, denunció que las medidas, como prohibir el baile, se tomaron porque en  las discotecas de los alrededores venden y consumen drogas.

Además, confirmó que se violaba la ley cuando se instalaron discotecas (que no tienen permiso para desarrollar esa actividad). “La gente borracha y drogada se orinaba en las escaleras. No podemos permitir eso y estamos en la obligación de preservar el lugar”.

El artículo 8 de la norma que regula las actividades en las zonas regeneradas del Santa Ana prohíbe ruidos que perturben o trasciendan el ámbito del establecimiento.

Asimismo, restringe el consumo de bebidas alcohólicas en los espacios públicos. También, está vigente la norma que impide mantenerse o deambular por la zona del cerro con vestimentas que “atenten contra el decoro”.