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El cabildo tiene las competencias de mantener dos obras que están en mal estado

4 años después de denuncia de puentes dañados, el Municipio no los repara

Los peatones que transitan por el Puente de Gómez Rendón y la 38 cada vez tienen menos barandas que sirvan de protección. Los tubos metálicos han sido sustraídos. Foto: William Orellana / El Telégrafo
Los peatones que transitan por el Puente de Gómez Rendón y la 38 cada vez tienen menos barandas que sirvan de protección. Los tubos metálicos han sido sustraídos. Foto: William Orellana / El Telégrafo
19 de abril de 2015 - 00:00 - Redacción Guayaquil

Por el puente de la G, en el Suburbio de Guayaquil, no se puede caminar sin concentración. El riesgo es alto.   

De esa manera, se puede salir ileso al usar esa obra pública, pues en el camino hay desniveles y agujeros. ‘Los distraídos’ pueden terminar en las aguas del estero Salado o en la vía. Ya existen casos de peatones que confiados en la seguridad del viaducto han terminado mal.

Es el caso de Herminio Moreira, de 56 años de edad, quien en diciembre de 2011 cayó por una abertura que está en los espacios laterales para peatones.   

El resultado: cayó estrepitosamente en una fosa, de donde solo pudo ser sacado por el Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.

Por las lesiones, durante varios días tuvo que usar un cuello ortopédico. También, tuvo que dejar de trabajar. “Si el puente hubiese estado en buenas condiciones aún estaría recorriendo las calles de la urbe vendiendo mis productos”, dijo visiblemente molesto.

En el viaducto de la G y la 29 hay grietas. Los ciclistas no pueden usar el carril de peatones debido a que hay agujeros enormes. Foto: William Orellan /El Telégrafo

Un equipo de diario EL TELÉGRAFO volvió al mismo lugar, 4 años después del accidente, y corroboró que nada ha cambiado en la intersección de la G y la 29. En el sitio se mantienen los daños.       

De sus costados sobresalen las varillas de hierro oxidado. Cada día desaparece la cobertura de cemento. Los vecinos denuncian que, como nadie vigila el lugar, personas desconocidas rompen el cemento y se llevan el metal.

Sin embargo, producto del deterioro en el piso se han formado agujeros.

Domingo Campos, residente de la zona, denuncia que en las últimas tres décadas el viaducto no ha recibido mantenimiento.

Incluso él se lesionó el pie izquierdo cuando tropezó por culpa de un boquete. Actualmente en ese sitio se evidencian hundimientos y una grieta que surca uno de los carriles.

En cambio los usuarios del Patria, otro puente, también del Suburbio porteño, señalan que en casi un lustro no se han repuesto los pasamanos. Es más, el equipo de este diario corroboró que hay menos tubos metálicos de protección.

Magdalena Yagual, vecina del sector Gómez Rendón y la 38, denuncia que ya se han sustraído 20 de las barandas. “Hay mucha inseguridad. Las autoridades deberían arreglar este puente”.

De acuerdo con el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad), es responsabilidad del Municipio de Guayaquil dar mantenimiento a ese espacio.

El artículo 55 del Cootad reza: “Es competencia exclusiva de los Gobiernos Autónomos Descentralizados Municipales la planificación, construcción y mantenimiento de la vialidad urbana”. 

Asimismo, el 54 señala: “Los municipios están obligados a construir la obra pública cantonal correspondiente, con criterios de calidad, eficacia y eficiencia”. (I)

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