Piden al Municipio de Guayaquil acciones urgentes
20 vecinos se unen para mejorar vías ante las lluvias
El paisaje se repite en varios sectores del noroeste de la ciudad con caminos de tierra que al caerle agua provocan un lodo que permanece días después de haber llovido.
En la II etapa de la Sergio Toral existen 3 calles paralelas donde se empoza agua que luego termina volviéndose putrefacta, funciona como vivero de mosquitos y ocasiona el estancamiento de vehículos.
En la esquina de la manzana 7, solar 1, se venden meriendas y desde allí la ciudadana Melania Vedor, de 31 años, que empezó a habitar en el sitio desde 2008, espera el tanquero para abastecerse de agua, pues no existe alcantarillado sanitario ni pluvial. Prueba de lo último son los grandes charcos que se pueden visualizar.
“Yo salgo así nomás, en zapatillas, solo me alzo el pantalón; esto es muy complicado, cuando se llena, de verdad se llena”, cuenta desde el zaguán de la manzana 15 la pobladora Marilú Solórzano, de 34 años.
A mediados de diciembre pasado, la Municipalidad hizo el primer censo de población en este sitio; sin embargo, no se les ha notificado en qué fecha aproximada harán el recenso como tampoco se les ha facilitado información sobre una planificación urbana que les brinde pavimentación.
Para solucionarlo, una barriada de 20 personas se reunió la semana pasada y discutió la necesidad de conseguir -entre 5 y 10- volquetadas de cascajo o arcilla (a $25) que rellenen los huecos para que el agua no genere caos en las próximas lluvias.
En la cantera el precio suele bajar a $20 por cada volqueta con material pétreo; para lo cual el vecindario recolecta $10 por casa.
“En las reuniones que hicieron el año pasado, nos dijeron que sí nos iban a rellenar la calle, se recogió firmas, pero hasta la vez vemos que se haya hecho algo, no nos han tomado en cuenta”, rememora Clemencia Quiñónez.
En barrios de Monte Sinaí, como Shiblón, también en Nueva Prosperina, o incluso en cooperativas como Ignacio de Loyola, la condición es similar. (I)