Los vecinos del Cerro del Carmen, ubicado en el centro de Guayaquil, estaban alegres, porque después de mucho tiempo pudieron pintar las fachadas de sus viviendas. Los residentes escogieron el color verde. El tono intenso de los inmuebles, algunos de varios pisos, los hace sobresalir entre el resto de construcciones de la colina.

Una veintena de familias quedaron contentas porque la pintura les resultó gratis. Fue obsequiada por dirigentes barriales. Sin embargo, tener una fachada de ese tono se convirtió en un problema para los humildes moradores. Personal del Municipio de Guayaquil impuso una multa de $1.000 a cada uno.

El “delito”: haber puesto letreros, con diversas leyendas, en las fachadas de las casas. Patricia Torres, moradora hace tres décadas, instaló una pancarta con la leyenda “Viva Guayaquil”. La letra era azul “eléctrico”.

Mariana Angamarca, residente hace 30 años, también fue castigada por ubicar un letrero similar. En otras viviendas colocaron: “¡Te ♥ Correa!” “¡Estamos contigo!” y “¡Reelección!” Todos recibieron, sin previo aviso, una notificación de la Dirección de Justicia y Vigilancia.

Los habitantes se sorprendieron por la medida, pues los empleados de la administración de Jaime Nebot se acercaron por la mañana del viernes, con engaños, pidiendo planillas de agua (para conocer los nombres de los propietarios), pero en la tarde regresaron con las notificaciones.

Mariana vive de la venta de productos en una pequeña tienda. No comprende el conflicto. Le dieron un plazo de 72 horas  para pagar los $1.000 a la Alcaldía. Hoy, miércoles 6 de julio, debe entregar sin falta el monto. “¿De dónde voy a sacar tanto dinero?”, se pregunta preocupada.

Mientras que Patricia, que nunca ha tenido problemas con las autoridades, comenta que pintó su inmueble de ese color porque se ve bien  y no tenía nada de malo. “No tiene sentido lo que hace el Municipio. Parece una retaliación política”.

El párroco José Tuárez y el dirigente Segundo Sarmiento piden al Alcalde que arregle el alcantarillado que afecta a vecinos del Cerro del Carmen. Foto: Miguel Castro / El Telégrafo

¿Por qué pusieron los letreros?

Los vecinos coinciden en algo: son un sector olvidado por el Municipio de Guayaquil. Tras muchos años de peticiones al Cabildo (administrado por el Partido Social Cristiano desde 1992) no han recibido obras.

Sus calles eran de tierra y de difícil acceso para los peatones. Recuerdan que hace 9 años, gracias al apoyo de funcionarios de la Gobernación del Guayas, recién pavimentaron la entrada principal (Proyección Boyacá) y algunos callejones.

Por ese motivo, aseguran, expresaron el agradecimiento en las pancartas de las fachadas. La indignación del vecindario es tan grande que hasta el párroco del sector rechaza la sanción económica aplicada contra los habitantes.

El padre José Tuárez, de la Capilla del Carmen, ve una alcantarilla colapsada junto al templo. Se sorprende de que las autoridades seccionales no se hayan percatado de la deficiencia de las aguas servidas en la vía pública, pero sí de los letreros. “Como párroco espero que no les cobren un centavo. Pido al Gobernador del Guayas que se convierta en un intermediario (ante el Alcalde) para que nuestra gente, que es pobre, no pague $1.000. Si somos una comunidad que no tiene dinero, cómo van a pedir esa cantidad. Sacar $ 20.000 al cerro es imposible, es un atropello”.

Otra de las necesidades apremiantes de este sector (que está junto al Hospital Neumológico Alfredo Valenzuela) es la construcción de una calle para que los automotores puedan ingresar.

Actualmente cuentan con un acceso angosto. No obstante -según los vecinos- les informaron que el Cabildo hará jardineras, lo que originará que ancianos, personas con discapacidad y niños tengan que caminar un extenso trayecto, pues los vehículos se quedarán sin acceso.

“Las motobombas aquí no pueden entrar porque carecemos de una calle amplia. Si hay un incendio aquí nos morimos todos. He ido al Municipio, pero en la Dirección de Obras Públicas me han respondido que las mangueras de los bomberos son largas y que a los ancianos se los puede cargar”, se queja el morador Iván Cobos.

El dirigente Segundo Sarmiento, conocido como “Sarmiento es Pueblo”, recuerda que hasta las escalinatas de cemento debieron ser construidas por la gestión de los mismos habitantes. “Hemos hecho hasta los arreglos en la capilla”.

Justificación municipal

Según la notificación de la Alcaldía, la sanción está respaldada en la Ordenanza para la Instalación de Rótulos Publicitarios en el cantón. El artículo 7, literal h), establece la prohibición de “Colocar rótulos o anuncios publicitarios que estén apoyados sobre fachadas...”.

Empero, en un recorrido que hizo el equipo periodístico de EL TELÉGRAFO, detectó que la administración municipal sí permite la colocación de letreros en las obras construidas en la administración de Nebot (incluye su nombre y rostro).

En el parque lineal de la Avenida  Barcelona existe una pancarta con su rostro y otra con su nombre.

De la misma manera, en la calle que pavimentó hace poco el Cabildo porteño en Urdesa (la Manuel Rendón S.) existen postes con la leyenda: “Obra de Nebot”, pero allí no se ha sancionado a nadie con $1.000 ni han sido borrados los mensajes que ya tienen meses. (I)

El alcalde Jaime Nebot tiene 2 rótulos en el interior del Parque Lineal de la Avenida Barcelona, en los que se promueve su imagen y las obras de su administración. Foto: Miguel Castro / El Telégrafo