Con solitaria conquista del argentino Maximiliano Bevacqua que ya contabiliza 19 goles, Deportivo Quito continúa con su campaña perfecta y ayer en el estadio olímpico Atahualpa consiguió su octavo triunfo consecutivo ante Olmedo, que lo afirma como líder del certamen ecuatoriano y cada vez más cerca de acceder a la final.

Los “chullas” fueron dueños absolutos del balón en los primeros minutos. Intentaron abrir el marcador y tras una rápida jugada personal del “Maxi” apareció el defensa visitante Javier González para detenerlo y propiciar una falta que fue dictaminada como tiro penal.

El propio Bevacqua fue el encargado de ejecutar el lanzamiento a los 9 minutos y desatar así la euforia entre los seguidores “azulgrana”. Eso inyectó más energía en el líder del torneo, pero sus avances no tenían el peligro de antes y mucho menos claridad sobre el pórtico defendido por Robinson Sánchez.

Los desbordes del volante local Juan Carlos Paredes ya no fueron precisos ni frecuentes para que el esquema táctico 4-3-3 del “pelado” Carlos Ischia genere más anotaciones. Pese a los esfuerzos del capitán Fernando Saritama, los delanteros Fidel Martínez y Maximiliano Bevacqua no tuvieron el abastecimiento necesario y las posibilidades de aumentar la diferencia se diluyeron ante la desazón de sus seguidores.

Eso permitió que el adversario tome la iniciativa sin modificar el sistema defensivo 5-3-2 que el DT  Dragan Miranovic plantó. Por eso las pocas llegadas que crearon carecieron de fuerza para inquietar al golero Marcelo Elizaga.

Recién a los 33’ reaccionaron los dueños de casa y tras un pase preciso de Martínez llegó un remate de Bevacqua que concluyó en las manos del guardameta Sánchez. A jugada seguida los  riobambeños pudieron empatar, pero Luis Rodríguez no atinó a rematar ante la facilidad que brindó el elenco “chulla” y sobre todo el golero Elizaga que ni siquiera observó la pelota. Se fueron al descanso  en desventaja.

En el reinicio del partido nuevamente el control del encuentro y las mejores ideas fueron para los del  elenco quiteño. Mas como ocurrió en el primer período los ataques se diluyeron ante una marca efectiva de los de la “Sultana de los Andes” que siempre lucieron apegados al esquema del entrenador europeo.

Miranovic no paró de gesticular durante el encuentro para lograr que sus pupilos adelanten las líneas y lleguen con más insistencia sobre el arco local. Pese a sus esfuerzos y gritos los jugadores no entendieron con exactitud sus indicaciones y desperdiciaron varias ocasiones de alcanzar el empate.

Los “azulgrana”, en cambio, se dedicaron a esperar al adversario sin crear ni una sola ocasión de peligro sobre la valla riobambeña, en la que Sánchez  lució más seguro y con toda la solvencia para impedir que su pórtico sea nuevamente vulnerado.

Tuvo el acompañamiento ideal en el bloque defensivo, en el que Elvis Bone se convirtió en el eje de la zaga   aunque a veces recurrió a la fuerza, pero estuvo oportuno para despejar todo lo que llegó por su zona.

Ese ímpetu fue lo que faltó en los chispazos de contragolpe que generaron los riobambeños y no pudieron aprovechar las facilidades que brindaron los líderes del certamen, que  por disposición del entrenador argentino se dedicaron a defender el resultado.

No quisieron sacar ventaja de la superioridad de su plantel que se da el lujo de tener tres foráneos esperando en la banca. Por eso cuando Ischia dictaminó la salida de la dupla ofensiva (Martínez-Bevacqua), los abucheos de la afición apostada en el sector de la preferencia no se hicieron esperar. Sus reemplazos precisamente fueron los coterráneos del entrenador (Alustiza y Carretero) que llegaron para esta etapa y aún no alcanzan el nivel deseado.

Al final del encuentro, los quiteños terminaron pidiendo tiempo porque se vieron sorprendidos por la insistencia de los visitantes que intentaron sin fortuna alcanzar el gol del empate. Pese a eso, Olmedo se fue satisfecho con su rendimiento.