Este martes se abrió un proceso disciplinario contra las federaciones de fútbol de Italia y Croacia por los incidentes que provocaron que se tuviera que detener el partido de clasificación para la Eurocopa 2016 que ambas selecciones disputaron en Milan el domingo, informó la UEFA.

Croacia está acusada de comportamiento racista de sus aficionados, descontrol de su hinchada y lanzamientos de objetos y bengalas, mientras que Italia está acusada por el uso de bengalas. El caso será estudiado por la instancia disciplinaria de la UEFA el 11 de diciembre.

Diecisiete aficionados croatas fueron detenidos por la violencia cometida con motivo del partido. La policía hizo 2 oleadas de detenciones. Primero aprehendió en el estadio a los responsables del lanzamiento de bengalas al campo y a las tribunas, que provocaron la interrupción del partido durante unos 10 minutos.

El restos de aficionados croatas fueron detenidos tras las acciones violentas fuera del estadio: lanzamiento de objetos y bengalas hacia las fuerzas de seguridad y los aficionados que abandonaban el estadio tras el partido.

El mismo domingo por la tarde, el seleccionador croata Niko Kovac pidió perdón en rueda de prensa. "Estoy decepcionado por el comportamiento de nuestros hinchas, algo que ya ocurrió en Suiza. Pido perdón a todo el mundo, ya lo he hecho sobre el césped" a los jugadores y el equipo italiano, afirmó el exjugador.

El lunes por la tarde, la Federación Croata de Fútbol denunció en Zagreb el comportamiento de este grupo de aficionados, a los que acusó de ser los instigadores del lanzamiento de bengalas y de "los gritos racistas y fascistas" durante el partido.

"Pusieron en peligro la seguridad de los jugadores y de los espectadores y hemos asqueado a todo el fútbol europeo", se leía en un comunicado.

La Federación también pidió a la justicia que persiguiera a los hooligans que participaron en los incidentes e invitó al gobierno y a las instituciones competentes a "actuar con energía y determinación" contra esta plaga.