Thiago Alcántara y Rodrigo comparten en el Mundial 2018 un sueño de infancia que se convirtió en familiar.

Sus padres fueron compañeros y amigos. Emigraron de Brasil a Vigo (España) y allí, siempre rodeados de una pelota de fútbol, crecieron dos jugadores que se consideran primos y familia, aunque no tengan la misma sangre.

“Es una historia bastante interesante y peculiar”, reconoció Rodrigo Moreno, que echó la vista atrás para recordar sus primeros pasos en el fútbol junto a Thiago y cómo ahora ambos representan a la selección de España en la competición que sueña con jugar cualquier futbolista: una Copa Mundial.

Thiago es hijo de Iomar do Nascimento “Mazinho”, mediocentro campeón del mundo con Brasil que en sus inicios en el Vasco de Gama, antes de triunfar en Europa, se medía con quien se convertiría en su gran amigo y hermano, Adalberto Machado.

Adalberto, padre de Rodrigo, era un elegante lateral del Flamengo de los años 80 hasta que las duras lesiones cortaron de golpe una carrera que se prometía de largo recorrido y llena de éxitos.

Generaron una relación prácticamente familiar. Tanto que cuando Mazinho creó una escuela en Vigo (España) se acordó de inmediato de su amigo Adalberto, a quien el fútbol le había dejado a medio camino de la gloria.

Thiago, hijo mayor de Mazinho, también padre de Rafinha, y Rodrigo compartieron aventuras en los infantiles del Ureca, un club de Vigo, en dos años inolvidables donde alimentaron sus sueños de convertirse en futbolistas. Como sus padres.

“Guardo bonitos recuerdos de aquella época”, expresó Rodrigo en Krasnodar, donde España estableció su “cuartel general” al sur de Rusia.

“Antes de viajar revisé en casa con mi madre fotos de pequeños. Encontré una especie de Mundialito que jugué con Thiago en 2001 entre colegios. Cada uno representaba una selección y nosotros éramos Inglaterra. Es gracioso ver ahora que estamos juntos en un Mundial de verdad”.

Las ofertas se acumularon para los dos pequeños que deslumbraban en el Ureca. Thiago eligió el FC Barcelona y Rodrigo, el Celta, antes de ser fichado por Real Madrid.

Las mejores canteras de España formarían a dos futbolistas que no han parado de crecer. Les han ayudado sus experiencias fuera de su país. En el Bayern Múnich, el centrocampista; en el Benfica y el Bolton, el delantero.

La selección brasileña descartó en las categorías inferiores su captación por una política de no contar con jugadores formados lejos de su país. Abrió las puertas a la española, que ya los juntó en la categoría sub-19 y ambos conquistaron el Europeo de Israel con la sub-21 dirigidos por Julen Lopetegui.

El tiempo no hizo más que confirmar su crecimiento. Thiago es un fijo para Julen y Rodrigo se ganó su presencia en el Mundial de Rusia gracias al mejor año de su carrera, en el Valencia. Atrás queda el sufrimiento de ambos con lesiones duras. Es el momento de disfrutar de un sueño “familiar”.

“El hecho de poder llegar a este nivel con tu gran amigo de la infancia es increíble. Con 6 años teníamos el sueño, pero es difícil imaginar que podíamos estar aquí representando a España en el Mundial. Fuimos campeones con la sub-21 y ahora estamos aquí, con una historia bonita que estoy contento de compartir con Thiago. Nuestras familias están igual de contentas y felices”.

Ambos jugadores representan el vínculo familiar que crea el fútbol alrededor de un balón. (I)