Napout, un paraguayo en la cima del fútbol mundial
El paraguayo Juan Angel Napout, entronizado vicepresidente de la FIFA en medio de la tormenta por corrupción que atraviesan las instancias futbolísticas internacionales, es un empresario que empezó su trayectoria liderando al club Cerro Porteño, antes de dirigir la Federación guaraní y la Conmebol.
Con 57 años, Napout encarna una nueva generación de dirigentes que tendrá como desafío dar un nuevo soplo al fútbol sudamericano envuelto en sospechas y de suceder en Zurich al controversial argentino Julio Grondona, máximo representante de Sudamérica ante la FIFA desde 1988 hasta su muerte en 2014.
La Conmebol fue salpicada por el escándalo revelado el miércoles por la justicia estadounidense que pidió la detención de dos eminentes dirigentes del fútbol sudamericano sospechados de haber recibido sobornos.
El uruguayo Eugenio Figueredo, de 83 años, efímero presidente de la Conmebol (2013-2014) y vice de la FIFA (2014-2015), está detenido en Zurich, y la justicia de EEUU pidio la extradición del paraguayo Nicolas Leoz, de 86 años, emblemático presidente de la Conmebol entre 1986 y 2013.
Desde que tomó el timón de la Conmebol, Juan Angel Napout prometió transparencia. Puso énfasis en la formación de los árbitros, la lucha contra la violencia y asegurar los 5 boletos de la región para el Mundial, uno de los cuales se dirime en un repechaje.
En los últimos años e incluso en los recientes incidentes de Boca-River en Copa Libertadores, Napout asegura que "se han tomado sanciones que nunca se habían tomado en la historia de la Conmebol".
"Estamos acá para defender el fútbol. Es fundamental que los estadios sean cada vez más seguros. No nos pueden ganar los violentos. No hay que esperar un Heysel (39 muertos en 1985) o un Hillsborough (96 muertos en 1989). El responsable de los partidos es el club o la selección, no el equipo visitante", dice Napout.
El paraguayo quiere que se "prohíba" la entrada a los estadios de los hinchas violentos. "¿Por qué no lo hacemos todos juntos? Todos sabemos quiénes son, en cada uno de nuestros países. Y se acabó la violencia", sostiene.
Napout, cuyo abuelo emigró del Líbano a Paraguay, jugaba de portero en pequeños equipos amateurs de la capital paraguaya, Fluminense y Deportivo Colón. También al voleibol.
Más organizador que deportista
Consciente de que no tenía un gran futuro como deportista de alto nivel, se formó desde temprana edad como organizador de eventos deportivos. Sus compañeros de universidad recuerdan el éxito de los Juegos universitarios a finales de los años 1970.
Antes de egresar de la Universidad Católica con una licenciatura en Administración de Empresas, había empezado a trabajar en la empresa familiar fundada por sur padre Miguel Angel Napout, importadora de Marlboro y otras marcas de cigarrillos en Paraguay.
Como su padre, Juan Angel Napout fue presidente de Cerro Porteño, uno de las dos grandes instituciones futbolísticas de Paraguay con Olimpia. Asumió en 1989 con solo 32 años. Al año siguiente, el club gana el campeonato (1990).
Hombre de consenso, poco a poco asume responsabilidades en la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), hasta presidirla a partir de 2007. La selección guaraní llega a los cuartos del Mundial de Sudáfrica 2010 y a la final de la Copa América 2011 en Argentina.
Desde que empezó a dirigir la Conmebol, se desvinculó de su labor empresarial y cedió las riendas de la empresa familiar.
El 4 de marzo, el 65 Congreso de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF) pareció un plebiscito. Sin oponentes, fue elegido por unanimidad de los diez países.
Ese día, dio la medida de su talento de orador, pronunciando un discurso en 5 idiomas: español, francés, inglés, portugués y guaraní, el idioma indígena que se habla en Paraguay y en el noreste de Argentina.
Algun día, podría lanzarse en política en su país, pero prefiere la política del deporte.
Con sus nuevos galardones de vicepresidente de la FIFA, asistirá en junio a la Copa América en Chile.
Napout, que pensaba enfocarse en lo deportivo, ahora tendrá que conducir la organización en una agitada etapa a raíz de las denuncias de presunta corrupción. (D)