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El Telégrafo

Los directivos de la fef, en rueda de prensa, indicaron que la institución no recibió sobornos como lo indica el informe del fbi

En 2014, 32 países recibieron regalos de la FIFA

En 2014, 32 países recibieron regalos de la FIFA
29 de mayo de 2015 - 00:00 - Redacción Fanático

Las investigaciones y arrestos realizados el miércoles pasado por el Departamento de Justicia de EE.UU. y la fiscalía de Suiza, se suman a una larga lista de casos de corrupción, que en el pasado involucraron a altos funcionarios de la FIFA.

El 28 de febrero de 2002 el diario británico ‘The Daily Mail’ reveló una posible compra de votos, en la primera elección de Joseph Blatter como presidente de la FIFA en 1998.

Tres meses después (5 de mayo) en un informe presentado por el entonces secretario general de la FIFA, Michael Zen-Ruffinen, se realizan graves denuncias contra Blatter por malversación de fondos.La cifra alcanzó los $ 500 millones.

Araíz de la presentación del informe, cinco vicepresidentes y cinco miembros del directorio de la FIFA, entablaron una demanda contra Blatter, pero este fue declarado inocente y posteriormente el secretario general fue despedido.

En 2010 la cadena de televisión BBC presentó un documental sobre la ‘suciedad’ que la FIFA quiere esconder. En la producción se acusó a uno de los vicepresidentes de la FIFA, Jack Warner (hoy detenido), de Trinidad Tobago, de solicitar entradas por un valor de $ 70 mil para el Mundial de Sudáfrica 2010 con la intención de destinarlas al negocio de la reventa.

En octubre del mismo año el diario británico ‘The Sunday Times’ informó que varios altos ejecutivos de la FIFA estaban dispuestos a entregar sus votos a una candidatura concreta para el Mundial 2018 a cambio de sobornos.

Blatter ordena que se abra una investigación sobre el caso y en pocos días la Comisión de Ética de la FIFA separa por un mes al francés Reynald Temarii, vicepresidente del Comité ejecutivo, y al nigeriano Amos Adamu, a los que ‘The Sunday Times’ filmó con una cámara oculta mientras pedían dinero a cambio de su voto. Semanas posteriores el comité de ética inhabilita un año a Temarii y tres a Adamu.

Chuck Blazer (abajo) junto a Joseph Batter (arriba), durante una reunión de Comité Ejecutivo de FIFA en 2011. En ese entonces mantenían buenas relaciones. Foto: AFP

Nuevamente la BBC, en noviembre de 2010, publica un documento confidencial de la firma de marketing deportivo ISL, acerca de presuntos sobornos a tres miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA, el presidente de la Conmebol (en ese periodo), Nicolás Leoz; el presidente de la Confederación Brasileña Ricardo Texeira y el camerunés Issa Hayatou. La información vinculaba, nuevamente, a uno de los vicepresidentes de la FIFA, el trinitense Jack Warner, con el negocio de la reventa de entradas en varias ediciones de la Copa del Mundo.

En mayo de 2011 el expresidente de la Federación Inglesa, David Triesman, denuncia en la Cámara de los Comunes que los directivos de la FIFA, Warner, Leoz, Teixeira y el tailandés Worawi Makudi, trataron de sobornarlo a cambio de votar por Inglaterra como organizador del Mundial 2018.

En octubre del mismo año el secretario general de la Concacaf, el estadounidense Chuck Blazer, anuncia que renunciará al cargo tras denunciar una posible compra de votos por Jack Warner y Mohamed Bin Hammam en las últimas elecciones de la FIFA.

Blazer es quien destapó el escándalo de corrupción de la FIFA y reveló información y pruebas contundentes al Departamento de Justicia de los EE.UU. y al FBI.

Uno de los casos más sonados a nivel mundial se reveló en julio de 2012 cuando la FIFA publicó documentación del caso ISL que confirma que Joao Havelange (presidente de FIFA entre 1974 y 1998) y el brasileño Ricardo Teixeira recibieron sobornos procedentes de  esta empresa.  

Havelange habría percibido alrededor de 1,5 millones de francos suizos en 1997 y Teixeira, yerno del primero, al menos 12,74 millones de francos suizos entre 1992 y 1997.

En  julio de 2014, la FIFA volvía a ser noticia por otro grave caso de corrupción. El británico Raymond Whelan, uno de los directores de la Match Hospitality, empresa contratista de la FIFA, fue detenido por la policía brasileña, tras ser acusado de liderar una red internacional de reventa de entradas en los últimos cuatro mundiales de fútbol.

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Phillipe Blatter, uno de los sobrinos del actual presidente de la FIFA, era propietario de una empresa que en ese momento tenía una participación minoritaria en Match Hospitality, por lo que los nombres de tío y sobrino se vieron implicados en el asunto de corrupción.

Para el Mundial de Brasil 2014,  todos los miembros del comité ejecutivo de la FIFA y los presidentes de las federaciones de los 32 países participantes y los presidentes de las asociaciones de la Conmebol (entre ellos la Federación Ecuatoriana de Fútbol) recibieron, como regalos de bienvenida relojes de lujo suizos valorados en $ 21.000.

El diario británico ‘The Sunday Times’ publicó en junio 2014, documentos que muestran que el exdirectivo de la FIFA, Mohamed Bin Hammam, realizó pagos por $5 millones a responsables de fútbol africanos para comprar votos para el Mundial de Catar.

Los archivos prueban la existencia de diez fondos controlados por Kemco, la empresa de construcción del millonario catarí, desde los que se hicieron pagos y transacciones en metálico por hasta $200 mil a cuentas de los presidentes de 30 asociaciones africanas.

Finalmente, un correo electrónico de Jerome Valcke, secretario general de la FIFA, insinuaba que Catar ganó la votación de Zúrich -para ser sede del Mundial de 2022- gracias a favores económicos.

Blatter vaticina malas noticias

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, afirmó ayer en el discurso con el que abrió el 65º Congreso  que habrá en el futuro ‘nuevas malas noticias’, después del escándalo de corrupción del miércoles.

“Los sospechosos traen vergüenza y humillación al fútbol”, dijo Blatter, que hoy aspira a ser reelegido para un quinto mandato. En su intervención ante los representantes de las federaciones nacionales, indicó que “no se puede vigilar a todo el mundo en todo momento”.

Blatter insistió en desvincularse de lo ocurrido y en señalar que las acciones de los implicados no deben manchar la reputación del fútbol o de toda su organización.

“No permitiré que las acciones de unos pocos destruyan el duro trabajo. Colaboraremos para asegurar que cualquiera que esté involucrado, sea descubierto y castigado. No hay lugar para la corrupción”, aseveró Blatter. (I)

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