Del Nero vuelve a dirigir el fútbol brasileño, tras licencia por acusaciones de corrupción
El presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Marco Polo Del Nero, puso fin a 4 meses de licencia para defenderse de acusaciones de corrupción y volvió a su puesto antes de lo previsto, confirmó la entidad este martes.
"El presidente Marco Polo Del Nero reasumió el cargo el jueves (7) y retomó sus actividades normales", informó la CBF, que no ha hecho ningún anuncio oficial.
Pese a que los procesos en su contra tanto en la Justicia estadounidense como en la propia FIFA siguen en curso, el jefe del fútbol brasileño afirmó que su regreso al cargo es algo "natural cuando se pide una licencia" y aseguró que sigue trabajando en su defensa, en declaraciones al diario Folha de Sao Paulo.
Horas después de que el FBI le acusara en diciembre de estar involucrado en el esquema de sobornos para vender derechos de retransmisión y marketing de torneos y partidos internacionales, Del Nero presentó un pedido de licencia "con el fin de dedicarse su defensa".
El directivo, que siempre clamó su inocencia, nombró como su sustituto interino al vicepresidente Marcus Antonio Vicente. En enero, regresó a su puesto momentáneamente antes de volver a ausentarse a causa de "razones personales" por un plazo de 150 días.
Durante su segundo periodo fuera, le reemplazó el vicepresidente de más edad, Antonio Carlos Nunes de Lima, tras un polémico movimiento para bloquear el acceso de otro directivo opositor.
Del Nero, de 75 años, asumió oficialmente los mandos de la CBF el 16 de abril de 2015, poco antes de que estallara el mayor escándalo de corrupción en el fútbol mundial. El 27 de mayo, su antecesor y estrecho aliado, José Maria Marin, era detenido en Zúrich en la primera ola de arrestos del conocido como "FIFAgate". Marin, de 83 años, cumple prisión domiciliar en Nueva York.
Arrinconado por las crecientes sospechas de su participación en el fraude, Del Nero -que dejó de viajar fuera de Brasil tras la detención de su padrino político- renunció a fines de noviembre a su plaza en el Comité Ejecutivo de la FIFA.
Días después, llegaba la acusación de la Justicia estadounidense y la apertura de una investigación por el Comité de Ética de la máxima entidad del fútbol mundial, que se suma a la que lleva a cabo una comisión del Senado brasileño.
"No acepto acusaciones sin pruebas y mucho menos suposiciones sobre hechos que no ocurrieron. Antes de probar mi inocencia tienen que probar mi culpabilidad con hechos concretos y no conjeturas", aseguró este martes a Folha. (D)