Los Manzano: un legado de arpegios
Como una pesadilla interminable. Así recuerda Andrés Manzano los últimos momentos de vida de su progenitor, Camilo Manzano Santana, quien murió por complicaciones cardiacas.
Andrés evoca la imagen de su padre como un hombre responsable, honesto, comprometido con su palabra y uno de los motores principales en su vida para incursionar en la música.
De este sentimiento nace la canción ‘Un largo viaje con un final feliz’, que la dedica a la memoria de su progenitor y la que narra la transición entre la vida y la muerte y el anhelo de poder verlo luego de un largo viaje y retomar esa felicidad terrenal. “Cuando él falleció me sentí solo y me refugié en el canto. El tema lo compuse en una noche y es una balada romántica que tiene arreglos de violines, guitarra eléctrica y un poco de percusión”, manifestó sollozando.
Para este tema Andrés, quien posee linaje musical, contó con la colaboración de su hermano Carlos Manzano y sus primos Mauricio Chan Manzano y Silvia Orellana Manzano, además de su tía Sonia Manzano, quien le da la parte armónica a esta composición.
Los Manzano ya presentaron la canción el pasado 7 de febrero, en la Casa de la Cultura donde Sonia realiza anualmente su concierto denominado ‘Legado de arpegios’, junto a sus nietos.
Ahora están invitados al ‘Show de Hilda Murillo’ para interpretar en familia aquel sentimiento que Andrés plasmó en una canción.
Herencia musical
Poetisa, narradora y pianista profesional son algunas de las cualidades que durante más de cuatro décadas ha perfeccionado la guayaquileña Sonia Manzano, quien estudió en el conservatorio Antonio Neumane. Ahora es la encargada de transmitir sus conocimientos a sus sobrinos y nietos, quienes poseen la destreza y habilidad para tocar cualquier instrumento musical.
Además de formar musicalmente a los más jóvenes de su familia es ‘embajadora’ de la música nacional, pues ha viajado con sus acordes a gran parte de Europa y los Estados Unidos.
Sonia ha escrito doce poemarios, tres novelas y un libro de cuentos entre los que destacan: “El nudo y el trino” (1972); “Casi siempre las tardes” (1974); “La gota en el cráneo” (1976); “La semana que no tiene jueves” (1978); “El ave que todo lo atropella” (1980), entre otros.
Ha obtenido los galardones literarios: Premio Único de ensayo José Joaquín Pino de Icaza, 1984; Premio Único ‘El cuento feminista ecuatoriano’, Fempress, 1987; Primer Premio de la III Bienal de Novela Ecuatoriana, 1993; Premio Joaquín Gallegos Lara al mejor libro de cuentos, Distrito Metropolitano de Quito, 1999. Su obra consta en antologías nacionales y extrajeras.
En septiembre del 2009, Sonia Manzano recibió un reconocimiento por su trayectoria literaria en el marco del Encuentro de Almas que contó con la participación de los poetas Maritza Cino, Piedad Romoleroux y Daniel Calero, y de tres de los nietos de la escritora.
Andrés Manzano
Tiene 23 años y su formación musical la tuvo en el conservatorio Antonio Neumane. Ha pertenecido a varias agrupaciones musicales como KK y los ‘Death game’ bandas con las que ha interpretado géneros como el rock y el trash metal.
Andrés toca desde los 6 años la guitarra, así como el piano, pero su especialidad es la batería. Sus infl uencias musicales son de Megadeth, una banda
estadounidense de Thrash metal. Entre sus hobbies está el fútbol y la música.
Mauricio Chan
Estudió música en el conservatorio nacional Antonio Neumane. Desde los 6 años estudió violín. Ahora se inclinó por los ritmos más agudos y fuertes que puede dar la guitarra eléctrica.
Tiene como próximo proyecto producir sus propios temas y poder formar parte de grandes agrupaciones musicales y posteriormente ganar terreno como solista.
Silvia Orellana
Tiene más de 10 años de carrera musical. Toca el violín desde los 7 años, su profesor fue Ecuador Pillajo. Recuerda que días antes de inscribirse en el conservatorio estaba viendo Plaza Sésamo en el que enseñaban cómo tocar los instrumentos musicales y enseguida ella sintió afinidad por dicho instrumento sin haberlo tocado.
Carlos Manzano
Interpretaba varios instrumentos musicales, pero los de su preferencia son el cajón peruano y la batería, instrumentos de percusión.
Carlos está incursionando en la producción musical, pues considera que en el país hay talento suficiente para proyectarse internacionalmente.