Sin conocer aún las consecuencias que tendrá el dopaje del delantero José Enrique Angulo Caicedo en la imagen de la institución, los directivos de Independiente del Valle (IDV), optaron por no conceder entrevistas para abordar el tema. En el pronunciamiento oficial del club, emitido el pasado 26 de agosto, se subraya que la entidad apoya a su exjugador en los difíciles momentos que atraviesa.

Por lo pronto, la primera secuela del escándalo es la no negociación del ariete al Granada de España, con el que IDV acordó transferir el 70% de los derechos deportivos del exponente por una cifra cercana a los $ 4,5 millones.

¿Podría esto significar un daño a la marca del representativo ‘rayado’, que se labró en base de un proyecto de formación integral de futbolistas? Para el español Rafael Jordá, catedrático de la Universidad San Francisco de Quito, especialista en marketing deportivo, la situación del ‘Tin’ Angulo no debería perjudicar el perfil institucional del ‘negriazul’.

Caracterizado por potenciar el talento humano de chicos desde las categorías formativas, IDV ha transferido a varios jugadores a Europa y otras latitudes, sin encontrar en ninguno de estos traspasos contrariedades que pongan en tela de juicio el manejo de sus deportistas.

“El hecho de que hayan colocado en el exterior muchos más atletas, sin ningún inconveniente, juega en favor de IDV. El de Angulo es un caso puntual, un comportamiento personal e individual, no del club. No se puede responsabilizar a la entidad por la mala actitud de uno de sus futbolistas. Esperemos que el historial del club y la imagen positiva que viene desempeñando pese más que el dopaje de Angulo”, dice Jordá.

La política de IDV es mantener hasta los 18 años a los cultores en su residencia. José Angulo tiene 21 y ya no vivía en el lugar desde que cumplió la mayoría de edad.

Independiente del Valle dota de formación integral a los chicos de las divisiones menores. Además de capacitación deportiva, les dota de formación académica y nutrición. Salen de la residencia a los 18 años.

Jordá añade que en su país y en general en toda Europa las entidades de balompié son muy estrictas en cuanto al trato de casos de dopaje, por eso, al conocer el comunicado de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), sobre el resultado positivo del esmeraldeño por uso de cocaína en la final de ida de la Copa Libertadores de 2016, detuvo de inmediato las gestiones del fichaje.

El Granada ya afrontó un tema similar: en 2014, el extremo izquierdo Dani Benítez fue sancionado con 2 años de suspensión después de detectársele consumo de cocaína en una prueba que se le aplicó el 16 de febrero de dicho año. El plantel nazarí rescindió su contrato.

El dopaje se da a todo nivel y  en todas partes, recuerda Jordá, por lo que considera fuerte todavía el buen concepto de IDV en la ciudadanía, que durante la Libertadores se granjeó muchas simpatías al donar sus taquillas a los damnificados que dejó el terremoto del 16 de abril.

“No podríamos mencionar tampoco que el equipo hizo trampa en plena competencia, aquello equivaldría a asegurar que el club instó a uno de sus atacantes a doparse para sacar ventaja. No es como el caso de los deportistas rusos que fueron apartados de las olimpiadas de Río porque, al parecer, autoridades del deporte de su país habrían sido cómplices”, cita.

Con ese parecer concuerda Carlos Arroyo, presidente de Liga de Quito, quien califica de aislado el tema de Angulo. Trae a colación el inconveniente que experimentó la ‘U’ en julio de 2015 por la suspensión del volante Andy Casquete en razón de la adulteración de documentos para disminuirse la edad.

A su criterio, la imagen del conjunto ‘albo’ no se alteró porque, simplemente, actuó de buena fe, confiando en la documentación entregada por el mediocampista. Meses después, en febrero anterior, la justicia le dio la razón a Casquete; un magistrado dictaminó que sí nació en 1998 y no en 1995.

Pero, de acuerdo con la evaluación de Daniel Gudiño, investigador en geopolítica de drogas, sí existe un perjuicio a la impresión positiva que ostenta Independiente del Valle, esta nace en el peso de una opinión pública regida, básicamente, por el desconocimiento de los alcances y efectos verdaderos de las consecuencias que genera la llamada guerra contra las drogas.

La guerra contra las drogas es una política internacional instaurada en 1971 por el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon. Esta iniciativa  se orienta a la persecución de la producción, comercio y consumo de ciertas sustancias psicoactivas.

Uno de los efectos de esta política, continúa Gudiño, es el sistema de control antidopaje que, a su juicio, no está articulado de manera adecuada. Especifica que el castigo a José Angulo se da porque la cocaína está en la lista de componentes prohibidos de la Asociación Mundial Antidopaje (AMA), que guarda relación con la nómina de elementos que son considerados ilegales dentro de los tratados internacionales.

Al hablar del aspecto deportivo, señala que no existe una conclusión científica sobre cuáles son los efectos que causa la cocaína en un atleta, o sea, qué aspectos fisiológicos beneficia en su consumidor para que aumente su desempeño en relación a sus contrincantes. En pocas palabras, no se puede determinar de qué forma el dopaje de Angulo mejoró su rendimiento.

No es claro como lo ocurrido con el ciclista estadounidense Lance Armstrong, quien utilizó EPO para incrementar su cantidad de glóbulos rojos y así aumentar la capacidad de la sangre de transportar oxígeno, consiguiendo de ese modo más energía en sus músculos.

“¿Alguien puede concluir que por la cocaína José Angulo anotó 6 goles en la Copa Libertadores? Da la sensación de que se lo castiga únicamente porque la sustancia que usó está dentro de una lista de elementos prohibidos, nada más”, estima.

Gudiño lamenta que el Granada no haya defendido a su nuevo jugador, como si solo interesara el valor comercial detrás de él, eliminando su contrato unilateralmente y con ello su individualidad, por lo que cree, se han violado sus derechos laborales y se lo posiciona en una situación pública en la que está abierto al escarnio, afectando su honra y estabilidad como ser humano. (I)

La personería jurídica del ‘rayado’ lo reconoce como club de alto rendimiento. Sus deportistas cuentan con todas las comodidades, desde unidad educativa, hasta gimnasios y espacios de recreación.

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Los clubes deben implantar controles internos

Es recomendable informar sobre el dopaje desde las categorías formativas

A criterio del reconocido sociólogo Fernando Carrión, el dopaje en el que incurrió José Angulo tiene varios impactos, entre ellos el deterioro de la carrera deportiva del arponero, que iba en ascenso con su llegada al balompié español; la afectación a la buena imagen de Independiente del Valle, porque el fútbol es una vitrina donde se pondera lo bueno y se critica sin compasión todo lo malo, y la repercusión en la sociedad ecuatoriana, que ve la caída de un naciente ídolo.

Considera recomendable no solo el incremento de pruebas antidopaje en los partidos del campeonato local, sino la educación en los clubes desde las divisiones formativas, con información sobre la legislación que regula el uso de sustancias prohibidas, así como los daños a la salud. Y la implantación de controles antidopaje en los equipos. (I)

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Agencia mundial antidopaje veta 2 tipos de sustancias

La cocaína no mejora el rendimiento, más bien daña la salud de los atletas

Para entender la pena impuesta a José Angulo por el consumo de una sustancia prohibida es necesario conocer el funcionamiento del sistema antidopaje. Óscar Concha, médico deportólogo de amplia experiencia, detalla que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), veta el uso de 2 tipos de sustancias: las que mejoran la capacidad de rendimiento del atleta frente a sus competidores, como los esteroides anabólicos o la EPO, y aquellas que no potencian esa capacidad sino que, más bien, ponen en riesgo la vida del deportista.

La cocaína está en el segundo grupo “porque no solo vulnera la salud del atleta, sino que tiende a volverlo agresivo. Puede, incluso, morir en plena actividad física por complicaciones cardíacas. La cocaína es altamente adictiva, por lo que sus consumidores suelen requerir rehabilitación”, dice. (I)