Silvio Rodríguez, Luis Eduardo Aute e Ismael Serrano dedicaron el miércoles en Madrid sus voces y sus letras a las víctimas del terremoto que asoló Ecuador el pasado 16 de abril. El concierto maravilló a los más de 7.000 seguidores que abarrotaron el auditorio del populoso barrio de Vallecas, abrazados a las suaves melodías de tres cantautores que emocionaron hasta las estrellas.

Aunque el espectáculo era gratuito, no amilanó a la solidaridad de un público devoto y generoso, que dejó más de 8.000 euros en la cuenta abierta por la Embajada para paliar los destrozos del sismo. “En el mundo de Silvio, Serrano y Aute, la gente se emociona. Se siente bien porque el impulso más profundo de su música es elevar el espíritu. Es una música que celebra la libertad. Por eso les necesitamos en las actuales circunstancias”, explicaba una joven. Sus palabras eran una declaración de amor al motivo que logró reunir a los tres cantautores bajo el mismo cielo por primera vez en la vida.

España, con migrantes y no migrantes, estalla de actos para ayudar a la reconstrucción de Ecuador. Pero lo que sin duda quedará para la memoria de este año, y para el disfrute de sus devotos, fue el caudal de emociones que estos tres monstruos de la música, más la aparición a última hora de un compositor local mitificado como Luis Pastor, extendieron por toda la noche madrileña.

Una música que como el teatro del bardo llegó al corazón de todo tipo de personas. De las baladas que brindaron a los espectadores sobresalieron los sonidos de la superación, “y también de la grandeza, elegancia, angustia y romanticismo del pueblo ecuatoriano”, y su infinita capacidad para “sorprender, conmover, aliviar e inspirar al resto del mundo”, en palabras de Silvio.

Fue el mejor homenaje popular a quien más necesita hoy que la música sea más sentida que entendida. La cálida noche del miércoles adquirió entonces la verde tonalidad de la esperanza. Con la voz áspera de Ismael Serrano, el instigador de este concierto, y las artes de Luis Eduardo Aute, Pastor y Silvio Rodríguez, que acabaron dejando el micro a la retaguardia y alguno cantó a capela. Para eso hace falta el talento, el alma y el valor de estos genios que volaron sueltos hacia el Ecuador. Los aplausos y los bravos celebraron el encuentro solidario.

Los cuatro cantautores, tres españoles y un cubano, desembarcaron en el escenario decorado con la bandera tricolor, con buen aspecto, buen humor y sin que ninguno hubiera renunciado a sus principios de cantar al corazón. Nadie cobró un centavo por subir al escenario y aseguran que todo surgió de forma inesperada cuando a Isma Serrano se le resquebrajó el alma tras contemplar el desolador resultado que dejó el terremoto. Tocaron temas inolvidables, como Silvio hizo de manera magistral con su ‘Sueño de una noche de verano’, y los cuatro comprobaron que las buenas vibraciones con un público entregado a una causa siguen igual de fuertes que cuando cantaban a la libertad y a la justicia de un mundo entre tinieblas.

Cae la noche en Madrid y el corazón del público regresa del Ecuador. Todos parecen haber encontrado un sentido a este hechizo musical, especialmente cuando los días (al menos en el hemisferio norte) se alargan lo indecible y el verano muestra los primeros síntomas de que se acerca.

El acto fue organizado por el Ayuntamiento de Madrid, la Junta del Distrito de Villa de Vallecas y la Fundación SGAE. Cabe destacar que los artistas no solo participaron de forma solidaria sino que se hicieron cargo de algunos de los gastos.

El cubano Silvio Rodríguez está en España con una gira que comenzó en abril para presentar su último disco, ‘Amoríos’, que tras pasar por San Sebastián, La Coruña, Gijón, Zaragoza, Barcelona, Córdoba, Madrid y Valencia, finalizó el pasado domingo en Murcia.

El espectáculo pertenece a una línea de los conciertos populares que Silvio Rodríguez viene haciendo en las zonas más humildes de La Habana (Cuba), el proyecto que capitanea el artista, ‘Por los barrios’, cruzó el charco para desembarcar en el ‘puerto de mar’ que es el madrileño barrio de Vallecas.

El concierto duró más de cinco horas en las que los artistas demostraron que al menos en Vallecas los cantautores no pasan de moda. Los donativos en España se siguen receptando a través de la Embajada de Ecuador en ese país. (I)