Altos índices de rayos UV en Costa y Sierra del país
El Instituto Ecuatoriano de Meteorología e Hidrología (Inamhi) pronosticó para ayer altos niveles de radiación ultravioleta (UV) que afectarían principalmente a las provincias de las regiones Costa y Sierra.
Según la información compartida a través de sus cuentas en redes sociales, las provincias más afectadas fueron Esmeraldas, Manabí, Santa Elena, Guayas, Imbabura, Pichincha, Chimborazo, El Oro y Loja, con índices UV que fluctuaban entre 10 y 15.
Incluso, el Inamhi registró en Portoviejo por octavo día consecutivo “la temperatura más alta del país con 34,9°C Ausencia de nubes y bajo contenido de humedad, lo que provoca que varias localidades del litoral experimenten altas temperaturas. En los próximos días la situación será similar”, describió en su cuenta de Twitter (@inamhi).
La Agencia Espacial Civil Ecuatoriana (EXA) informó que la radiación UV alcanzó ayer el nivel 10 en Guayaquil, siendo el lapso 12:00 - 13:00, el de mayor índice. Se solicitó precaución.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las radiaciones UV, en cantidades pequeñas, son beneficiosas para la salud y desempeñan una función esencial en la producción de vitamina D. Sin embargo, la exposición excesiva a ellas se relaciona con diferentes tipos de cáncer cutáneo, quemaduras de sol, envejecimiento acelerado de la piel, cataratas y otras enfermedades oculares.
También se ha comprobado que estas radiaciones aminoran la eficacia del sistema inmunitario.
Patricio Freire, jefe de la Unidad de Dermatología del Hospital Carlos Andrade Marín, puntualizó que el espectro de radiación UV está compuesto por rayos infrarrojos que son los responsables del calor y tres tipos de rayos UV: A, B y C. Los UV-C son absorbidos en su totalidad por la capa de ozono y su longitud de onda está entre 200-290 nanómetros, mientras que los UV-B son retenidos en parte por dicha capa y su longitud de onda es de 290-320 nanómetros.
Los rayos UV-B son los principales causantes de las quemaduras cutáneas y son los que están incluidos en el sistema de alarma para evitar exponerse al sol.
Mientras que los UV-A “son el enemigo silencioso ya que van de los 320-380 nanómetros, bronceando y quemando la piel, lo cual desencadena en envejecimiento prematuro y oxidación de las células”, aseguró Freire. (I)