Hoy llegará un vuelo con asistencia procedente de México
Perú envió al barco más grande de su Armada cargado de ayuda humanitaria
El presidente de Perú, Ollanta Humala, se convirtió en el tercer mandatario en visitar la zona afectada por el terremoto del pasado 16 de abril. “Saludamos la rápida reacción del Gobierno ecuatoriano frente al sismo”, señaló el gobernante tras recorrer el barrio Tarqui (Manta) junto con su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa.
“Esta es una muestra de que el Perú está presente en los momentos difíciles”, señaló Correa en las declaraciones que ambos mandatarios hicieron en la Base Aérea de Manta.
“Hemos puesto (Perú) un granito de arena” para que las poblaciones afectadas salgan adelante, expresó el jefe de Estado peruano. “No es que el presidente Humala ha traído un granito de arena, ha traído la playa entera. En las horas inmediatas tras el desastre, envió a 100 rescatistas”, respondió Correa. Esos rescatistas trabajaron en los escombros de lo que era el Hotel Miami.
“Cómo no emocionarse al ver a los soldados, carros, buque, vehículos, aviones y helicópteros militares de Perú ahora trabajando por la paz, trabajando por Ecuador. Son los nuevos tiempos que vive nuestra América”, expresó Correa en referencia al pasado bélico de ambos países.
Maquinaria y soldados del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Perú trabajan en Manta en una plataforma donde se reubicarán momentáneamente los comerciantes que perdieron sus locales. “Debemos trabajar por crear la Secretaría de Riesgos Sudamericana. Ningún país, ni el gigante Brasil, estaría preparado para enfrentarlo solo. Unidos, a nivel de Sudamérica, juntando esfuerzos, podemos tener mucho más para enfrentar estos desastres”.
Humala llegó a Ecuador en un vuelo militar desde Lima. Hasta el momento, el vecino del sur ha realizado 21 envíos oficiales de ayuda humanitaria. Según la Cancillería ecuatoriana, hasta la fecha, desde Perú, han llegado 140 especialistas. Además, enviaron 50 toneladas de comida, 5.000 litros de agua, 3.500 raciones de alimentos, 5.150 mosquiteros, 100 kits de cocina, 500 lonas de plástico, 250 colchones, 100 camas, 6.000 frazadas, 125 recipientes plásticos.
Perú también entregó al Gobierno de Ecuador 20 teléfonos satelitales, una camioneta, dos tractores sobre orugas, dos excavadoras sobre orugas, dos tractores sobre ruedas, dos cargadores frontales, cuatro volquetas, un remolque cama, un jeep Wrangler y dos plantas potabilizadoras de agua, tres helicópteros y un avión.
Junto con Humala, atracó el tercer buque con 12.000 colchones, víveres, carpas, dos plantas potabilizadoras, cuatro tractores e insumos para los damnificados de la costa ecuatoriana.
El Tacna, el más grande de la Armada del Perú, es la segunda embarcación de ese país que llega con ayuda humanitaria. El pasado martes también atracó el Callao, con maquinaria.
El Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) informó que actualmente la terminal portuaria de Manta está operativa y realiza sus actividades de manera normal. En los trabajos se da prioridad a los buques que llegan con ayuda humanitaria, informó el gerente de Autoridad Portuaria de Manta, Kevin Lazo.
El domingo pasado llegó el buque Golfo de Tribugá desde Colombia con 65.000 galones de agua en tanques y 10.000 galones en botellas, 4 toneladas de víveres y 2.5 toneladas de elementos de aseo personal.
Ayuda de México
El miércoles llegó desde México el vuelo TNO412 de la aerolínea Aero Unión con 11 toneladas de ayuda alimentaria. Para hoy está prevista la llegada de otro avión con una carga de 19 toneladas adicionales de ayuda humanitaria.
En los próximos días llegarán al Ecuador unas 40 toneladas adicionales en un vuelo chárter. Estas nuevas entregas se suman a las 40 toneladas de ayuda humanitaria enviadas por México desde el 24 de abril pasado.
Todos estos aportes son donados por los ciudadanos mexicanos y por los ecuatorianos residentes en ese país. El acopio se realiza en el Zócalo de la Ciudad de México, en la Universidad Autónoma de México (UNAM), en el Consulado del Ecuador en el DF, en la Secretaría de Relaciones Exteriores de México y en muchos otros lugares de dicha nación, destacó la cancillería ecuatoriana en un comunicado. (I)
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Eduardo Castillo / comandante del grupo Topos 1909
"En esta labor no busco publicidad. A mí solo me motiva salvar vidas"
Foto: Fernando Sandoval / El Telégrafo
Hasta el 18 de mayo, el grupo de rescatistas denominado Topos 1909 realizarán su tarea de rescate en las zonas costeras de Ecuador, tras el terremoto del 16 de abril. El informe de las personas que recibieron ayuda en los sitios de desastre será entregado a las autoridades de Ecuador. Esa es parte de las labores protocolarias que cumple este equipo de voluntarios. Eduardo Castillo (foto), coordinador de la agrupación, cuenta su experiencia, luego de más de 10 días de trabajo en las áreas afectadas por el terremoto que tuvo una intensidad de 7,8 grados.
¿Cuál es la parte más difícil al momento de cumplir con su labor?
Desde hace 15 años me dedico a esas labores de rescate. Ha sido un trabajo muy duro que he realizado en lugares como Haití, Indonesia, Filipinas, Guatemala, México y ahora Ecuador. El momento más duro -si se trata de acudir a estas tragedias- es tratar de localizar a niños. Las búsquedas son más complicadas si se trata de ellos. El terremoto que viven los ecuatorianos es un desastre de fenómeno natural, pero también emocional.
El trabajo que cumplen los denominados ‘topos mexicanos’ es reconocido internacionalmente, ¿cómo se preparan antes de asistir en estas tragedias?
En México existe el Sistema Nacional de Temblores. Cuando surge un terremoto se contactan con nosotros. Entonces, en el área de logística, empezamos a monitorizar y nos contactamos con el país en tragedia para ver en qué podemos ayudar. Inmediatamente buscamos recursos porque somos una organización civil que nos autofinanciamos. Este equipo lo conforman 47 miembros. La mayoría es de Tamaulipas, Michoacán, Monterrey, Guadalajara y el Distrito
Federal (DF).
Hay otros grupos de voluntarios que también se denominan los Topos y son reconocidos a escala internacional, ¿cómo surgieron en México estos grupos de voluntariado?
Se originaron de varias formas. Inició tras el terremoto de 1985. Varios jóvenes, al momento del desastre, se unieron para sacar a la gente. Nuestro terremoto fue trepidatorio (brincaba) y oscilatorio (movimiento en varias direcciones), se vinieron abajo edificios de hasta 47 pisos. Fue tal la desesperación de las personas que lograron meterse como ‘topos’ entre los escombros, sin guantes, sin cascos, sin importar el peligro. En ese entonces no había voluntarios capacitados como los que se encuentran en la zona de desastre de Ecuador.
¿Qué siente usted cada vez que rescata a una persona?
Es una gran satisfacción saber que se salva una vida. En Ecuador encontré a 2 personas. No voy a decir quiénes son, porque nuestra organización no busca publicidad.
¿Cuál es su motivación para continuar con esa labor?
Mi tía trabajaba en un hospital de México. Terminó de atender un parto y al poco rato inició el terremoto que colapsó la estructura. Ella quedó atrapada aproximadamente 76 horas. Lo que me motivó a mí a iniciarme en esto fue ver la desesperación de mi papá que trató de romper la losa solo con un desarmador.
Lo más impresionante fue ver que ella quedó atrapada en un triángulo de vida. Ella resistió porque estuvo abrazada al bebé. Con su llanto la despertaba y ella trataba de calmarlo. Ellos se daban la vida, juntos resistieron. Varias personas llegaron de Chiapas para ayudar a levantar la losa y sacarla. Hasta el día de hoy esa es mi motivación. (I)