Después de pasar más de tres meses cerrados por la pandemia del covid-19 los negocios y restaurantes volvieron a recibir clientes en el cantón Playas y en playa Varadero, de Data Porsorja, pero bajo medidas bioseguridad.

A pesar de que está prohibido ingresar a bañarse al mar los visitantes que llegan disfrutan del paseo y de la comida que ofrecen ambos lugares turísticos.

Los locales de comida, que están más cerca de la playa, implementaron un espacio para el lavado de manos. También proporcionan alcohol y gel a todo aquel que llegue a consumir sus productos. "Vengase, acérquese, que le damos" , dice un vendedor de un local de comida.

Con el semáforo en amarillo y la autorización para que los buses intercantonales circulen con un aforo establecido, ambos balnearios buscan la reactivación económica.

Irma Zambrano viajó esta semana desde Guayaquil a visitar a sus familiares en Playas. Allá ella tiene una pequeña casa. "Ya hay muchos negocios que están abiertos y otros que siguen cerrados. Pero se ve mucho movimiento. Playas al igual que otros balnearios vive del turismo y si no podemos movilizarnos será imposible venir".

Ella destaca que muchos negocios se han preocupado por implementar medidas de bioseguridad para hacer respetar el distanciamiento como también el uso de las mascarillas."Al bajar del autobús me esparcieron alcohol y cuando me regresé a mi ciudad hicieron lo mismo", dijo.

En playa Varadero, de Data Posorja, a través de afiches se exige el uso de mascarillas a los comensales.

Margarita Tircio, propietaria de El Sueño de mi gordo, abrió su negocio hace dos semanas. Ella cuenta que desde el primer día les ha ido bien. "Tuvimos varios pedidos y se ha podido vender platos que cuestan entre 6 y 12 dólares. Mayormente nos visitan de Guayaquil. Todo lo que vendemos lo hemos vuelto a invertir".

En su local solo hay cuatro mesas que están separadas a un distancia metro y medio. Asimismo, instaló un pequeño lavamanos y proporciona alcohol para la manos a todo el que recibe. Lo hace antes de servir el plato y después de hacerlo.

Por otro lado, para evitar que ingrese a la playa a bañarse colocaron unas cintas amarillo. "Pueden pasear pero si se meten al mar la Policía interviene".

Para esta emprendedora nada va a ser lo mismo, pero hay que adaptarse a este nuevo ritmo de vida y sobrevivir.

Tircio señala que en playa Varadero hay solo dos locales abiertos porque aún hay temor de contagiarse. "Aquí la mayoría de los propietarios son adultos mayores y por ellos hay más temor de abrir".

Se espera que el 1 de julio todos los locales vuelvan a funcionar. "Hemos hablado con el administrador y se han animado a volver a atender con todas las medidas". (I)