Luego de dos semanas de que entraran en vigencia las restricciones de movilidad a escala nacional por la emergencia sanitaria, los mercados y centros de abastos de la Sierra siguen trabajando con aparente normalidad.

En Quito, la Agencia de Coordinación Distrital del Comercio, encargada de los mercados municipales, aseguró que el abastecimiento de alimentos se mantiene.

Mónica Villegas, presidenta del mercado de San Roque, uno de los más grandes de la capital, explicó que al momento cuentan con suficiente mercadería, aunque las ventas bajaron, debido a que los restaurantes y otros sitios de venta de comida preparada están cerrados.

En el subsuelo, donde funciona la distribución a mayoristas, los comerciantes entregan con normalidad el producto y no se prevé una futura escasez de alimentos.

En Ambato, capital de Tungurahua, los mercados también están surtidos. Carlos Valdez, comprador frecuente, cuenta que a partir de las 08:00, los mercados como el Primero de Mayo y Colón empiezan a vender y que no hay problemas de abastecimiento.

Sin embargo, considera necesaria una mejor vigilancia de los entradas, así como en los exteriores. “Cuando se tardan en abrir, la gente se amontona. Eso deberían controlar mejor”.

Pocos vegetales y frutas

En cambio, en algunos mercados del litoral, sí se evidencia disminución en la oferta de frutas y hortalizas, especialmente las que se producen en la Sierra. Y las que llegan, presentan aumento de precio.

Efraín, comerciante del mercado Las Manuelas, en Durán, lo confirma. Dijo que, por ejemplo, antes la libra de tomate costaba $ 0,50 y ahora $0,70, lo que supone un incremento del 40%.

Aseguró que esto se debe a que los transportistas no quieren viajar a Guayas por miedo a contagiarse de covid-19 y que los pocos que llegan les venden con sobreprecio, por lo que ellos también se ven obligados a aumentar el valor.

En algunos supermercados se nota escasez de ciertos productos, como enlatados y algunas frutas. Pese a ello, Úrsula Farinango contó que el fin de semana visitó uno de estos centros de abasto y notó que, a medida que los productos se acababan, se iban reabasteciendo las perchas. “Cuando llegué al supermercado alcancé el último pollo, pero luego de unos minutos que pasé de nuevo ya había bastantes a la venta”.

Por su lado, el Gobierno Nacional también aseguró que la cadena de transporte sigue trabajando sin percances, pues los vehículos de víveres tienen permitido movilizarse sin restricción por todo el territorio nacional. (I)