Las autoridades entregan las raciones alimenticias en coordinación con los dirigentes barriales
Más de 60 familias están alojadas en albergues oficiales de Manta
Leida Macías terminó ayer de lavar la ropa en un día bastante soleado en la ciudad. Se sienta y, concentrada, mira al frente cientos de carpas que están en la cancha principal del colegio Manta.
Este es uno de los dos albergues oficiales levantados en el cantón, que acoge a personas damnificadas por el terremoto del pasado 16 de abril que causó graves daños, principalmente en Manabí y Esmeraldas.
Por el momento, Leida ha dejado de lado su trabajo de limpiar casas, debido a que no hay demanda. Desde este lugar ve pasar los días y afirma que quiere regresar a su casa, pero no puede.
Con las mujeres que son parte de las 24 familias que están alojadas en el albergue se distribuyen oficios, como la cocina. Aquí todos están de pie a las 06:00. A las 07:30 ya desayunan y lo hacen en orden. Por ello han dado números a las 110 carpas que fueron armadas desde el sábado. Esto se mantiene en el almuerzo y la merienda. A las 20:00 ya todos están listos para dormir.
A Paula López le tocó el turno ayer de cocinar los alimentos y servir junto con otra compañera. Las provisiones que llegan bajo donación están en una bodega que son las que utilizan para repartir. Ella ya tiene nueve días en el refugio. Asegura que todo está bien organizado. Ayer el espacio donde preparan los alimentos fue inspeccionado por personal del Ministerio de Salud Pública, para que cumplan buenas prácticas de cocción de los alimentos.
En los ratos libres, los jóvenes y niños se entretienen con juegos. Hasta el lugar llegan personajes con presentaciones como lo hizo la ‘Caravana artística por la vida’, programa de la fundación La Trichera, Ceibadanza, Foto Club Manta, de la carrera de Cultura Estética de la Uleam, Proyecto Nereida, Aru y Artistas Independientes, quienes distraen a las personas que están albergadas. Otro de los sitios de refugio es el del colegio Emilio Bowen. Allí hay 40 familias permanentes albergadas. Una de ellas es la de Rolando Chávez, del sector Forestal, quien perdió todo. Incluso el lugar donde laboraba como ebanista.
Fabricio Díaz, coordinador distrital del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), explica que se ha propuesto a familias que se encuentran en otras unidades educativas y en espacios como parques para que se trasladen a estos dos albergues. “El lugar no solo es una infraestructura, es un espacio social que garantiza los derechos de las familias que se encuentran en este espacio. Hemos coordinado con Salud, Educación, CNEL y EPAM los servicios y han respondido de manera inmediata”. La Policía también da seguridad permanente en esos puntos. Indica que en el tema de entrega de víveres por iniciativa de la ciudadanía trabajan para evitar la formación de un cordón de mendicidad.
“Activamos un equipo con 14 personas para que dialoguen con las familias, cuyas condiciones de viviendas están bien, pero se aprovechan de la sensibilidad de la ciudadanía. Algunos usan a un adulto mayor o un niño para pedir caridad, lo que da la impresión de que no se los está atendiendo, pero esa no es la realidad”.
El alcalde de Manta, Jorge Zambrano, menciona que si hay falta de alimentos en un sector, el representante del barrio debe llevar el requerimiento a la mesa de distribución de alimentos en el COE, para que luego lleguen las raciones a los lugares solicitados.
Ayer, los militares trasladaron víveres a sectores como Las Vegas de Santa Clara, en la parroquia Eloy Alfaro, y con una lista dada por una líder repartieron las raciones a la comunidad. “Es la primera donación que ha llegado a nuestro sector”, señaló Alexandra Baque, afectada por el terremoto. (I)
DATOS
Las carpas instaladas al lado del hotel Oro Verde se encargan de recoger los datos de ciudadanos cuyas casas se demoronaron para después hacer una evaluación.
En ese mismo espacio, los militares ubicaron un sitio donde los líderes barriales pueden acercarse a hacer el requerimiento de víveres para su sector.
Autoridades locales permitirán que ciertos comerciantes de la parroquia Tarqui, cuyos negocios ya fueron evaluados, ingresen para concretar el retiro de lo más necesario para continuar con la venta de esos artículos. (I)
En los exteriores del hotel Oro Verde están las mesas que recogen los datos de viviendas afectadas. Posteriormente serán inspeccionadas por los técnicos. Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
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Hasta las mascotas se llevaron
333 colombianos abandonan suelo mantense
Alexander Vargas es uno de los 333 colombianos que, hasta el fin de semana, decidieron regresar a su país después del terremoto del pasado 16 de abril. El caleño llevaba 19 años radicado en la ciudad puerto.
“Me voy por el momento, pero regresaré cuando esté mejor la situación”, dijo con tristeza el hombre de 41 años, quien trabajaba en el sector Playita Mía. Los extranjeros partieron desde la base aeronaval, donde varios pudieron saludar al presidente de su país, Juan Manuel Santos, quien estuvo de visita en Manta el pasado domingo, para traer ayuda y observar los daños causados por el sismo. Fueron familias enteras las que dejaron la localidad, con equipaje en mano y hasta sus mascotas.
Luis Ruiz quería estar más tiempo en Manabí, pero el desastre natural cambió sus planes. Había llegado con el fin de conocer Ecuador y realizaba un recorrido por Manta cuando sucedió el desastre.
Otra de las personas que dejó el país fue la bogotana María Ramírez, quien llevaba 16 meses en Pedernales.
“El día del terremoto estábamos en un recinto que se llama Cañaveral. Lo sentimos muy fuerte, porque era a pocos kilómetros del epicentro. Tuvimos confianza en que Dios estaba con nosotros y no nos pasó nada. A pesar del dolor, hemos podido ayudar con un granito de arena a las personas en esa localidad, donde hay mucha preocupación”, expresó la capitalina antes de abordar el avión de la Fuerza Aérea Colombiana, que la llevó hasta su país. (I)
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800 personas trabajan en conexión
Manabí cuenta con el 91% del servicio eléctrico
La mayoría de las poblaciones de Manabí ya cuenta con el servicio de energía eléctrica. Tras una semana de trabajo, el 91% de la red está restablecida. En las tareas laboran más de 800 personas, entre técnicos especializados y personal de apoyo movilizados desde todas las Unidades de Negocio de la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) y de empresas de distribución eléctrica del país, informó el Ministerio de Electricidad y Energías Renovables (MEER).
Las líneas de transmisión de energía eléctrica de 230.000 y 138.000 voltios, que sirven a la provincia, se encuentran operando normalmente desde el lunes 18 de abril.
Según las autoridades, hoy trabajarán a nivel de medio y bajo voltaje, en las zonas urbano-marginales y rurales afectadas.
El sistema Pedernales está siendo intervenido con mayor esfuerzo, alcanzando a la fecha un avance del 38%, en consideración que el sector es el más afectado. La línea San Vicente-Jama, de la CNEL EP Unidad de Negocio Santo Domingo, se encuentra en pruebas.
En la zona cero de Portoviejo se instaló una torre de iluminación destinada a la seguridad, al igual que en el exaeropuerto Reales Tamarindos, donde se instalarán 500 carpas para albergues. En esta misma zona se inició el retiro de transformadores sin servicio para ser reubicados en otros sectores. Además, se coordinó la provisión de generadores para Jama y El Matal. (I)