Sonriente y con premura, Karina López despacha dos corviches a Alberto Medina. Su nuevo negocio está en las afueras del albergue Tohallí, Manta, su casa desde hace dos meses. Son varios los años que esta mujer, madre de dos hijos (de 20 y 17 años) se ha dedicado a la venta de bolones, ceviches, corviches, empanadas y demás, tiempo en el que ha ofrecido sus delicias en la calle 8 y avenida 20.

El terremoto del 16 de abril cambió la vida de Karina, así como la de más de 9 mil manabitas y esmeraldeños que tuvieron que dejar sus casas y vivir en alguno de los 27 albergues oficiales. “Lo perdí todo”, dice esta mantense y acota: “pero yo me levanto, no me dejo morir encerrada en una carpa”.

Afirma que es ‘camelladora, de combate’, por lo que luego de más de un mes de cerrado su negocio está de nuevo friendo corviches y empanadas. “Solo vendo eso porque se me hace difícil hacer ceviches. Además, los bolones se enfrían y no tengo una vitrina. Justamente antes del sismo me compré una y se me hizo pedazos”.

Esta madre de familia, una de las 173 mujeres que están en el albergue Tohallí, narra que tras el horror de vivir el terremoto y ver cómo su casa se caía, dejó todo bajo los escombros y se fue al colegio Manta, donde centenares de personas pernoctaron.  “Ahí estuvimos dos semanas y luego llegamos al Tohallí”.

Desde entonces ha recibido la ayuda del Gobierno. En los campamentos, los albergados tienen tres comidas al día, además reciben charlas de motivación.

La casa de Karina es una de las más de 10 mil estructuras que ya fueron verificadas por expertos del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal y no pueden ser habitadas.

Las demoliciones en Manta superan las 1.700. Esta labor la realiza el Ministerio de Transportes y Obras  Públicas (MTOP), a través de 14 empresas contratadas para el efecto, las cuales tienen aún en proceso de demolición 200 edificaciones que en los próximos días se concretará.

Las evaluaciones estructurales que realiza el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) a las edificaciones de Manta determinarán el que se incluyan nuevas demoliciones, que incrementarán la estadística actual.

Los trabajos de derrocamiento, reconstrucción y reactivación económica (lo que incluye préstamos de BanEcuador y de la Corporación Financiera Nacional) superan los $ 550 millones en inversión estatal, destacó Jorge Glas, vicepresidente de la República durante una visita.

En primera instancia, estaba previsto que la remoción de escombros estuviera concluida a fines de julio, pero el plazo se extendió hasta septiembre. Los procesos de remoción de escombros y reconstrucción de la provincia de Manabí generaron más de 13.000 empleos de manera directa, resaltó Glas.

Hasta el momento se han removido 2,3 millones de metros cúbicos de material de los 3 millones que dejó el terremoto.

En Portoviejo se prepara la demolición de una de sus edificaciones emblemáticas. Se trata del Centro Comercial, estructura con más de 30 años y que previo al sismo se encontraba sin uso.

En el proceso, que será de explosión controlada, se harán minicargas. De momento, maquinistas colocan una cama de escombros para alivianar la caída de la estructura. “Se pone un muro para que la calzada no se dañe”, explicó el español Jorge Muntasell, miembro del equipo de directores de la obra.

La demolición del Centro Comercial está prevista para mañana, posiblemente en la tarde. La ayuda estatal también abarca la construcción de escuelas móviles y la adecuación de hospitales.

La inversión en educación ha sido de $ 50 millones, con los que  han sido adecuadas 26 unidades educativas provisionales, donde más de 50 mil estudiantes reiniciaron sus actividades el pasado 4 de abril. Está prevista la construcción de 257 unidades educativas del milenio con una inversión de $ 160 millones, aproximadamente.

En el área de salud se iniciaron la repotenciación y rehabilitación de 117 centros y 13 hospitales.

Debido a los daños en los hospitales de Chone, Pedernales y Portoviejo, se construirán nuevas edificaciones. La hermana de Karina, Jovita López, es otra de las 230 mil personas identificadas como damnificadas. Esta madre de familia formó parte, por dos meses, de los 10 mil grupos familiares que cobraron el bono para alquiler de vivienda ($ 135).

Desde el terremoto se inició la construcción de 1.200 casas y ya se realizaron estudios para reasentamientos que albergarán más de 4 mil viviendas. Todas las estructuras tendrán condiciones antisísmicas.

Jovita no recibirá más el bono de alquiler, ya que es beneficiaria de una de las 11 casas que entregó la semana anterior Ecuador Estratégico EP, del proyecto habitacional ‘Sí, mi casa’.  

Hasta el momento, el MIES ha entregado 9 mil bonos de vivienda en las zonas afectadas. (I)