Las réplicas podrían seguir hasta dentro de un mes, pero serán de baja intensidad
La reconstrucción de las zonas afectadas tardará por el tipo de suelo de la Costa
La reconstrucción de la infraestructura civil de las zonas afectadas por el terremoto de 7.8 grados de magnitud que se registró el pasado 16 de abril tardará años. Esa fue una de las conclusiones a las que llegó un equipo de Yachay Tech que viajó hasta la Costa ecuatoriana para hacer una inspección de los daños.
José Andrade, secretario académico de la Comisión Gestora de esa entidad, informó que el equipo hizo un reconocimiento en Pedernales, Manta y Portoviejo. En la primera urbe y en la localidad de Tarqui (Manta) el 80% de la infraestructura está inservible. “La reconstrucción será larga. Tardará meses, y en los casos más afectados serán años (entre 2 y 3)”, aseguró Andrade.
Una de las razones que dio para el colapso total o parcial de las estructuras fue la calidad de las construcciones que se levantaron en el país, específicamente en las pequeñas zonas costeras. A pesar de que en Ecuador sí existen normas de construcción, estas no se cumplen en su totalidad, pues no hay un trabajo de fiscalización, puntualizó el funcionario. Andrade agregó que se necesitarán cientos de millones de dólares para levantar las urbes. Afortunadamente, la red vial no sufrió daños representativos.
Con respecto a la reconstrucción, la recomendación es hacerlo de forma sostenible y con materiales antisísmicos.
Por su parte Ares Rosakis, académico de Yachay, explicó que el pasado terremoto se dio como resultado del empuje poco profundo de las fallas sobre o cerca del límite de placas: la de Nazca y la del Pacífico. Agregó que inmediatamente después del sismo se localizó el epicentro, el cual fue identificado debajo de Pedernales y dentro de la llamada ‘Lengua de Fuego’, una zona que inicia en la costa de Bahía de Caráquez y cubre las provincias de Manabí y Esmeraldas y termina en el límite con Colombia.
Andrade se refirió a esa zona como la “gran fábrica de terremotos”. Esto porque desde 1906, cuando se registró un sismo de cerca de 9 grados de magnitud en Esmeraldas, se han presentado otros 5, en un período de 100 años. Por lo tanto, el lapso de retorno sería de 20 años.
Estos 5 sismos alcanzaron los 7 grados de magnitud y ocurrieron en alrededor de 250 kilómetros cerca del sismo del pasado 16 de abril.
Los expertos indicaron que las réplicas del terremoto se presentarán hasta dentro de un mes. Es decir, que se sentirán hasta el próximo 16 mayo. Sin embargo, la población debe mantener la calma, pues hay que diferenciar entre sismos y réplicas. Las segundas son de baja magnitud y afectan a la infraestructura que ya está golpeada. Un ejemplo de ello es la escuela de Pedernales, la cual está afectada, y en el caso de presentarse una réplica solo de hasta 5 grados de magnitud esta podría colapsar.
Rosakis explicó que la profundidad del pasado sismo fue de 20 km por debajo de Pedernales; su localización -por dentro de la tierra- fue clave para que no se desarrolle un tsunami. “Para generar este fenómeno se necesita un evento fuerte como el del 16 de abril y una columna de agua encima del epicentro para que genere la ola. Este no fue el caso y por ello se descartó esa posibilidad”, explicó Andrade.
José Andrade, secretario académico de la Comisión Gestora de Yachay Tech, tiene experiencia en el campo de la Ingeniería Civil y la Geomecánica. Foto: Daniel Molineros/El Telégrafo
¿Por qué fue más fuerte en Guayaquil que en Quito?
A pesar de que Pedernales, la zona del epicentro del sismo, se localiza a menos distancia desde Quito que desde Guayaquil, el puerto principal resultó más afectado.
Rosakis explicó que eso se debió a los tipos de suelo. La Costa nacional se levanta sobre un suelo blando (arcilloso y arenoso) al cual se le puede llamar ‘gelatinoso’. “Por esto, la onda sísmica se amplificó mucho más en Guayaquil”, explicó el académico.
Quito, en cambio, está en la región andina, que se caracteriza por ser una zona montañosa. La cantidad de rocas genera una especie de barrera ante la onda sísmica. (I)
DATOS
La red de universidades del país indicó que con el personal en territorio, en menos de 24 horas, las FF.AA., Policía, Bomberos, médicos, rescatistas de varios países y técnicos de instituciones gubernamentales se ha podido intervenir áreas afectadas y brindar una primera respuesta de ayuda.
Se indicó además que la activación de las 8 Mesas Técnicas permitirá enfocar la atención a todos los sectores, tal es el caso que, en 48 horas, los servicios básicos como: agua potable, telefonía, energía eléctrica se reactivan paulatinamente en varios sectores.
Como una medida de prevención se ha instalado y puesto en servicio 12 generadores de energía eléctrica en sectores de Pedernales, Jama, Cojimíes, Manta y Portoviejo.
La comunidad internacional puede coordinar sus donaciones a través de la línea gratuita 1800 002 002.
Ares Rosakis, geofísico y consejero de la Comisión de Yachay Tech, es experto en Sismología. También es catedrático universitario. Foto: Daniel Molineros/El Telégrafo
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La Senescyt estableció una red de ayuda para los damnificados
Las universidades y los institutos técnicos sirven como centros de acopio
La Senescyt junto con todas las universidades del país se unieron ante la emergencia y abrieron sus espacios físicos para convertirse en centros de acopio de víveres, medicinas, agua y todo tipo de insumos necesarios.
La mayoría de los espacios operarán diariamente entre las 09:00 y 17:00, en horario ininterrumpido.
Para conocer la lista de los centros de recolección y los responsables en cada universidad, puede visitar la página www.educacionsuperior.gob.ec
Además, más de 11.000 estudiantes, profesionales y docentes de las universidades se han inscrito en la red de la Senescyt para ser voluntarios, tanto en las zonas del desastre y en los centros donde se separan las donaciones.
Por otra parte los rectores de los principales institutos superiores, como la Espol y la Politécnica Nacional, se reunieron en Quito para tomar acciones frente a la emergencia. La red concluyó que el tiempo de respuesta del Gobierno fue oportuno y en menos de 48 horas. (I)