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El Telégrafo
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La gente en Pedernales se levanta poco a poco

En la comercializadora Neisu, en Pedernales, las actividades se reiniciaron hoy.
En la comercializadora Neisu, en Pedernales, las actividades se reiniciaron hoy.
Foto: Mario Egas / El Telégrafo
02 de mayo de 2016 - 12:29 - Verónica Endara

Hoy, 16 días después del terremoto de 7.8 grados en escala de Richter, en medio de los escombros y las paredes caídas, se reiniciaron los trabajos de descabezar los camarones en la comercializadora Neisu, en Pedernales. Néstor Palma, su propietario, dice que es hora de trabajar y salir adelante.

Palma desde hace 20 años se dedica a la compra y venta de camarón. Con la reactivación de su negocio dio trabajo a alrededor de 20 personas, antes daba a 80. Empezaron las actividades con 100 quintales de camarón, antes laboraba con hasta 1.000 quintales.

“Tenemos que trabajar, la gente también necesita, nosotros somos un circulante de dinero. Tenemos que movernos, parados no vamos a conseguir nada, tenemos que seguir para delante. Ahorita debemos trabajar de largo para poder salir”, comenta Palma.

Él ya es conocido en Pedernales, la gente lo busca para pedir trabajo. Palma piensa acercarse a los albergues para recopilar a la gente que quiera laborar, todo depende de cómo vayan las ventas.

Su casa quedó totalmente destruida, actualmente vive en una carpa junto a su esposa y 3 hijas, en el patio de la casa de un amigo, quien hoy es su socio. Al día siguiente del terremoto volvió a su hogar para recuperar un poco de sus cosas, pero ya no quedaba nada, todo le habían robado.

“Yo estoy en la calle, pero me siento feliz porque toda mi familia está viva, las cosas materiales se vuelven hacer. Ahora estoy con más ganas de trabajar para poder empezar de cero”, comenta Palma.

Dice que los precios en las camaroneras varían por la escases de hielo. Actualmente él vende la libra de camarón entre $ 2 y $ 2,50, depende el tamaño, y paga $ 0,12 la libra de descabezado, incluida la cabeza.

Margeory Álvarez (26 años) apenas supo que el lunes podía regresar a su trabajo de descabezar camarón se aceró a la comercializadora Neisu. De esta actividad alimenta a sus 3 hijos y próximamente al que nacerá, pues está embarazada. Vive en una carpa en el patio de la casa de su suegra, su hogar quedó totalmente destruido debido al terremoto.

Álvarez explica que cada gaveta pesa entre 70 a 75 libras, hoy espera descabezar 2 gavetas, antes descabezaba hasta 4. El mismo día que trabaja recibe su paga. Dice que constantemente busca comercializadoras para descabezar los camarones, el objetivo es poco a poco salir adelante.

Según el alcalde de Pedernales, Néstor Alcívar, la principal actividad económica de la ciudad es justamente la producción de camarones, seguido por la línea hotelera. La ganadería y la agricultura también se suman a su línea de producción.

De acuerdo a Alcívar, de 12 mil hectáreas de producción camaronera alrededor de un 50% está afectada. Para ayudar a este sector -dice el Alcalde- se debe presentar un proyecto al Gobierno Nacional y ver qué lineas de refinanciamiento hay para poder reconstruir y tecnificar.

El Ministro del Interior, José Serrano, mencionó que Pedernales poco a poco se empieza a reactivar económicamente. Mencionó que como un emblema de la nueva Pedernales, se inaugurará en los próximos días un mercado de mariscos. Serrano aseguró que se busca que la nueva infraestructura sea un símbolo desde dónde renacerá la ciudad.

“Pedernales no es solo turismo, es sobre todo los pescadores artesanales, los pequeños productores de camarón, por eso hay que ver este emblema del mercado de mariscos como un renacer. Vamos hacer de Pedernales las nueva ciudad, la nueva esperanza, la nueva unión, Pedernales va a nacer con este símbolo, con este emblema que será el mercado de los pescadores y de la gente que vende marisco”, dijo el Ministro del Interior.

Este sería uno de los apoyos que recibirán los pequeños productores pues se han evidenciado muchos daños en los muros de las camaroneras. Desde el viernes iniciará un gran traslado de maquinaria para que los pequeños camaroneros puedan corregir o reconstruir sus muros y comenzar a producir nuevamente. (I)

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