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Ecuador, 21 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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La Armada gradúa a las primeras oficiales paracaidistas de salto libre

La teniente de navío Paola Ochoa y la teniente de fragata Gabriela Urquizo.
La teniente de navío Paola Ochoa y la teniente de fragata Gabriela Urquizo.

La Armada de Ecuador graduó a las dos primeras oficiales paracaidistas de salto libre en el país, tras un curso realizado en la ciudad de Guayaquil.

En el curso se graduaron 18 militares, entre ellos, dos mujeres oficiales del Cuerpo de Infantería de Marina. Se trata de la teniente de navío Paola Ochoa y la teniente de fragata Gabriela Urquizo.

"La Armada vio una oportunidad de que la mujer sea un ejemplo al mando de sus tropas y en el liderazgo diario que puede generar esta actividad", dijo Ángel Orellana, comandante del Cuerpo de Infantería de Marina, quien aplaudió: "Así tenemos estas primeras oficiales paracaidistas de salto libre".

Las oficiales paracaidistas, las primeras en Ecuador, según Orellana, cumplieron las mismas pruebas y ejercicios que sus compañeros, basadas en las técnicas de instrucción de los siete niveles del curso Caída Libre Acelerada.

Ellas fueron entrenadas por instructores del Cuerpo de Infantería de Marina del Ecuador durante tres meses y medio, señaló la Armada a través de la revista militar digital.

"Estoy segura de que atrás de nosotras vendrán más mujeres que no solo serán saltadoras libres sino mujeres ranas o comandos de las unidades de Fuerzas Especiales", señaló Urquizo.

Actualmente, la oficial asiste al Curso de Conducción Naval en la Academia de Guerra Naval de la Armada de Ecuador, para ascender al grado de teniente de navío, en diciembre de 2018.

"El entrenamiento nos permitió demostrar que no teníamos ningún impedimento para prepararnos en el curso. Nuestro lugar lo ganamos a pulso", comentó Ochoa, quien además es la primera infante de marina del Ecuador.

"Con este curso de salto libre hemos roto un paradigma porque no lo había realizado ninguna mujer", añadió.

Durante el ejercicio, las participantes saltaron desde 12.500 pies de altura.

"Aproximadamente 40 segundos después del salto abrí el paracaídas a 4.500 pies de altura. Viví una sensación de libertad, no existe vértigo, es como volar", expresó Ochoa al agregar que "el trayecto descendente fue de cuatro minutos a gran velocidad".

Urquizo indicó que "no fue fácil cumplir con los parámetros específicos para ejecutar los saltos libres", pero agregó, que "ver cuando se abre la rampa del avión, sentir el aire helado y saltar sin mirar atrás, sin dudar, disfrutar el vuelo, es lo más emocionante". (I)

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