Dos niños se bañan en el agua estancada en una antigua escuela ubicada en el sector La Tranca, a la entrada del cantón Babahoyo, en Los Ríos.

“El agua no baja de nivel, más bien ha subido. Estamos así hace tres semanas”, expresó Leonel Barcos, el padre de los menores, quien llegó en una moto con su esposa.

La mujer camina desde la vía principal levantando fundas de compras y trata de no caerse, pues el agua le llega a la cintura.

El patio, las aulas, todo está inundado. La unidad educativa está cerrada hace cinco años, pero ellos viven ahí (en un auditorio del segundo piso) como guardias.

La gasolinera ubicada al frente tampoco funciona, está anegada. Los conductores manejan a baja velocidad porque el agua cubre la vía.

Camilo Salinas Ochoa, gobernador de la provincia de Los Ríos, informó que Babahoyo es uno de los más afectados por el invierno. 

También hubo daños en los cantones Baba, Montalvo y Valencia; en este último se desbordó el río Chila.

Desde diciembre de 2018 hasta el 15 de marzo, solo en la capital de Los Ríos se contabilizaron 249 casas afectadas, de ellas, 7 destruidas.

La noche del sábado, las calles de la cabecera cantonal se inundaron. En algunos sectores el agua alcanzó un metro de altura. “Una hora después que terminó de llover, el nivel descendió por un sistema de bombas con el que cuenta la ciudad”.

Situación en la provincia
A nivel provincial, 787 viviendas -en las que habitan 2.754 personas- están afectadas parcialmente por la etapa invernal. Sin embargo, 12 casas quedaron destruidas, principalmente en recintos.

Salinas explicó que trabajan en conjunto con los ministerios de Salud Pública, Desarrollo Urbano y Vivienda, y de Inclusión Social; la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos y municipios para atender a los damnificados.

Agregó que la ayuda incluye atención en salud, kits de alimentación, colchones, vajillas; además -dependiendo de cada caso- bonos y reubicación de afectados en familias acogientes.

Perjuicios en la agricultura
Salinas precisó que hasta el 13 de marzo se contabilizaron 4.574 hectáreas de cultivo perjudicadas, la mayoría (el 70%) de maíz, pero también de arroz y cacao. 500 se perdieron totalmente.

Héctor Ramos, un morador de La Tranca, contó que por las inundaciones no ha podido trabajar en la siembra de arroz y diariamente pierde

$ 25. “Por eso estoy aquí empujando los carros que se quedan botados, para ver si me dan unos centavos”. (I)