Luego de un año del terremoto del 16 de abril de 2016, que azotó especialmente a las provincias de Manabí y Esmeraldas, dejando más de 650 fallecidos, ¿qué ha pasado con parte de su población? ¿Hay esperanza después de la catástrofe?

Luis Alberto, un pescador que sobrevivió a la tragedia, ahora continúa trabajando todos los días en alta mar a bordo de una canoa, igual que el nombre de la parroquia del cantón San Vicente, en Manabí, que fue una de las más afectadas por el desastre natural. 

O la historia de Aída, una mujer que también hizo todo lo posible por ayudar a sus seres queridos y así reconstruir sus vidas.

Ellos son los protagonistas del documental Piedra, Papel, Tijera: Canoa, la reconstrucción, que se estrena hoy, a las 19:00, en el canal exclusivo de TV paga, OnDirecTV.  De la misma manera, a partir de junio también será presentado en el sistema de entretenimiento a bordo de la aerolínea Latam, en sus vuelos con pantallas individuales.

El audiovisual relata estas historias, junto con el proceso de construcción de 10 viviendas para igual número de familias que fueron afectadas por el sismo. 

El proyecto estuvo a  cargo de 70 voluntarios de diversos países, como Argentina, Chile, Brasil, Estados Unidos, Colombia, Uruguay, además de Ecuador. 

Ellos trabajan en las 2 empresas involucradas en la producción (DirecTV y Latam), y se trasladaron a Canoa para cumplir con el propósito. Las viviendas fueron entregadas entre diciembre de 2016 y enero de 2017.

Jorge Yias, director de la cinta, precisó que la producción es el resultado de un trabajo que realizaban hacía 3 años con la citada empresa, en materia de documentales. Por eso no dudó en venir a Ecuador desde Argentina para el proyecto.

Yias, junto con Lucas Palacios, de la productora Ponchosauer, llegaron a Canoa en agosto de 2016 para un primer contacto con la población. Recorrieron la zona devastada y conocieron a las personas del Municipio. De ese modo establecieron el cronograma de la filmación del documental.

Así se desarrolló un total de 20 jornadas de grabación en los 5 meses que duró la producción, que se hizo desde agosto hasta diciembre del año pasado.

Yias explicó que “uno sabe cuándo comienza a grabar, pero no sabe cuándo termina”. 

El director señaló que, si bien conocieron a las 10 familias, poco a poco se integraron con personas particulares que fueron quienes sirvieron para ilustrar las historias.

“Alberto, el pescador, es un hombre que trabaja en el mar para mantener a su familia; nos pareció importante que cuente sus faenas y lo que él vive”, recordó el realizador audiovisual. 

Y también el testimonio de Aída, quien fue llamada como ‘Madre Coraje’ por los productores. “Ella fue la que sacó adelante a su familia. Se dijo a sí misma: ‘Algo hay que hacer’, y lo hizo: comenzó a vender empanadas”.  

No era la primera vez que Yias lidiaba con tragedias de otros países. “En mi caso, esto me trajo recuerdos de un documental anterior que hice en 2011, sobre el terremoto de Japón. Tuve ecos de eso. Retratar la sensación de personas que lo pierden todo, pero se levantan con fuerza...”. 

Añadió que ese es el mensaje del documental, por eso se lo tituló: ‘La reconstrucción’ como una metáfora. “No es solo la reedificación de las casas, son las personas que se van levantando”.

En cambio, para el productor Lucas Palacios, la experiencia fue totalmente nueva, pues nunca había estado en una zona de terremoto.

“Te encuentras con realidades muy duras. Por eso, antes de salir de Buenos Aires, pensamos en enfocarnos en algo positivo para el documental. En buscar historias de personajes que estén transformando y exponer cómo se levantaron. Y así fue”.

Palacios, más allá de la filmación, consideró que la labor de la edificación de las viviendas fue de mucha ayuda para las familias de Manabí.

Las casas entregadas son sismorresistentes y fueron construidas en terrenos donados por el Municipio de San Vicente; además, las familias obtuvieron las escrituras de propiedad. Sin embargo, aún hay muchos residentes que están en otra situación. 

“Aún hay personas que viven en los  campamentos. Nos queda el recuerdo de toda la gente que conocimos, que nos abrió las puertas para contarnos sus historias”, dijo el productor. 

Bendición de las casas 

Otra parte del relato del documental es la historia de Gonzalo Rodríguez, conductor del programa Piedra, Papel y Tijera. En la producción, su misión fue viajar al Vaticano para recibir la bendición del papa Francisco.

Para ello, Rodríguez compró 10 cruces y buscó un encuentro con el Sumo Pontífice, para que las santifique y así venir a Ecuador a la bendición de las casas. 

En ese trayecto, él le da un toque de soporte y descanso a la historia, es casi humorístico, en contraste con los relatos de los voluntarios que van construyendo lazos de amistad y cooperación con las familias en el proceso.

Palacios destacó la labor de los voluntarios en el plan. “Fue increíble el impulso de ellos, más que nada porque no eran personas familiarizadas con el rubro de la construcción”.

Recordó que ellos mismos (los voluntarios) hicieron los trabajos de preparación del cemento, las mezclas, el levantamiento de paredes, todo. Entre ellos estuvo Vanessa Illescas, quien en el documental se encargó de dialogar con las familias de Canoa y también es una de las narradoras principales.

Otra es Mariela Soto, quien definió como una gran experiencia su voluntariado. “No solo ayudamos a hacer casas, también conocimos otras realidades”.

Soto, de 33 años, originaria de Venezuela, ya había participado en otras ONG de ayuda, pero calificó como diferente a lo que hizo en Canoa. “Me gustó ver que venían personas de otros países, con las ganas de ayudar y sacar sonrisas a los niños”. La voluntaria no descartó regresar a la localidad pesquera.  

Piedra, Papel, Tijera, es uno de los ejes del departamento de Responsabilidad Social de DirecTV, el cual se encarga de identificar y resolver problemas en comunidades latinoamericanas, por lo que han participado en la transformación de hogares, escuelas y orfanatos.

La producción del documental contó con alrededor de 20 personas tras cámaras, entre los guionistas, camarógrafos y el personal técnico del tratamiento del  color y sonido.

El documental también muestra imágenes reales de cámaras de videovigilancia, en las que se visualizan los momentos de angustia que vivieron las personas de Manabí, durante el terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter. 

Así, Canoa, la reconstrucción, es una historia de esperanza para 10 familias afectadas, que con la fuerza de 70 voluntarios recibieron alegría, luego de un momento difícil que cambió sus vidas. (I)