LAS AUTORIDADES DE LOS ESTABLECIMIENTOS AÚN NO SABEN CUÁNDO PODRÁN RECUPERAR lAS INFRAESTRUCTURAS
Bloques de dos históricos colegios de Manta quedaron devastados tras el terremoto
“Demolerán el cemento, pero las enseñanzas y recuerdos de años en las aulas no se borrarán nunca, renaceremos”...
Esa es la leyenda que escribió Luis Guevara, al postear un video en las redes sociales, para expresar al mundo la situación de la Unidad Educativa San José, donde se educó.
El establecimiento, que en junio cumplirá 71 años y se levanta en la parroquia Tarqui, fue afectado por el terremoto del 16 de abril.
Unas lágrimas corrieron por el rostro de Luis, pero a más de un kilómetro, Édgar Nieto tuvo la misma melancolía al ver el pabellón más antiguo del colegio 5 de Junio, completamente colapsado.
Estas dos instituciones son históricas en Manta y en las que se educaron miles de jóvenes. Hoy, todos observan con tristeza los daños en sus planteles tras el sismo, lo mismo sucedió con otros 10 establecimientos de la ciudad.
Luis, desde el momento en que derrocaron el bloque más antiguo, se dirigió a los exteriores y grabó las imágenes. De los escombros recogió uno de los sellos del colegio que estaban soldados en las ventanas. Son las letras: CS. “Lo guardaré por siempre”, explicó.
Este manabita recordó la cantidad de amigos que tuvo desde el inicio de su etapa escolar hace 46 años. “Todos mis hermanos y mis hijos son salesianos. Me eduqué allí 12 años. Soy de la promoción de 1982”, precisó. A un costado de la institución, en el bloque que lindera entre la avenida 105 y calle 109, el personal administrativo matriculaba a los estudiantes.
El rector Luis Chávez rememoró que el establecimiento es uno de los primeros colegios particulares que se edificó en Manta.
De su creación se encargó una delegación de la congregación de salesianos que llegó desde Guayaquil hasta el cantón Rocafuerte. Ellos tenían la misión de fundar un centro educativo. Luego, el padre Julio Haro empezó los trámites en el gobierno del expresidente José María Velasco Ibarra. En 1944 se inició la obra con la colocación de la primera piedra.
Entre las personas que participaron de las obras hubo religiosos salesianos que efectuaban trabajo comunitario en la región. Este colegio comenzó con cerca de 30 alumnos. La primera promoción de bachilleres se graduó en 1957.
A raíz de 1986 se convirtió en Unidad Educativa San José y a partir de ese año es fiscomisional (ayuda parcial del Estado con entrega actual de 16 partidas para docentes).
El rector Chávez comentó que en la antigua edificación levantada a un costado de la calle 106 y avenida 108, se debilitaron las bases y el piso se trizó.
El coliseo, explicó, no tenía tantos daños, pero al derribar el bloque se vino una estructura abajo. “Se pierden 32 aulas de las 48 que había y todo el espacio administrativo. Ahora en el bloque nuevo que data de 8 años estamos habilitando 24 aulas”, precisó.
Por ahora, la entidad laborará en dos jornadas, según la planificación con las autoridades. En la mañana funcionará la básica y en la tarde el bachillerato. “Iniciaremos con el programa del Gobierno. No hemos empezado porque estamos readecuando. Ese proceso lo empezaremos máximo a finales de este mes”, aseveró.
En la institución hay 1.650 alumnos, señaló el rector, mientras recordó que por estas aulas pasaron personajes como el exvicepresidente Alberto Dahik, que estuvo los primeros años de su instrucción; Raúl Vallejo, el ministro de Cultura; los exalcaldes Onofre De Genna y Alberto Cantos, entre otros. “Hemos sido protagonistas en deportes y en el arte. Siempre defendemos la visión y misión que es evangelizar educando y educar evangelizando”, dijo.
En las inmediaciones del colegio funciona el oratorio, donde 1.200 destinatarios, entre niños, adolescentes y jóvenes, iban los fines de semana al catecismo. (I)
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Hay pesar en los “cinquinos”
21 aulas y el área administrativa sucumbieron
Édgar Nieto estudió la secundaria en el colegio “cinquino”. El martes acudió al llamado de compañeros de su promoción (2005) para tomarse una gráfica como lo hicieron hace 11 años. La idea es tener un recuerdo del área donde se educaron. Sin embargo, en los próximos días empezará su derrocamiento. “Siento nostalgia, pues uno caminaba y estudiaba allí”, afirmó.
Alexandra Menéndez, su compañera de curso, afligida dijo: “Esto es parte de nuestras vidas. Cuando me enteré que con el sismo este edificio se iba a demoler, lloré mucho. Avisé a los chicos y vinimos a tomarnos la última foto”.
Manuel Ramírez, quien también se educó en el establecimiento y es conserje ahí hace 26 años, explicó que será fuerte y no llorará cuando demuelan el espacio considerado como patrimonio de la urbe.
El rector del plantel, Freddy Macías, recorre el patio y observa el edificio. Indica que después del terremoto realizaron cuatro mingas porque el lugar quedó lleno de cables y había postes caídos.
La situación es calamitosa, sostuvo, pues calificaron al edificio en nivel 3, que significa que no es operativo.
En esta estructura había 21 aulas, además en la parte sur funcionaba el área administrativa, rectorado, vicerrectorados, inspectoría, el Bachillerato Internacional, secretaría y la biblioteca. El colegio cumplirá 65 años el 5 de junio. Aquí estudiaron el exalcalde Jaime Estrada, el actual prefecto Mariano Zambrano, el alcalde Jorge Zambrano y otros. (I)
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La madera fue donada por el Ministerio de Ambiente
Internos de la cárcel de Turi fabricaron mesas y bancas para los damnificados
Veinte mesas, 20 bancas y 108 puertas elaboraron los privados de la libertad en los talleres de carpintería del Centro de Rehabilitación Social (CRS) Sierra Centro Sur Turi, en Cuenca.
El detenido Henry G. y el promotor laboral Francisco Ruilova coordinaron para definir las dimensiones de los muebles. Se acordó que serán de dos metros de largo.
Miguel A., quien fue uno de los 26 internos encargados del trabajo, afirmó que se siente complacido saber que sus productos servirán para los afectados del terremoto de 7.8 que ocurrió el 16 de abril.
Los diseños de las mesas se crearon en el taller laboral. Los aprehendidos laboraron varios días para terminar las mesas y las bancas.
Los privados de la libertad de la Zona 6 también fabricaron 108 puertas que se utilizarán en la reconstrucción de las viviendas en los poblados arrasados por el movimiento telúrico. En esta iniciativa colaboraron los centros de rehabilitación social de Cañar, Azogues y Cuenca. La madera utilizada para la fabricación de los artículos fue donada por el Ministerio del Ambiente (MAE).
Personal del Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos trasladó desde Cuenca hasta la parroquia de Calceta, en Manabí, 190 tablas y 60 listones de madera que servirán para las estructuras en la construcción de locales, con la finalidad de reactivar los negocios en las zonas afectadas.
Paúl Tobar, coordinador zonal de la cartera de Estado, considera importante la labor que realizan las personas privadas de la libertad y los promotores laborales, al ofrecer su mano de obra y trabajo en favor de los damnificados por el terremoto en las provincias de Manabí y Esmeraldas. (I)
Foto: Cortesía