La caída en el precio de las materias primas altera el mercado mundial y trae preocupación a los países productores. La baja del precio del petróleo, en casi un 60% desde 2009, continúa. Ayer, influenciada por la tendencia que se mantiene hace 2 meses, y solo interrumpida por intentos de estabilización, el barril de WTI perdía por la mañana 45 centavos para ubicarse en $ 40,87 en el mercado de Nueva York.

Ante ello, Ecuador y Venezuela  afinan estrategias para enfrentar el temporal que ya llevó a Ecuador a reajustar $ 800 millones en su presupuesto general.  El jueves, los ministros de Relaciones Exteriores, Xavier Lasso y Delcy Rodríguez, respectivamente, se reunieron para trazar un plan común “en defensa de los precios petroleros” que anunciarán en los próximos días, luego de presentarla a los Jefes de Estado de ambos países.

Rodríguez señaló que dicha estrategia “busca defender la posición de los países productores”, pues sugirió que se está utilizando la “política del petróleo para atentar contra Rusia, Venezuela” y en general, contra los “gobiernos progresistas”.

Lasso coincidió con que existe una manipulación del mercado petrolero, no por razones de mercado estrictamente, sino por “una decisión política que es estrangular a modelos como los nuestros”.

Expertos estiman que existe suficiente oferta en el mercado. Pero el crudo no es el único que está trayendo dolores de cabeza. El cobre, por ejemplo, cayó a su menor valor en 6 años -sobre un 22%-, por una menor demanda en China arrastrando las economías de Chile y Perú, los mayores proveedores del metal.

Consultores creen que este no se recuperaría al menos en los próximos 2 años. “El rango de precios para los tres trimestres está entre $ 2,08 a $ 2,72 la libra física”, dijo Juan Carlos Guajardo, director de la consultora chilena Plusmining y experto en minería, lo que es una importante diferencia frente a los $ 4,5 por libra de 2011.

Chile es el primer productor mundial con unas 5,7 toneladas anuales, y Perú, el tercer proveedor del mundo. Ambas economías están sufriendo una fuerte presión. “Más que una degradación de la economía mundial es el contexto internacional que no mejora como se espera”, dijo Jean-Louis Mourier, economista de la corredora Aurel BGC.

Por el momento, el mayor enigma es la magnitud y la velocidad de la desaceleración del crecimiento chino, motor de la actividad mundial en la última década. (I)