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El Telégrafo
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Una etiqueta fiscal ayudará a reducir el contrabando de licor

Una etiqueta fiscal ayudará a reducir el contrabando de licor
31 de julio de 2013 - 00:00

Con el propósito de reducir el contrabando de licor y fortalecer el control aduanero en el país, el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae) trabaja en la planificación de un proyecto para implementar etiquetas fiscales que permitan el registro y trazabilidad de licores de importación.

La normativa, que se prevé ejecutar en el último trimestre de este año, se aplicará  al whisky, vodka, tequila, entre otros.

Según datos proporcionados por el Senae, en la etiqueta fiscal se dará a conocer a la ciudadanía que el producto que consumirá cumplió todas las formalidades aduaneras. Además, garantiza que el licor no es perjudicial para la salud, ya que toda botella legalmente importada cumple el registro sanitario.

El plan de etiquetas fiscales proporcionará también a los funcionarios aduaneros los medios necesarios para identificar si los licores son de procedencia ilegal y ayudará a incrementar el nivel de recaudaciones.

Para realizar este trabajo, autoridades del Senae mantuvieron reuniones con varias empresas internacionales, que elaboran etiquetas fiscales y que son reconocidas a nivel mundial, con el objetivo de diseñar documentos de seguridad, utilizados en gobiernos, y así aplicar un método efectivo y seguro.

Santiago García, experto en comercio exterior, calificó la medida de “acertada” porque  mejorará el control del contrabando de licores. “Antes se requerían presentar facturas de las compras de los productos, ahora la información constará en la etiqueta fiscal”, puntualizó.

El programa de recompensas  1800-Delito ¿apoyó en  la ejecución de varios operativos de controlAgregó que no se debe confundir esta medida de control con los valores de los impuestos a los licores. “Hoy tienen un arancel específico en dólares según el grado alcohólico, mientras más fuertes son más impuestos pagan  y un arancel ad valorem (o ‘según su valor’. Impuesto sobre el valor de una mercancía) del 1% que se aplica al costo total de importación, puesto que los sectores importadores se quejan de que se trata de aranceles demasiado altos”, explicó García.

Resaltó, además, que es una práctica mundial  imponer aranceles más o menos significativos sobre este tipo de productos.

Para Felipe Cordovez, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Importadores de Licores (AEIL),esta medida es positiva. Sin embargo, consideró que esto no solucionaría el problema, porque de una u otra manera complicará más a los formales.

A pesar de su preocupación, el titular de este sector manifestó que están dispuestos a apoyar cualquier acción para contrarrestar el contrabando. Destacó que una alternativa para contrarrestar este delito en Ecuador es crear impuestos a los licores importados, similares a los que hay en Colombia y Perú.

El titular de la AEIL aseguró que estos países tienen impuestos  más bajos que los nuestros. “En Perú, una botella de un whisky estándar legal puede costar de 10 a 16 dólares, en Colombia entre 17 y 23 dólares, mientras que la misma botella en  Ecuador sería entre 40 y 50 dólares. La diferencia es tan grande que hay motivación para hacer negocio y dar paso al contrabando en nuestro país”, indicó Cordovez.

Acciones de control

Desde que se aplica la Resolución 63 del Comité de Comercio Exterior (Comex), el 11 de junio de 2012 hasta la fecha, el Senae ha efectuado controles aduaneros mediante 251 operativos, en los que se aprehendieron 58.994 unidades de licor de procedencia ilícita por el valor de 3’480.000 dólares. El monto  representa un 16% de las importaciones de licores afines en el mismo período.

Varios de estos operativos fueron frutos del programa de recompensas 1800-Delito, que entró en vigencia el 6  de mayo de 2012 en este organismo de control.

La mercancía que no cumpla las formalidades aduaneras es aprehendida durante los controles que efectúa el Senae en las carreteras, fronteras y el perfil costanero.

Posteriormente, la entidad otorga un plazo de 72 horas al dueño de la mercancía para que justifique su origen, caso contrario queda bajo la potestad aduanera y, según el Código Orgánico de la Producción, es destruida.

Para evitar que ingrese licor de contrabando, la entidad realiza operativos de control posterior en locales comerciales, licoreras, discotecas y en los establecimientos que expenden este tipo de bebidas u otras mercancías, con el propósito de verificar si tienen los documentos respectivos que justifiquen la legal importación.

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