La viceprefecta de carchi plantea la creación de una zona especial económica
Tulcán tendrá prioridad en compras públicas
Luego de ser declarado como ‘zona deprimida’ por parte del Consejo Sectorial de la Producción, los comerciantes del cantón Tulcán se muestran expectantes y esperan una rápida intervención del Gobierno.
De acuerdo al sector, el movimiento comercial se ha reducido el 80% desde diciembre de 2014, cuando inició de forma más acelerada la devaluación del peso colombiano y muchos de los ecuatorianos prefirieron hacer sus compras en Ipiales, ciudad que comparte la frontera norte con el país.
Dos ministros dieron detalles de lo que implica que Tulcán sea declarado como ‘zona deprimida’. La titular del Ministerio Coordinador de Producción, Empleo y Competitividad, Nathalie Cely, afirmó a este Diario que la declaratoria implica prioridad en la inversión en el sector y en las compras públicas.
De su parte, el ministro de Comercio Exterior, Diego Aulestia, aseguró que el Gobierno está desarrollando una serie de incentivos tributarios, apoyo al sector de transporte de carga y desarrollo de nuevos emprendimientos. “La depreciación de la moneda colombiana con respecto al dólar implica que sus productos sean más baratos para economías dolarizadas como la del país, por eso es que tenemos un flujo importante de ecuatorianos viajando a Colombia a realizar compras, por ende el comercio en Tulcán se ha visto resentido”, afirmó Aulestia.
La diferencia cambiaria de 3.020 pesos por dólar (precio a la venta de ayer) ofrece ventajas que los ecuatorianos tratan de aprovechar.
Según la Cámara de Comercio de Ipiales, hasta la ciudad colombiana durante el último feriado (del 10 de agosto), llegaron aproximadamente unos 16.000 vehículos, con no menos de 60 mil ecuatorianos. El 60% de los consumidores de productos en Ipiales son ecuatorianos, y el microcomercio se ha incrementado el 50%.
El auge comercial, debido a las coyunturas económicas internacionales, ha beneficiado tanto a uno como al otro lado de la frontera, según una publicación del diario El Tiempo de Colombia.
A finales de 1999, las calles de las citadas urbes ecuatorianas fueron invadidas por compradores colombianos debido a la devaluación del sucre, la moneda que fue sustituida por el dólar en el año 2000. Los compradores de Nariño llevaban a su país, principalmente, productos de primera necesidad.
“Estamos en nuestro cuartico de hora y lo estamos explotando comercialmente lo más que se puede. No sabemos hasta cuándo va a durar”, señala José Luis Pazmiño, propietario de un almacén de lámparas en Ipiales.
Comercio local
El tungurahuense Luis Illagana, que vive desde hace 20 años en Tulcán y comercializa artículos de cuero y objetos varios, espera que en la frontera norte se instalen industrias. Dijo desconocer cómo funciona una zona deprimida y qué beneficios existen para el comercio.
Por su lado, Isidro Guerrero, cambista de monedas por 30 años, sostiene que las autoridades e instituciones deben planificar cómo se puede ayudar al comercio local, transporte y otros negocios.
En una entrevista en una radio local, la viceprefecta del Carchi, Melva Cadena, sostuvo que han insistido en la creación de una zona especial de desarrollo o de comercio como la que existe en Panamá: “que en el cantón Tulcán se establezca una zona libre de aranceles, se podría reactivar el comercio si no se pagara el Impuesto al Valor Agregado (IVA)”. También que se implemente una zona de desarrollo industrial para impulsar procesos de manufactura. Indicó que “a nivel país el 20% de actividad productiva es manufactura e industria, en Carchi es el 10%; el comercio y el transporte representan el 20% en el país, en la provincia es el 40%”. (I)
En Ipiales, Colombia
Los artículos electrónicos, los más demandados
Los artículos electrónicos como laptops, celulares, televisores y tablets son los más demandados por los ecuatorianos que llegan hasta Ipiales, en la frontera con Colombia. Se estima que alrededor de 20 mil nacionales cruzan la frontera cada fin de semana, aunque en el último feriado se contabilizaron 60 mil.
La depreciación de la moneda y el tratado de libre comercio del vecino país con Estados Unidos les permite importar artículos electrónicos sin aranceles, lo que ha captado el interés de los ecuatorianos. Una laptop que en el país costaría $1.200 en Colombia no supera los $700.
Los neumáticos de marcas extranjeras también se ofrecen a costos más bajos, producto de la devaluación de la moneda. Productos de aseo como detergentes, suavizantes, desodorantes y cremas, así como alimento para mascotas, se expenden en grandes cantidades.
Aquello no ocurre con la ropa, lencería y calzado colombianos, cuya calidad ha sido reconocida en el mercado nacional, pero a pesar de la devaluación de la moneda sus costos no varían sustancialmente con respecto al valor que se vende en Ecuador.
Eso ha hecho que en las perchas de varios establecimientos colombianos haya una variedad de prendas importadas, principalmente de China. El calzado de marcas internacionales como Nike, Adidas o Puma es el más requerido. (I)