El lunes 14 de octubre se normalizaron las actividades laborales en las empresas públicas y privadas luego de las manifestaciones por el paro, que duró 11 días a nivel nacional.

Si bien es cierto que algunas compañías permitieron que los empleados trabajen desde su casa debido a la restricción de circulación, en otras organizaciones esto no fue posible. Esto quiere decir que una vez que se retomaron las actividades con normalidad debe existir trabajo retrasado y obligaciones por cumplir.

Adriana Toro, directora nacional de Adecco Ecuador, y Sebastián Lima, director de Calidad y Servicio de la misma empresa comentan que escuchar al equipo y motivarlo es fundamental para recuperar el ritmo de trabajo. Los expertos en talento humano dan 9 consejos para fomentar la productividad en las empresas una vez que la crisis que las manifestaciones causaron llegaron a su fin:

- Los líderes de equipo deben mostrar preocupación por cómo vivieron los colaboradores los últimos episodios. Saber si el empleado pudo movilizarse a casa con facilidad o si su familia superó la paralización sin inconvenientes es clave para generar un espíritu de equipo y motivar a la fuerza laboral. Hay que hacerle saber a los colaboradores que la empresa está con ellos y que, además, quiere apoyarlos para sacar las cosas adelante.

- “El empleado debe percibir a su jefe como un soporte para reestructurar los planes en relación a su urgencia”, dice Lima. Los líderes de equipo son los llamados a tomar la iniciativa de conversar con sus equipos y definir prioridades. Esto permitirá que las tareas más urgentes se despachen primero y se eviten retrasos que puedan generar problemas.

- Toro asegura que aunque se paralicen las actividades por cuestiones externas, los objetivos financieros y comerciales de las compañías no se detienen. De ahí la importancia de que la compañía brinde todas las herramientas necesarias para que los colaboradores puedan igualarse con sus tareas.

- Reiniciadas las actividades es necesario hacer un reconocimiento para los colaboradores que hicieron todo lo posible por cumplir con su trabajo o que, debido a la situación del país, dieron más tiempo del que se les pidió. Por ejemplo, en algunos edificios el personal de seguridad no pudo tomar su descanso, o no pudo tomar el día libre. Por lo que es importante generar espacios de reconocimiento para los colaboradores que se esforzaron por cumplir sus actividades durante la paralización.

- Es necesario que los líderes generen consensos con sus equipos y formas de compensación. “Si se le pide a alguien que trabaje un sábado para igualarse las actividades que se retrasaron, lo ideal es que cuando la carga laboral disminuya, se le pueda compensar con una tarde libre, por ejemplo. Otra opción es generar espacios de agradecimiento como almuerzos, desayunos o actividades de distracción durante un fin de semana”, afirma Lima.

- En tiempos de crisis o conflictos, la comunicación se torna fundamental. Un diálogo abierto entre líderes y colaboradores puede aportar a la búsqueda de soluciones conjuntas y se convierte en un excelente mecanismo para impulsar la productividad a partir de nuevas ideas que permitan el beneficio de todos, y de la compañía en general.

- Desde el área de Recursos Humanos se debe hacer un llamado a la no discriminación y al respeto de la diversidad de opiniones y posturas frente a los acontecimientos. “Este es un tema de comunicación interna y debe ser parte de la cultura corporativa, no solo cuando se dan eventos adversos. Si la empresa no tiene implementado este tema, puede enviar comunicados internos llamando a la tolerancia, la no discriminación y a enfocarse en la consecución de los objetivos de la compañía”, señala Lima.

- En esa misma línea, Adriana Toro enfatiza en que evitar estos espacios de conflicto que pueden darse por diferentes posturas. Los líderes de cada equipo deben sentarse con su equipo, saber cómo piensan, intercambiar opiniones y luego hacer un llamado a respetar las diferentes posturas y enfocarse en el cumplimiento de las actividades.

- Las oficinas suelen ser un espacio en el que los trabajadores conversan de los temas de coyuntura nacional, pero este no debe ser un motivo distractor de los colaboradores. “Invertir mucha cantidad de tiempo en tratar de convencer al otro de que mi posición está bien es un tiempo muerto que no genera resultados a las compañías y que nos aleja de la consecución de objetivos”, asegura Toro. (I)