Especial coronavirus
Ingresos de los hogares de Quito disminuyeron
La mayoría de hogares de clase media en Quito sufrieron una reducción en sus ingresos económicos debido a la paralización productiva por la emergencia sanitaria. La ausencia de liquidez les obligó a priorizar los gastos del hogar.
Así lo indica el estudio Impacto económico por paralización covid-19 en hogares de Quito, elaborado por la Cámara de Comercio de Quito (CCQ) junto con la Universidad de Las Américas (UDLA).
Se realizaron encuestas a 2.676 hogares del centro norte que la capital con ingresos de alrededor de $ 860. El 77,2% de este universo analizado asegura que tuvo una reducción en sus ingresos durante la emergencia. El 12,5% ha perdido entre el 51% y el 80% de sus ingresos habituales.
Además, el 26% afirma que al menos un integrante del hogar perdió su empleo. Y el 75,2% no ha podido ahorrar durante la paralización. Únicamente el 17,8% mantiene su nivel de ingresos y el 5,8% logró aumentarlos.
Esta reducción de recursos está acompañada de cambios en los hábitos de consumo. Durante estos meses, los gastos en alimentación, pago de servicios básicos y educación fueron la prioridad en las familias.
Invertir en un negocio propio, en bienes, vacaciones o diversión y ocio dejaron de importar en esta temporada y en el corto y mediano plazo posterior a la emergencia.
Luis Naranjo, jefe de Análisis Económico y Comercio Exterior de la CCQ, asegura que incluso los lugares para proveerse de alimentos cambiaron. Apenas el 16,5% optó por ir al mercado, mientras que el 74,2% prefirió ir a supermercados.
“Si las familias tienen menos ingresos van a consumir o comprar menos a los negocios. Las empresas con menos ventas tendrá que hacer una reducción de personal. La gente sin empleo no tiene ingresos y deja de consumir. Es una cadena”, explica Naranjo, quien participó en el estudio.
Pero no solo el desempleo afectará el consumo. Iván López, catedrático de Economía en la UDLA, cree que la inseguridad que tiene la gente sobre qué pasará en sus trabajos hará que incrementen sus ahorros, por lo que consumirán menos.
Según la CCQ y con información del Servicio de Rentas Internas (SRI), entre marzo y abril, las ventas privadas se redujeron en $ 6.271 millones. Quito representa el 45% de esta caída.
Por otro lado, el Banco Central del Ecuador estima que la economía del país decrecerá entre 7,3% a 9,6% en 2020. La CCQ estima que esa recesión implicaría una pérdida de 600.000 empleos hasta finales de año y un aumento de la pobreza en un 4%.
Según Naranjo, solo entre marzo y mayo se perdieron 200.000 plazas de trabajo. De estos, el 45% sería en Pichincha y un 25% en Guayas.
López, quien también participó en el estudio, asevera que aproximadamente el 43% del empleo en microempresas se verá afectado entre reducir, suspender y finalizar la relación laboral.
El académico cree que el Gobierno debe dar tranquilidad a la gente evitando que se destruyan empleos y así el consumo aumente. Recomienda además que los bancos den créditos asequibles con tasas de interés bajas para que las empresas se reactiven o nazcan emprendimientos.
Naranjo también sugiere abrir líneas de crédito blandas para proteger la liquidez de las empresas y así conservar el empleo y mantener el consumo para que los negocios se reactiven.
Cree que es fundamental estimular el consumo y no restar liquidez a personas y empresas. “Es importante que el dinero que ingrese a la economía por parte de los multilaterales se destine una gran parte a la reactivación de las empresas. Cuando recuperen la liquidez, no va a haber más despidos”. (I)