Nicaragua analiza la construcción de canal similar al de Panamá
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que Panamá crecerá un 7,5% en 2012, lo que la ubicaría por segundo año consecutivo como la economía de crecimiento más acelerado de Latinoamérica. Y gran parte del dinamismo se lo debe al canal, una de las principales vías marítimas del mundo.
La operación y las demás actividades relacionadas con el canal aportan cerca de un quinto del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Por aquello, la gigantesca obra de ingeniería es la envidia de otras economías que quieren replicarla.
Pero, ¿es posible? La construcción del canal solo se concretó por la ubicación estratégica de Panamá, en el punto más estrecho del istmo (franja estrecha de tierra). Las autoridades de Nicaragua, al menos, sí están convencidas de que pueden emular su éxito con una vía de navegación rival, según una publicación del diario chileno DF.cl.
La idea no es nueva. De hecho, el magnate de los ferrocarriles de Nueva York, Cornelius Vanderbilt, fue uno de los primeros que pensó en construir un canal a través de Nicaragua, hace más de 150 años. Aunque la iniciativa resurge cada cierto tiempo, hoy parece más probable que nunca.
Managua acaba de entregar a dos compañías holandesas un contrato para iniciar los estudios de factibilidad. Y a mediados de julio, el Congreso aprobó por mayoría la propuesta del presidente Daniel Ortega que creó la Autoridad del Gran Canal Interoceánico, la entidad que estará a cargo de su construcción y operación.
Tras la votación en el Congreso, los legisladores calificaron la iniciativa como histórica. La presidenta de la Comisión de Infraestructura, Jenny Martínez, aseguró que el canal será una fuente estable de ingresos que ayudará a erradicar la miseria en el segundo país más pobre de la región. Algunos analistas incluso consideran que convertiría a Nicaragua en una de las economías más ricas de Latinoamérica.
Muchos observadores se preguntan si el proyecto tiene sentido económico, particularmente considerando que Panamá concluirá en 2014 un plan de $ 5.250 millones para ampliar la capacidad del canal.
Según Ortega, incluso después de su ampliación, la infraestructura “no será suficiente para atender el crecimiento de la demanda de tráfico comercial”. Martínez, por su parte, asegura que los dos canales serán complementarios y no competirán entre sí.
Pero si el gobierno de Ortega quiere concretar finalmente su histórico proyecto, necesitará financistas. La construcción demandaría cerca de $ 30.000 millones, casi cuatro veces estimado el PIB este año para Nicaragua. El proyecto enviado al Congreso contempla la creación de una empresa de propiedad mixta, en la que el Estado controlará un 51% y el resto se entregará a un tercero.
China, Emiratos Árabes Unidos, Brasil, Japón, Corea del Sur y Rusia expresaron interés en participar. Pero aún así Nicaragua tendría que financiar una parte, porque difícilmente encontrará un socio que quiera aportar todo el capital a cambio de un porcentaje no controlador, según el análisis de DF.cl.
Aparte de los costos, otra de las barreras que tendrá que superar el proyecto es la política. Durante décadas, la iniciativa estuvo bloqueada por EE.UU., que se oponía a un canal que compitiera con sus intereses en Panamá. Pero Washington devolvió la administración del Canal de Panamá a las autoridades locales en 2000, y ahora se vería beneficiado por el impacto en el comercio de una caída en los costos de transporte.