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Marco Posso: Latinoamérica estuvo lista para la crisis

Marco Posso: Latinoamérica estuvo lista para la crisis
22 de octubre de 2012 - 00:00

Según su experiencia y lo que se ha visto en el mundo durante el último lustro, ¿a qué considera usted que se debe la crisis financiera internacional?

En la burbuja inmobiliaria, que se inicia en la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), Wall Street y las calificadoras de riesgos de ese país. Allí se emitieron créditos “subprime”, que son aquellos con mayor riesgo que el promedio general. Estos, en teoría, estaban regulados por la Fed, pero fueron titularizados y se hicieron paquetes mixtos entre los “prime” (mayor calificación) y los “subprime” para ser comercializados. Estas compras se realizaron porque los inversionistas creyeron que quien los vendía tenía una buena calificación y sus títulos eran buenos, pero las ventas las realizaba Wall Street, las calificadoras definían el riesgo de la inversión y el pago a estas las hacía también Wall Street, lo que generó un conflicto de intereses.

¿Qué pasó, entonces, en el sector inmobiliario?

El precio de las viviendas estaba en ascenso, a un ritmo del 8% al 10% anual y se sobrevaluó; una vez que se aseguraron estas hipotecas, los valores bajaron, por lo que se vieron afectados las personas que accedieron a los créditos. Por otra parte, las tasas de interés bajaron del 6% al 1%, era más fácil acceder al crédito y se podían renovar los avalúos y las hipotecas, con lo que quedaban recursos para que las familias adquieran otros bienes y se
sobreendeudaren.

¿Surgieron allí los planes de rescate?

Sí. En los Estados Unidos se entregaron entre 700.000 y 800.000 millones de dólares para ese fin; en Europa también se decidió salvar al sistema financiero antes de la llegada del colapso mundial. Les obligaron a los bancos a recibir el dinero de las reservas, con la finalidad de que los inversionistas no sepan distinguir cuáles bancos están en problemas y cuáles no.

Al programa entraron empresas de inversiones como la AIG y la Lehmann Brothers, entre otras. ¿Por qué no se salvó a todas?

No se salvó a ninguna, solo se les inyectó dinero para que puedan volver a prestarlo y mantener sus activos y posición financiera. Existe una norma internacional llamada “Ratio Cooke”, que dice que por cada crédito se deben incrementar los activos, pero al titularizar los créditos no tenían que realizar adquisiciones adicionales porque se compraba parte del capital y por ello no había que poner más dinero.

Hubo un segundo programa de rescate, pero para el sector automotriz, ¿cómo marchó este plan?

Sí, tanto en los Estados Unidos como en Europa, dando como parte de pago un vehículo antiguo y recibiendo un crédito adicional para la compra de uno nuevo, y se lo llamó Bono Ecológico. En los Estados Unidos se destinaron 100.000 millones de dólares para rescatar a esta área, bajo el argumento de que tenían que proteger los empleos. En términos numéricos, esto costó 100.000 dólares por empleo.

¿De allí que las cosecuencias de la crisis han sido nefestas?

Despidos masivos, recortes en servicios sociales de salud y educación. Hay millones de desempleados en Europa. La famosa “troika” (Banco Mundial y Fondo Europeo) ofreció inyecciones de capital a los países con la condición de disminuir el déficit presupuestario a niveles menores al 3% y ajustes en la inversión pública interna.

¿Se está dando un desarrollo distinto de la crisis en los Estados Unidos y en Europa?

Es diferente. En los Estados Unidos inyectaron el capital a los bancos y no existen controles, las entidades pueden destinar ese dinero a los fines que quieran, por lo tanto no se supo por qué recibieron ayuda unos y no otros; los presidentes (George) Bush y (Barack) Obama sostuvieron en su momento que estas medidas salvarán al mundo del colapso, pero aquel país sigue con problemas de desempleo y déficit comercial. En Europa se les ha puesto condiciones para dar el dinero de la “troika”, pero este es controlado por los bancos centrales. Los países más afectados -España, Portugal, Grecia, Irlanda- acaban de hacer los últimos recortes y les retiraron la tarjeta sanitaria a los migrantes irregulares y los sobresueldos por Navidad a toda la población económicamente activa.

¿Esa diferenciación es distinta por el lado de la política fiscal?

En ambos casos son sobre la política fiscal, por ello los intereses bajaron a cero, y en este contexto la Fed presta mucho dinero, con lo que se han endeudado países y empresas. Aquí surgen varias interrogantes ¿qué pasa si se sube el interés del 0% al 1%? ¿Están en riesgo los bancos y los Estados? Si entran en riesgo los países, no hay quien les salve.

¿Allí no podrían intervenir positivamente los organismos multilaterales como intenta hacerlo en Grecia el Fondo Monetario Internacional?

Desde el punto de vista social no porque les están poniendo muchos compromisos para recibir las ayudas, por ejemplo ahora redujeron en un 30% los salarios de las pensiones jubilares; además hay muchas personas que han trabajado sin cobrar, con la esperanza de que algún día les paguen, hay una montaña de desempleados pues en varios países se supera el 20%. Además en Grecia, España y Portugal se aprobaron medidas de flexibilización del mercado laboral, pues se elimaron los acuerdos de concertación entre empleadores y empleados, pues ahora trabajan y reciben sueldos por horas.

Aterricemos en la realidad latinoamericana y más específicamente en la ecuatoriana, en donde no hubo una mayor afectación, ¿por qué?

Porque el mercado inmobiliario no es tan grande como el de los Estados Unidos y Europa, además, la crisis ya nos afectó a principios de la década pasada, por lo que se hicieron reformas en el sistema financiero. En el Ecuador el mercado de capital es muy reducido, casi incipiente, y tampoco hay grandes empresas inversionistas inmobiliarias que aseguren y reaseguren hipotecas. Pero se debe principalmente a que la política pública ha sido diferente, pues en la región se reactivó la economía por medio de inversiones del Estado, con la construcción de obras como carreteras y escuelas, aunque queda la duda de que si esas colocaciones fueron bien focalizadas, no como en casos como el estadounidense, donde está demostrado que no.

Esto es lo que vemos en el Ecuador, donde se invierte en sectores estratégicos y se está transformando la matriz productiva y eso va a generar mucho desarrollo desde lo micro hacia lo macro, ¿cómo lo mira usted?

Transformar la matriz productiva es un proceso largo, implica años porque de todas maneras uno de los impactos de la crisis para el país ha sido una reducción en la demanda de las importaciones de otros países, pues se ha dejado de lado a aquellos productos de los que se puede prescindir. Al mismo tiempo, existe un efecto que contrarresta esto porque los precios de los “commodities” y de los alimentos subieron, principalmente por la creciente elaboración de biocombustibles, por lo que dejaron de producir comida para las personas para hacer gasolina. Además estuvo la crisis de Medio Oriente, que no permitió una recuperación absoluta del petróleo de Irak y se dio el empuje de India y China, que presionaban sobre los precios.

En este contexto, ¿hubo un impacto real para la región?

Además de la disminución de las exportaciones, está la de las remesas de los migrantes que en años anteriores superaba los 2.600 millones de dólares anuales, pero ahora se trata de superar el límite de los 1.800 millones; ese es un impacto significativo al punto que se está dando el flujo contrario pues del Ecuador se envía dinero. Por otra parte, hay que reconocer que el Ecuador depende de la economía de los Estados Unidos quiera o no quiera pues estamos en un sistema dolarizado y en ese país está nuestro principal mercado. Además hay externalidades que no podemos controlar como el precio del barril de petróleo, que personalmente creo que no bajará porque los costos de producción del hidrocarburo de Alaska y Rusia están sobre los 80 dólares, por lo que nunca el valor de venta será menor a esa cifra. Sin embargo, estos problemas se han contrarrestado por medio de una diversificación de los mercados, lo cual trae resultados positivos.

¿La crisis podría alejar a la inversión extranjera del país?

La inversión extranjera nunca ha venido, sino solo a los megaproyectos, no a sectores como el agrícola o el industrial; a los inversionistas no les preocupa si hay o no estabilidad, sino que haya ganancia. Las políticas tienen que ser sostenibles en el tiempo, pero no rígidas, deben tener la capacidad de ir adaptándose a los cambios de la realidad y que sean independientes de la manipulación por parte de nuevos gobiernos. Pero la llegada de la inversión al Ecuador sí es posible; en ciertos sectores demanda montos considerables y se tiende a hacer comparaciones porque, por ejemplo en Perú, las restricciones ambientales son menores a las del Ecuador, por ello se acercan más allá, pero nuestro país es un buen nicho de inversión, tal es así que están viniendo capitales españoles, coreanos, estadounidenses, chilenos, etc.

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