ENTREVISTA
Griselda Lassaga: “Hay algo que se llama economía complementaria, que es el capital social"
En el 2019, la actividad emprendedora de mujeres en el Ecuador alcanzaba el 1,2 millones; siendo la tasa más alta de la región, según Global Entrepreneurship Monitar (GEM). Antes y durante la pandemia, los emprendimientos fueron creciendo e innovándose de acuerdo a la necesidad y las mujeres han buscado un nicho dónde enfocar sus propuestas.
Para hablar sobre los emprendimientos y la brecha salarial entre hombre y mujeres, diario El Telégrafo entrevistó a la PhD Griselda Lassaga, experta Sustentabilidad - Aprendizaje Sostenible, quien desde el 2018, es evaluadora y mentora para los Premios Latinoamérica Verde Ecuador e integra el jurado nacional y regional para la Competencia de Emprendedurismo del ClimateLauchpad 2020. Además fue Presidenta de la Sociedad Latinoamericana de Estrategia a nivel Latinoamérica.
Las mujeres emprendedoras en Ecuador, en 2019, eran 1,2 millones, cómo usted ve el panorama actual?
En este momento, donde se habla inclusive de la nueva normalidad, no sé si es la nueva normalidad o tiene que ver con un tema de evolución como especie. Los seres humanos siempre hemos pasado por distintos cambios y distintas crisis.
Esta pandemia lo que ha provocado -que es mucho más evidente- es que las mujeres que siempre inventamos -si no existe trabajo- salimos adelante, porque todavía en Latinoamérica seguimos a cargo, mayoritariamente, de nuestros hogares.
Muchas veces hay separaciones y los chicos siempre quedan a cargo de nosotras y tenemos un potencial femenino que yo digo: sacamos agua de las piedras.
¿Cómo salimos adelante? Tiene mucho que ver con el tema del emprendedurismo, porque uno quiere, porque lo ha decidido o porque muchas veces te empuja el contexto. Y si uno piensa lo que ha pasado en esta pandemia, en realidad son las dos cosas: te empuja el contexto y decides ser el protagonista de tu vida y empiezas a salir adelante.
¿Qué es lo que se necesita diariamente? Comida, agua, transporte, mayor delivery de medicamentos. Hay que aprender a leer el contexto y de ahí pensar cómo hago lo que había pensado, cómo lo modifico y de pronto puedo vender otro producto o servicio que responda a las necesidades de aquí y ahora.
¿En relación al año pasado la cifra ha aumentado o decrecido?
Estoy segura que ha aumentado, no se han hecho los estudios todavía, pero lo que ha habido es descenso del empleo formal, y mucha más aparición de emprendedurismo, de micro emprendedores. Hasta las grandes corporaciones y las pequeñas y medianas empresas empiezan a variar sus estrategias y al variarlas se apoyan en pequeños emprendedores para llevar adelante sus negocios.
¿Cómo puede una mujer emprender si no cuenta con capital, pero tiene las ganas?
En esos casos lo primero que tiene que pensar es: ¿qué es lo que quiero hacer? y ¿cómo hacerlo? Hay pequeños microcréditos que ayudan a mujeres que quieren empezar a emprender, aunque muchas veces no necesitan un gran capital. Hay que saber pedir microcréditos que ayuden en la etapa inicial que es el lanzamiento del nuevo negocio y también saber asociarse.
Por ejemplo, si quiere vender flores se puede asociar con un productor de flores y se hace un plan de pagos. El manejo de ingresos ayuda en la etapa inicial y si no los tiene, hay que buscar con quién se puede asociar para que en 30 días lo pueda devolver, de a poco, en cuotas, o acceder a líneas de microcrédito.
Por ejemplo, en internet, hay un sitio que se llama: GoFundMe, que es fondearme a mí y allí se explica qué es lo que se quiere hacer y muchas veces, distintas personas, de distintas partes del mundo, por ejemplo, ponen $ 10, $ 5, y eso llega a tu cuenta. Ahí también tenemos el internet como una forma de acceder y pensar de manera diferente.
No pude ser una barrera la falta de dinero, hay algo que se llama la economía complementaria, que es el capital social, son las relaciones humanas, las amistades, el compañerismo, es pensar en pequeños grupos y que juntos se puedan apoyar, y que va más allá de la economía, de la tarjeta de crédito, del dinero efectivo.
Griselda Lassaga dice que la presencia de mujeres emprendedoras surge por la falta de políticas públicas y organizacionales.
En la región, ¿es similar el panorama de mujeres emprendedoras?
Hay algo que es similar a lo que son los países andinos, inclusive podemos sumar Argentina, Uruguay, donde la presencia de las mujeres emprendedoras también surge y es consecuencia de la falta de políticas públicas y políticas organizacionales, que todavía nos siguen exigiendo las mujeres.
Hay mujeres que por ejemplo que están en una edad fértil, que tienen niños, y muchas veces tienen que optar por trabajar de nueve a 10 horas en una empresa y postergar a su familia. Si tienes una familia debes tener un tipo de trabajo que te permita manejar tu agenda como para que hagas presencia en tu casa, en la familia y también en el trabajo.
Creo que estas faltas de políticas públicas, que tienen que ver con leyes nacionales y organizacionales, que tienen que ver con el sector privado. Es un tema pendiente que ya lo estamos trabajando las generaciones de mujeres que tenemos mayor experticia y las jóvenes generaciones de mujeres profesionales y las que están trabajando ya lo están planteando en sus organizaciones.
Las empresas privadas no pueden seguir tratándonos a mujeres y a hombres que queremos formar familia de la misma manera, es un silencio histórico que se debe cambiar. En otros países cuando una mujer tiene un bebé, una familia, o el esposo inclusive es papá, tienes cerca de un año con goce de sueldo. Hablar de eso en Latinoamérica es como decir ¿de qué estamos hablando?
Creo que hay ciertas cosas que se tienen que manejar de manera más flexible, quizás no llegar al año, pero manejar un horario más reducido de la jornada laboral, sin que esto implique que le quites el poder y la autoridad a la mujer profesional cuando regrese al trabajo.
Este movimiento de emprendedurismo, además de los silencios históricos, es porque muchas veces los emprendedores y las emprendedoras que trabajan, se encuentran mucho más identificados con lo que hacen, con mucha más alegría, con mucha más pasión.
Si habla de cuidar el planeta tiene algún producto o servicio que va a solventar eso, es como que hay otros valores que entran en juego; son negocios y estrategias con un propósito que no solamente es económico sino que va mucho más allá y tiene que ver con que hay una coherencia con lo que siento, con mi profesión y lo que hago el día a día en mi trabajo cotidiano.
¿Por qué todavía existe una brecha salarial entre hombres y mujeres?
Nosotros venimos y estamos en medio de una transición, de una cultura que ha sido basada en el control y el poder de personas sobre personas y en realidad, la aparición de la mujer en el mundo, en el área pública, en los negocios, dueñas de empresas, que llevan adelante emprendimientos, lo llevan adelante cuando mantienen su estilo femenino de gestión, a lo que se llama el arte femenino de gerenciamiento.
Cuando uno realmente respeta las cualidades y las capacidades, las características de ser mujer, puedes llegar a los negocios, empiezas a aportar otro tipo de valores, pero todavía el mundo de los negocios, el mundo privado, piensa que solamente se tiene que medir en función de ganancias económicas.
Cuando se habla de valor, de integridad, parecería que no se tiene una forma de medirlo, cuando en realidad sabemos que sí. ¿Cómo se mide? A través de la ética de los negocios, de hacer lo que es correcto, es un efecto cultural.
Culturalmente hemos sido formados y se han llevado adelante negocios donde se les dio tanta importancia a lo financiero que se dejó de lado lo social, o de pronto el impacto ecológico y actualmente, esta pandemia nos llevó a todos a un mismo plano de igualdad. Si tienes un producto y este te da ganancias, qué haces por lo social, qué haces por lo ambiental, entonces empezamos a cuestionarnos los valores.
Hay diferencias todavía de mujeres y hombres con los mismos cargos y la misma profesión o el mismo perfil profesional, pero todavía no cobramos lo mismo, pero va a haber un cambio generacional y nos estamos preparando. Es aquello en lo que estamos trabajando, un legado, queremos que los jóvenes y los jóvenes adultos estén mucho más preparados para poner números y medir con indicadores, no solamente lo económico financiero sino también su empresa.
Tiene un propósito social que tenga un número, que eso se pueda medir, para eso hay herramientas que hay que utilizar y, una vez que veamos que es un caso de negocio, ser personas éticas, socialmente correctas y cuidar el medio ambiente.
Cuando veamos realmente que es un caso de negocio, se empezará a cortar la brecha, pero todavía existe, es un tema cultural, y tiene que ver con que hay que debatirlo en el Gobierno, en las políticas que se hacen en las distintas organizaciones, eso tiene que ver inclusive con la Agenda 20-30 que son los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS).
Estos están empujando al sector público, al sector social, a las universidades, a los profesores, a que empecemos a investigar y a decir qué cosas hay que hacer para que los llevemos a la acción cotidiana de los emprendimientos.
Nosotros seguimos profundizando el cambio para que la brecha sea cada vez menor.
¿Cómo se aplica la sustentabilidad en este campo de emprender?
Cuando se habla de ganancia económica estamos hablando de lo económico, cuanto hablamos de capital social, del cuidado de nosotros, de darle menos horas de trabajo si es una mujer o si es un hombre que tiene sus hijos, ese capital social también es una de las aristas de sustentabilidad.
Cuando hablamos de cuidado ecológico, de qué productos utilizas, de que si las tortas o pizzas que se haces son elaboradas con una harina integral porque es mejor, porque tiene mejores nutrientes, eso tiene que ver con lo ecológico, pero también con lo social.
Cuidar qué recursos naturales vas a utilizar y en realidad cuando uno habla de sustentabilidad o sostenibilidad, para sostener un negocio, este tiene tres pilares: el primero y el más importante es el planeta, porque sin planeta, nuestra casa común, nosotros no tenemos dónde vivir. Entonces hay que pensar en lo ecológico, en lo social y luego en lo económico, cuando siempre se ha pensado al revés.
Cuando uno piensa en Wall Street, en las Bolsas de Valores, en las Mesas de Dinero, no se está hablando de lo ecológico y lo social, se está hablando de dinero. Cuando estamos hablando del cuidado del planeta no es solamente hablar de esto sino de qué productos naturales utilizo en mi emprendimiento.
Cuando hablamos de sostenibilidad hablamos de cuidar el planeta, cuidar las personas y en último lugar lo económico. Si podemos pensar de esta manera de negocio, vamos a tener vida, vamos a tener supervivencia, a tener evolución como personas que buscamos mejor calidad humanan y sino, sigamos pensando como antes y seguirán las pestes, las sequías, la emisión de CO2, pero creo que la conciencia ya llegó para cambiar la forma en que pensamos y llevamos adelante los negocios.
A parte de la materia prima, del plan de negocios, hace falta perseverancia, porque hay emprendedores que quieren ver resultados inmediatos.
Ese es el timing. Hay un porcentaje que habla de que los dos primeros años, el 80% de las startups, que son empresas que recién nacen, mueren. Pueden morir por distintas variables, la falta de perseverancia puede ser una de ellas.
Tener éxito también significa que empieces a madurar el mercado de un nuevo producto, a encontrar su lugar, que puedas ajustar una experiencia piloto, como armar un delivery de bandejas de frutas orgánicas para personas que están trabajando y que quieren comer sano en las empresas. Hago delivery de bandejas, pero me doy cuenta que en lugar de frutas quieren comer también algún snack, tengo que darle tiempo a que esa idea que madure. Por eso uno habla de una experiencia piloto y después va madurando a través del tiempo.
Creo que estamos en un momento crucial y muy lindo, porque creo que es el momento en donde todas las personas nos empezamos a mirar cara a cara y estamos dando importancia a algo que va mucho más allá que es correr contrarreloj, cuánto dinero voy a ganar hoy, qué auto nuevo me voy a comprar, qué ropa nueva voy a estrenar.
Este momento donde podemos redescubrir que somos personas, nos lleva también a pensar qué quiero hacer en mis próximos tres meses aquí en Ecuador, en Argentina, en Latinoamérica, cuál es mi objetivo inmediato, solamente hacer trabajo, empezar a buscar un poco más de felicidad en las cosas cotidianas que antes no valoraba. Hay que valorar la vida no solamente por lo que tenemos, hay que valorar la vida porque hay que honrarla, hay que ser protagonista de nuestra felicidad que se construye día a día. (I)