Uno de los objetivos enunciados por el presidente de la República, Rafael Correa, al asumir su segundo período de mandato, en mayo pasado, fue abrir el camino para un cambio de matriz productiva.

Los primeros lineamientos se empezaron a trazar a finales del año cuando el Comité de Comercio Exterior (Comex) emitió la Resolución 116 que frenó la entrada al país de cerca de 300 bienes y se arrancó con una severa política normativa.

Estas medidas no estuvieron exentas de controversias, pero para el Gobierno debían ser tomadas en el menor tiempo posible, ya que traían implícita una sustitución selectiva de importaciones, mayor impulso a la industria local y un equilibrio en la balanza comercial, que el año pasado cerró con una cifra negativa de $ 1.000 millones, según la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades).

Para Mateo Villalba, gerente general del Banco Central del Ecuador (BCE), el sector externo es “el talón de Aquiles de Ecuador”, pues revela que a lo largo de la historia ha sido el petróleo lo que le ha permitido importar con cierta soltura.
Ahora al país le urge producir sustitutos de bienes importados.

Así, a lo largo de esta ruta de transformación, el Instituto Nacional de Normalización (INEN) emitió 44 nuevos Reglamentos Técnicos que abarcan 346 subpartidas arancelarias y más de 1.000 productos, y ante las dificultades obvias para su importación, paralelamente el Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro) firmó más de 200 convenios con más de 400 empresas para producirlos localmente.

La incapacidad de varias empresas para importar abrió nuevas oportunidades para la industria local. La Fabril, por ejemplo, está fabricando actualmente 3 tipos de champú y una silicona de cabello para la multinacional Avon. Tiene como meta aumentar a 10 ítems su línea capilar, recordó Carlos González, apoderado general de la compañía.

La industria manabita ha invertido $ 1’500.000, en la ampliación de planta para productos de cuidado capilar, con un plazo de montaje en ejecución hasta diciembre de este año, y $ 3 millones, en la de línea de jabones de tocador que estaría lista un mes antes.

Pero este sector no es el único por el que apuesta Ecuador. Según Pabel Muñoz, titular de Senplades, la industria del aluminio, de la siderúrgica, son otros puntales del cambio de la matriz productiva.

El titular del Mipro, Ramiro González, dijo que en las industrias de metalmecánica y plástico se ha trabajado más y citó empresas como Adelca, que está instalando una planta en Durán (Guayas), para sustituir $ 60 millones anuales en perfilería, y Telconet, cuyo proyecto consiste en fabricar fibra óptica para incluso exportar a la región.

Según González, las medidas han dado buenos resultados con una balanza positiva en el primer trimestre de este año ($ 438 millones). “El mejor trimestre desde el 2007”, manifestó.

Apoyo a la producción

Los resultados de la medida ya se evidencian en cifras: en el primer trimestre de este año se importaron $ 6.166,2 millones, $ 145,4 millones menos que en el mismo período de 2013 ($ 6.311,6 millones), según un informe del Banco Central del Ecuador (BCE).

A la par, las exportaciones totales de Ecuador fueron de $ 6.603,9 millones, un 6,1% más con relación a las ventas externas registradas entre enero y marzo de 2013, ($6.221.5 millones).

En el segmento agrícola, por ejemplo, la exportación bananera al cierre del mes de abril fue de 107.700 millones de cajas de fruta, informó Eduardo Ledesma, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (Aebe), esto es un 14% más que en 2013, cuando fue de 94 millones de cajas.

Ledesma dijo que el país está cerca de alcanzar la cifra récord de exportación de 2011, que fue de 285 millones, lo que, a su criterio, obedece a las políticas implementadas por el gobierno, y cita entre ellas la importación de insumos a precios diferenciados, eliminación de costos y tasas, y el plan de mejora competitiva del banano.

El ministro González recordó que para alcanzar un cambio es imprescindible ver hacia atrás en la cadena productiva y trabajar con cada uno de los eslabones, desde el campo hasta la generación de valor agregado en la industria.

En el caso del cacao recordó que marcas como República del Cacao y Paccari están “exportando al mundo sin problemas”. “Los empresarios ecuatorianos tienen que ser competitivos en calidad y precios”, expresó el funcionario.