Con el acuerdo comercial con la Unión Europea, la transformación industrial de Ecuador dará mayor impulso al desarrollo de la agroindustria. Así lo observó el embajador de Italia en Ecuador, Marco Tornetta, durante una entrevista con EL TELÉGRAFO.  Si bien hay temas pendientes por resolver, Tornetta recalcó que existe total apertura en la Unión Europea para encontrar soluciones y apoyar al país.

¿Considera posible cerrar el acuerdo en diciembre?

Seguramente sí. Después de su nombramiento, el ministro Juan Carlos Cassinelli se está dedicando casi exclusivamente a eso. Hay un gran esfuerzo.

El Gobierno Nacional afirma que ha solucionado 9 de los 12 temas irritantes ¿Cuáles son los otros tres por resolver?

Lo único que no está todavía solucionado es el cupo de importación de vehículos y el asunto de las salvaguardias.

Pero las salvaguardias empiezan a reducirse desde el 26 de octubre ¿Esto cumple con las expectativas?

Lo que preocupa en Bruselas (Bélgica) es que Ecuador cumpla con el cronograma. Ese es el único esfuerzo que falta. El asunto de fondo, técnico, es que  ningún acuerdo puede firmarse sin la supresión de las salvaguardias. Esa es la regla.

Luego, hay la voluntad política (de la UE) para ayudar a un país que ya tenía problemas con la caída del precio del crudo; con la disminución de las exportaciones en una economía dolarizada y con los efectos económicos del último terremoto. Estas son circunstancias en las cuales tenemos que pensar y no solo en las reglas comerciales.

¿Cuáles son las trabas en lo referente a los cupos de vehículos?

Por el momento, nosotros (la UE) no tenemos ninguna confirmación de lo que pasará. Tenemos garantías y confirmaciones sobre los otros irritantes, pero el cupo  queda por cumplirse.

¿Por qué los cupos de autos?

Porque Italia, Alemania, Francia y España son productores de autos y por supuesto tienen intereses. No estamos importando una corbata o una camisa por $ 100. Estamos hablando de autos con precios que oscilan entre $ 12.000 y $ 50.000. Son intereses económicos muy grandes, sobre todo en un momento de crisis mundial.

¿Existe la apertura suficiente en la UE para acelerar los tiempos?

Apertura hubo desde el primer día. Normalmente cualquier país que está tocando a la puerta (del organismo) con sobretasas, no se abre. La puerta de Bruselas fue abierta desde el primer día para sentarse, conversar, negociar y comprenderse. Hay la máxima disponibilidad no solo de la Unión Europea. Italia y España fueron los países más determinados a ayudar a Ecuador para ingresar en el acuerdo.

¿A qué conclusiones llegaron en el encuentro entre el vicepresidente Jorge Glas y el presidente de Italia, Sergio Mattarella?

La conclusión fue el total apoyo de Italia a la candidatura ecuatoriana al acuerdo comercial multipartes. El vicepresidente Glas se fue muy satisfecho porque allá le confirmaron que tenía un buen amigo.

¿Qué implica el apoyo de Italia?

Italia es uno de los Estados “pesados” y fundadores de la Unión Europea. Esto nos otorga cierta influencia y cierto poder para proponer a Estados amigos. No obstante, Ecuador tiene que cumplir con un mínimo de esfuerzo arancelario.

¿Qué gana la Unión Europea en firmar un acuerdo con Ecuador?

Teniendo productos de calidad y mano de obra bastante barata, significa hacer inversiones para producir algo (...) transformar productos ecuatorianos y exportarlos a los países de la Unión Europea para venderlos con beneficio tanto para el productor de la materia prima como para quien la transformó.

¿El acuerdo multipartes facilitaría el desarrollo industrial del país?

Claro. En Ecuador existe mucha riqueza natural. Sin embargo, por el momento, no hay suficiente capacitación humana ni capitales. Se trata de ponerse de acuerdo con otros países que podrían contribuir con la capacitación y, de esa manera, encontrar intereses de inversión, dígase en el desarrollo de la agroindustria. Ecuador tiene tres regiones distintas: Costa, Sierra y Oriente. Eso constituye una gran riqueza. Tienen que explotarla de manera equilibrada. (I)