La compra de casas en planos tiene sus riesgos y ventajas
La compra de una casa en planos no garantiza necesariamente satisfacción para los nuevos propietarios. Muchos de ellos se quejan cuando, al recibirla, encuentran fallas en las tuberías, en el sistema eléctrico, las paredes, etcétera.
Incluso en los contratos no siempre se garantiza un tiempo definido de entrega, lo cual, a quienes viven en el exterior (migrantes que aportan mensualmente), les crea una angustia e incertidumbre.
El “boom” de la vivienda en el Ecuador (que ya moviliza decenas de millones de dólares mensualmente), que arranca desde que este Gobierno lo estimuló ofertando créditos y condiciones adecuadas, tiene problemas, particularmente, cuando las constructoras se aprovechan de la demanda de la gente.
Una de las opciones más atractivas, por los bajos costos, es la compra de casas o departamentos en planos. Según Henry Páez, asesor de vivienda de Habitavia Home, la desconfianza se da por varios casos de empresas fantasmas que robaron a los clientes.
En la Policía Judicial no hay un registro sobre denuncias de estafa por compra de viviendas. Diego Ramírez, director de Marketing de Vive 1, expresa que la compra de proyectos en planos es común porque le permite al cliente escoger dónde estará ubicada, con qué acabados contará... en fin, personalizar su vivienda.
Asegura que ahora es más fácil detectar un fraude, porque las empresas inmobiliarias para vender un proyecto en planos se respaldan en inmuebles ya entregados, a modo de ejemplo y garantía.
Estafas millonarias
Hace pocos días varios migrantes denunciaron que un plan de vivienda contratado desde el exterior no cumplió con los plazos y las condiciones del acuerdo. La inmobiliaria Inmocasales no respondió a los requerimientos de este diario frente a esa denuncia. Sin embargo, los supuestos estafados dijeron que cada día se posterga más la entrega de los departamentos y ya no con los acabados ofrecidos.
En 2009, en Quito y Guayaquil, ocurrió una gran estafa a migrantes. Compraron en planos casas desde España, que en Ecuador no existían. Cada vivienda se vendía entre los 39 mil y 65 mil dólares.
Los afectados sumaban más de 200, quienes pagaron cuotas mensuales por más de un año y en algunos casos cancelaron el valor total del inmueble. El perjuicio superaba los 2 millones de dólares.
Para el abogado Javier León hay tres tipos de acciones que se pueden realizar: la primera a través de una vía de conciliación o intermediación en la cual la parte que no cumple con el convenio fija un plazo para la entrega del inmueble o el dinero.
La segunda es con la justicia penal, acusando de estafa a la persona o empresa. Páez asegura que ahora para respaldar a los compradores se presentan todos los documentos que acreditan a las inmobiliarias o empresas constructoras a través de un permiso de la Superintendencia de Compañías.
Y la tercera vía es aplicar la cláusula de contrato en la cual se detallan los plazos de entrega. Los compradores pueden hacerla efectiva de inmediato si no se cumple con la entrega del bien en el tiempo estipulado, con los materiales e incluso con los acabados. Por lo general las sanciones varían entre el 5% y 20% del valor del inmueble.
La solución que da la Tribuna del Consumidor es la mediación para que el vendedor o constructor satisfaga al usuario, en este caso arreglando las fallas; pero si el comprador se siente estafado se recurre a la asesoría legal para que la justicia ordinaria proceda.
Blanca Pérez, afectada de estafa, recuerda que compró el inmueble desde España (2005) en el conjunto residencial Venecia. Cuando llegó a Ecuador a constatar el avance de la obra, encontró en el terreno maleza y unos pilares. El contratista había desaparecido.
Ricardo Jiménez, afectado en un conjunto de la Mitad del Mundo, aseguró que sus ahorros de más de tres años se “hicieron agua” cuando la constructora se declaró en quiebra. El proyecto, después de una inspección municipal, fue considerado no viable porque no cumplía con estándares mínimos como espacio para residencia, instalaciones eléctricas y sistema antisísmico.
María José Troya, representante de la Tribuna del Consumidor, asegura que en la actualidad es difícil que los compradores sean estafados, puesto que la mayoría se asegura de que los proyectos tengan parte de la construcción, con visitas guiadas.
Las empresas constructoras e inmobiliarias realizan visitas guiadas a los futuros compradores para que conozcan y vean dónde esta el proyecto, el avance de la obra; y la mayoría de las personas que adquieren el inmueble en planos lo hacen con empresas de carácter estatal o empresas reconocidas por otras obras entregadas.
Las quejas tras la adquisición van desde malos materiales en la construcción, hasta fugas de agua, humedad y descuido en los detalles y acabados, concluyó Troya.
Bajo costo y proyectos
Páez añadió que la mayoría de los compradores, tras asegurarse de la legitimidad de las empresas inmobiliarias, prefiere comprar el inmueble en planos porque el costo del metro cuadro es menor. De 100 personas, entre 70 y 80 prefieren comprar su vivienda en planos. Los proyectos se retrasan por condiciones climáticas o porque los interesados no pagan sus cuotas.
La venta en planos también permite ‘congelar’ el valor del bien, a diferencia de una casa o departamento ya construido, donde el costo es mayor porque el inversionista ya destinó un capital con el cual no contaba y es necesario recuperar el interés, la mano de obra y la plusvalía. Por lo general, con los valores aportados por los compradores en los proyectos de planos, se inicia parte de la edificación, añadió Carlos Tipán, constructor.
El metro cuadrado en planos, dependiendo del lugar, varía entre los 200 dólares hasta los 2.000 dólares; dependiendo de los acabados, el piso... A partir de un tercer piso, el valor puede incrementarse hasta en un 100%.
Sólo hasta febrero del 2009 fueron 71 proyectos, en Quito, los que se vendieron en planos. Para el 2011 la cifra se habría duplicado con las facilidades de crédito estatal y de la banca privada, agregó Tipán.