Fernando Díaz, economista en Citi Research para Ecuador y el Cono Sur
"A largo plazo, el país atraerá inversiones"
El economista especializado en Ecuador, Argentina, Chile y Uruguay, visitó el país junto con representantes de fondos de inversión de EE.UU. y Europa. Se reunieron con autoridades, políticos y analistas para visualizar el contexto macroeconómico del país. Fernando Díaz compartió sus perspectivas con EL TELÉGRAFO.
¿Cómo evalúa la economía del Ecuador?
Es difícil hablar de la situación actual sin ver atrás. Ecuador, cómo muchos países de la región, tuvo un contexto internacional muy favorable hasta 2015.
Se expandió mucho el gasto doméstico financiado por un alto precio de las exportaciones, pero en los últimos cinco años se ve un proceso de ajuste, en unos países más rápido que en otros, porque el precio de los productos bajó. Mientras se hace el ajuste y para que no sea de golpe, se acude a financiamiento externo. Por eso hay interés de inversores internacionales en Ecuador. Este país tiene la ventaja de ser una economía dolarizada que genera mucha estabilidad nominal, pero también se vuelve más difícil porque no se puede depreciar el tipo de cambio.
¿Qué avances destaca?
Se ha avanzado más lento de lo que se esperaba, pero es cierto que los números están mejorando. También es cierto que el ajuste es necesario, no solo para bajar las necesidades de financiamiento, sino para fortalecer el Banco Central. Su balance se debilitó porque financió al Gobierno central durante mucho años, entonces la idea del ajuste es que se lo recapitalice. En eso se está avanzando: el Central ya no financia el tesoro y poco a poco se va fortaleciendo. Creo que la dirección es la correcta. Las dudas surgen más por la velocidad a la que se avanza y si habrá financiamiento internacional para cubrir esa menor velocidad. La segunda duda es que si, en un crecimiento económico bajo, habrá apoyo popular para este saneamiento económico; en particular sobre qué pasará con las elecciones y si ganará un Gobierno que no considere que mejorar la situación sea tan importante.
¿Considera que pudo ser más rápido el ajuste?
Es imposible saberlo. El régimen intentó hacerlo pero tuvo mucha resistencia social. Es normal que en los países que tienen que hacer una consolidación fiscal sea más lento de lo planteado.
¿El Gobierno siguiente debe continuar con el ajuste?
Es necesario. Si no se sigue ajustando, el porcentaje deuda/PIB seguirá creciendo y si el peso de la deuda se vuelve demasiado alto, la situación no es muy sostenible. Cuando los mercados empiezan a olfatear esto, el país pierde acceso a financiamiento y ahí el ajuste se vuelve desordenado y más costoso. El ajuste es inevitable, por lo que es mejor que el próximo Gobierno tenga conciencia de esto para tratarlo de hacer de forma ordenada. La falta de financiamiento forzaría a un ajuste, independientemente de lo que quiere la nueva administración.
¿Cómo se explica el alto riesgo país (1.156) que Ecuador registra actualmente?
Primero por la caída del precio del petróleo. Por el lado doméstico, si bien el Estado se mueve en la dirección correcta - a nivel internacional hay un consenso de eso- el progreso ha sido más lento de lo esperado y eso muestra que el Gobierno tiene problemas para cumplir con algunas de las metas con el FMI. Ese retraso aumenta el riesgo. La situación política, un poco convulsionada, también es un poco responsable de ese aumento.
¿Cómo percibe el clima de negocios del Ecuador?
El principal obstáculo para invertir en muchos de los países de la región es la inestabilidad macroeconómica. Hay una relación súper alta entre el riesgo país y la inversión extranjera directa de los países. Las empresas requieren de una tasa de retorno mayor para invertir en naciones más volátiles. Creo que Ecuador, en esta idea de reducir la vulnerabilidad macroeconómica, bajar el déficit fiscal, mejorar el balance del Central y reducir el porcentaje de deuda/PIB, en el largo plazo traería mayores inversiones, pero en el corto plazo la incertidumbre política es alta. El problema es que este año tenemos los efectos recesivos del programa y todavía no vamos a ver el impacto positivo de la inversión.
¿Qué hace falta para mejorar la seguridad jurídica?
Desde el punto de vista macroeconómico, las acciones del Gobierno van a generar mayor certidumbre. Un banco central más independiente siempre ayuda. Más allá de las leyes, debe haber un consenso en la sociedad sobre la dirección en la que se tiene que ir.
¿Las reformas laborales son necesarias?
Cuando uno no tiene el tipo de cambio, lo ideal es que los mercados laborales sean lo más flexibles posibles, porque si no esa inflexibilidad genera mayor desempleo y eso causa más presiones regresivas. Lo ideal sería que haya flexibilidad laboral y que la política fiscal sea contracíclica para absorber los choques que no puede captar por el tipo de cambio.
¿Cuál es su previsión de crecimiento para este año?
Nuestras estimaciones para el cuarto trimestre de 2019 es un crecimiento del – 0,5%. Este año, producto de la mayor incertidumbre política, un contexto externo complejo y la necesidad del ajuste, esperamos una caída del 0,7%. (I)