Dora es madre de dos pequeños, de tres y un año de edad, sin embargo     trabaja diariamente en un kiosko ubicado en las inmediaciones del edificio del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) en Quito.

Allí vende caramelos, cigarrillos, periódicos y revistas. Hay días en que la ayuda   su madre, en lo que se ha convertido en un negocio manejado por mujeres. “Nos va bien, sí vendemos”, comentó Dora, al tiempo que aseguró que su negocio logra resultados positivos porque es de mujeres. “Es que somos más dedicadas que los hombres”, señaló.

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Al igual que ella, miles de féminas han ingresado al mercado laboral en los últimos años, pues hay políticas de inclusión laboral que las ha beneficiado y su integración ha sido ganada en base a históricas luchas.

Según el Censo Económico del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la participación femenina en el mercado laboral es de un 43,8%, que significa que aproximadamente 1,97 millones de mujeres están empleadas. Las mujeres más trabajan, la mayoría, en atención al cliente, marketing, ventas y relaciones públicas, aunque más del 52% está en el mercado informal, según estadísticas publicadas en un estudio realizado por la Comisión de Género de la Coordinadora de Centrales Sindicales Andinas (CCSA).

La institución internacional destacó que el porcentaje de presencia de la mujer en el mundo laboral es mayor al promedio del área andina, que al cerrar el año pasado fue de un 40% y lo atribuye a las políticas públicas de inclusión de género impulsadas por el Gobierno.

Aquella posición fue ratificada por Amparo Macas, representante de la Asamblea de Mujeres Populares y Diversas (Ampde), quien destacó  que “aún queda mucho trabajo por realizar en el ámbito de la inclusión de género”.

“Es evidente que la inclusión viene caminando, pero fundamentalmente en el sector informal. Allí están las mujeres jefas de hogar y son aquellas que realizan ventas por catálogo, y así cumplen su rol de madre y aportan a resolver las necesidades económicas de los hogares”, indicó la activista.

Respecto a la participación femenina en las áreas formales de la economía, Macas felicitó la creciente presencia de la mujer, pero rechazó que sus ingresos no se equiparan a los de los varones que desempeñan las mismas funciones. “En la práctica no se aplican ciertos principios de igualdad para las mujeres, específicamente en el tema salarial”, indicó Macas.

No obstante, existen casos  como el de Soledad Rojas, quien es gerenta de  su propia agencia de publicidad y marketing. Ella empezó de pasante en una de las actuales empresas competidoras.

La emprendedora indicó que “tenemos capacidades para sacar adelante a nuestras familias y a nuestras empresas, podemos trabajar mejor que los varones porque le ponemos más pasión a lo que hacemos”.

Pero no solo en los sectores informal y privado hay alta participación de la mujer, también se desempeña en altos cargos de la función pública.

María Soledad Barrera, gerenta del Banco del Estado, señaló que “es una tendencia del Gobierno no excluir a las mujeres, por eso tenemos funcionarias   valiosas, por eso hay equidad entre hombres y mujeres dentro de las decisiones gubernamentales”.