La recaudación de impuestos y tributos es uno de los mecanismos que posibilitan el direccionamiento de recursos que se necesitan para la inversión en obras que nos beneficien a todos, de acuerdo al Servicio de Rentas Internas (SRI). Prueba de ello, según la entidad tributaria, es que los recursos de la tributación financian más del 50% del Presupuesto General del Estado (PGE).

El art. 300 de la Constitución establece que “el régimen tributario se regirá por los principios de generalidad, progresividad, eficiencia, simplicidad administrativa, irretroactividad, equidad, transparencia y suficiencia recaudatoria. Se priorizarán los impuestos directos y progresivos. La política tributaria promoverá la redistribución y estimulará el empleo, la producción de bienes y servicios, y conductas ecológicas, sociales y económicas responsables”.

De igual manera, en el art. 6 del Código Tributario se manifiesta que “los tributos, además de ser medios para recaudar ingresos públicos, servirán como instrumento de política económica general, estimulando la inversión, la reinversión, el ahorro y su destino hacia los fines productivos y de desarrollo nacional; atenderán a las exigencias de estabilidad y progreso sociales y procurarán una mejor distribución de la renta nacional”.

El Estado, como sujeto de actividad económica, efectúa transacciones que le generan ingresos y gastos. “En la práctica, los recursos del Estado provienen de varias fuentes, las principales la recaudación tributaria y el petróleo, que constituyen un factor importante en la política fiscal y son necesarios para el funcionamiento del sistema económico actual del país”, resalta el SRI.

En este sentido, la recaudación se sustenta en permanentes controles que debe realizar el Estado a través del SRI como administrador tributario, institución que recauda impuestos, los mismos que son contribuciones de los ciudadanos y de las empresas.

Todos los ecuatorianos y ecuatorianas debemos pagar impuestos como parte de  un compromiso con la sociedad. Pagamos impuestos cuando compramos un producto o pagamos un servicio, obtenemos ganancias por un negocio o trabajo, recibimos una herencia o cuando alguien nos ha donado un bien cuyo costo es considerable.

La nueva concepción de los impuestos yace en el compromiso mutuo entre Estado y ciudadanía, en la comprensión de las responsabilidades compartidas y de las acciones que viabilicen la gestión eficiente de pago y recaudación de impuestos, como prioridades comunes para instituciones y sujetos.

Pagar los impuestos genera un sentido de pertenencia y solidaridad con los otros miembros de la sociedad de la que formamos parte. El contribuir responsabiliza y compromete a cada uno con el destino y progreso del país.

“Los impuestos reivindican la justicia social cuando se convierten en un medio para lograr una justa y equitativa redistribución. Así, el sistema tributario es una pieza que encaja en el andamiaje de una política pública que tiene como principio la justicia y como fin la vida, siempre y cuando cumpla con los criterios de equidad vertical y horizontal, y provea los fondos suficientes para sustentar dicha estructura”, enfatiza la entidad tributaria.