Los países de América tienen políticas impositivas similares a las de Ecuador en materia de bebidas alcohólicas.

Según un medio mexicano, ese país  recaudó 31 millones de pesos a través de un impuesto a los licores en el año 2012 cuando el gobierno mantuvo las tasas de 26,5% y 53%, según la graduación alcohólica. En 2013 la previsión fue de 33 millones de pesos.

De acuerdo con la página web del Servicio de Impuestos Internos de Chile, las tasas en ese país sudamericano son diferentes según el grado alcohólico de la bebida, y fluctúa entre el 15% y 27%.

En Perú, el año pasado el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) emitió un decreto que incrementaba el monto del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) que grava las bebidas alcohólicas.

De acuerdo con la norma, el ISC para la cerveza aumentó de 27,8% a 30%. En tanto, el ISC para los vinos y licores  se incrementó de 20% a 25%.

En Europa, específicamente en España, la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), pidió en julio subir la carga tributaria sobre las bebidas alcohólicas en función de su contenido de alcohol para frenar el consumo excesivo.

En ese país, miembro de la Unión Europea, el vino carece de impuesto sobre bebidas alcohólicas (que también sucede en otros países viticultores, como Italia o Alemania), y se grava tan solo con el Impuesto al Valor Agregado (IVA).