La ministra de Industrias y Productividad (Mipro), Verónica Sión, ratificó la decisión del Gobierno Nacional de apoyar con capacitación y créditos blandos a los emprendedores de cualquier sector productivo que quieran mejorar el equipamiento e infraestructura de sus negocios, a fin de aumentar su productividad.

Uno de los programas que impulsa esta cartera de Estado es el plan Renova Panadería, mediante el cual se dota a los negocios de maquinarias, infraestructura y capacitación en manipulación higiénica “para garantizar los niveles de calidad alimentaria y mejorar los niveles de nutrición; pero a la par junto con el MIES (Ministerio de Inclusión Económica y Social), el BNF (Banco Nacional de Fomento) y el Mipro, hemos generado un esfuerzo articulado para encadenar otros sectores.

En el caso de nuestras competencias, con el sector metalmecánico, entregamos kits industriales”, manifestó Sión, en el marco de la inauguración de la panadería Pan Popular de mi barrio número 17, ubicada en el Guasmo, en el sur de Guayaquil.

La secretaria de Estado participó como invitada de honor en el acto, impulsado por la Federación de Barrios de Guayaquil (Fedebag).

Ignacio Espinoza es el propietario de la panadería que nace con un importante objetivo social: en el sitio se venderá cada pan de 20 gramos a 5 centavos de dólar.

El gremio de panificadores independientes del Ecuador apoya la decisión y destaca la predisposición del Ejecutivo para impulsar emprendimientos en todos los sectores productivos del país.

Isabel Dávila, presidenta del gremio, recuerda que la organización que lidera presentó hace dos años al Gobierno Nacional un proyecto de tecnificación, capacitación y créditos blandos para los pequeños artesanos. Asegura que la propuesta no solo fue acogida, sino que en la actualidad se ha convertido en política de Estado.

Los moradores del sector, beneficiarios directos con el emprendimiento, se muestran agradecidos con los resultados de la iniciativa de la Fedebag pues, en términos generales, a ellos les representa un ahorro de siete centavos de dólar en la compra de cada pan.