Extranjeros tienen cerca de 10 millones de dólares en Coopera
Tener una mejor tasa de interés, alimentos saludables, cuidado médico y el sentido de pertenencia de la cooperativa, es lo que motivó a unos 120 ciudadanos extranjeros a depositar cerca de $ 10 millones en Coopera.
Esta explicación la dio Carlos Heredia, asesor legal de ese grupo de foráneos, en su mayoría norteamericanos y unos pocos canadienses. “Esos beneficios no los da un banco, mucho menos ofrecerles ese sentido de posesión de la cooperativa, siendo socios”, explicó.
Según Heredia, son alrededor de 700 los forasteros, en su mayoría jubilados, los que depositaron menos de $ 10 mil en la cooperativa. Empero, más de un centenar, a los que asesora, son quienes guardaron una cantidad superior.
De estos, 100 tienen visas de jubilados y los 20 restantes están en calidad de inversionistas. Ellos debieron realizar depósitos de $ 25 mil para establecerse en el país como una empresa. Este grupo se unió para formar un movimiento denominado “Revivamos a Coopera”.
Todos buscan a través de instancias legales, mantener las plazas de trabajo de todos los empleados, continuar con las operaciones del holding social, recobrar la cartera de créditos y congelar los activos de Coopera hasta que se obtenga una clara y transparente información sobre la situación económica y financiera de la entidad.
Patricia Robertson es integrante de grupo. Afirmó que al cerrarse la cooperativa, se destruye un modelo único de economía que surgió desde una comunidad y que sirve de ejemplo para otros lugares. Lo mismo señaló Elzbiete Jablonska, quien consideró a la institución como un proyecto humano el cual al cerrarse, dejaría a cientos de personas sin empleo.
Ella, al igual que Johana Sand, quien representa a los extranjeros dentro del comité organizado por los ahorristas, desconoce los motivos de la liquidación de la entidad. Sin embargo, sostuvo que su apoyo se enfoca en salvar a la cooperativa.
Peter Dudar vive desde hace un año y medio en la ciudad y sus depósitos no superan los $ 10 mil. Manifestó no sentirse preocupado por sus ahorros, pero sí por los campesinos, empleados y familias cuencanas. “Los agricultores son gente más importante”, dijo.
De acuerdo a Heredia, son tres las razones por las que sus clientes no quieren el cierre de Coopera. Entre ellas está el contar con tiendas que les permiten abastecerse con alimentos de alta calidad. “Ellos no quieren ir a los otros supermercados porque saben que no venden productos orgánicos, mientras que en los de la cooperativa sí los hay”, dijo.
A ello se suma la preocupación por los trabajadores. “La institución daba trabajo a 1.200 personas directamente y de manera indirecta, a 18 mil. Eso les intranquiliza porque la mayoría de ellos conoce a estos ciudadanos y son amigos, especialmente el personal de las tiendas”, precisó.
El abogado de los extranjeros manifiesta que estos no ven claridad en el proceso de disolución y liquidación.
Por ello planearon presentar una medida cautelar con la que buscan evitar la disolución de Coopera. Respecto a las condiciones de vida de los norteamericanos y canadienses, expresó que no es fácil. “Se piensan que como son gringos vienen con mucho dinero y no es cierto”, aseguró.
Resaltó que la mayoría de ellos son jubilados y reciben como máximo 2 mil dólares de pensión, lo cual no les alcanza para vivir en sus países de origen. “La gran mayoría de los 700 jubilados vendieron sus casas de Estados Unidos pagando hipotecas y quedándose con una diferencia de menos de $50 mil. Eso fue lo que depositaron”, puntualizó.
Dijo conocer casos de extranjeros que ya no pudieron pagar sus departamentos este mes.