Los exteriores del IESS, la oficina de los tramitadores
Antes de las 07:00 ya hay una fila de personas en la puerta principal del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Ellas madrugan para gestionar, a la brevedad posible, sus trámites.
A pocos metros de los usuarios hay otro grupo de personas que, con letrero en mano y sacando a flote su poder de convencimiento, ofrecen su ayuda para gestionar las diligencias que el Seguro Social exige para otorgar sus servicios.
Cuando los funcionarios inician la atención buscan ser eficientes, por ello entregan un pequeño papel con los pasos para realizar algunos trámites como la generación de una clave.
Rosa Angamarca, de 66 años, recibe el papel, pero admite que no entendió lo que le dijeron. “Cuando quise preguntar, la señorita dijo: siguiente”. Rosa sale del edificio público y enseguida cinco personas que portan carteles se acercan a ella para ofrecer su asesoría.
“¿Qué quiere, madre? ¿Hay algo en lo que le pueda ayudar?”, comenta sigiloso uno de los promotores de trámites que se agolpan en el lugar. El joven le habla bajito a la afiliada para que la competencia no se dé cuenta.
Rosa saca con temor el papel de su carterita de cuero y se lo muestra al joven, quien sin pensar dos veces la agarra de la mano. “Esto es fácil, vamos a la vuelta de la esquina y le ayudo”, esboza emocionado el venezolano Andrés Vera, quien se dedica a “jalar” clientes hace 4 meses, tiempo que permanece en el país. Junto a él hay más de sus compatriotas. Todos ofrecen el mismo servicio.
Los “jaladores” se ubican en los exteriores del IESS y llevan a los usuarios a locales en los que los tramitadores ofrecen asistencia en expedientes o en los papeleos en la página web. En la Caja del Seguro hay al menos 60 promotores de estos servicios: jóvenes, adultos, madres, solteros... El perfil es surtido.
En la calle Bogotá, aledaña al edificio estatal, se concentra otro grupo de tramitadores. Todos son ecuatorianos. Carmen Lara es una de ellos. La mujer, que se dedica a esa labor hace 5 años, comenta que, para evitar peleas con la gran cantidad de extranjeros que brindan el mismo servicio que ella, optó por ubicarse en esa vía.
Cuando el día está bueno, tramita entre 20 y 25 diligencias. Algunas, como el cambio de clave, cuestan $ 2, mientras que el trámite para solicitar un préstamo está valorado en $ 20.
Laura Quinteros, de 21 años, es ecuatoriana y vio en la actividad un empleo, luego de que postuló a la universidad y le asignaron a una institución en Guayaquil.
La joven contó que cada vez hay más personas que se suman a esta plaza laboral. A ella le afilian. Le pagan $ 12 por día si, mínimo, logra enganchar a ocho personas. Lo máximo que ha ganado en una jornada es $ 35. Trabaja de lunes a viernes, de 08:00 a 17:00 o, a veces, desde las 07:00.
En la actualidad, el IESS cuenta con 30.115 pensionistas por invalidez; 334.401 por vejez; 1.746 por discapacidad y 116.170 por montepío. Por eso la página del Seguro Social mantiene gran movimiento de usuarios que procuran cumplir con los procesos de afiliación. Según las cifras de la entidad, el sitio virtual recibe un promedio de 25.000 visitas diarias. (I)