Este viernes culminó la III Ronda de Negociaciones entre Ecuador y la Unión Europea (UE) en Bélgica, con una reducción significativa en las diferencias entre las partes, aunque sin un acuerdo concreto, informó la Comisión Europea.

La falta de un consenso pudo preverse desde el miércoles luego de las declaraciones de John Clancy, portavoz del comisario de Comercio europeo, Karel Du Gucht, en el sentido de que sería un “objetivo muy ambicioso” sellarlo esta semana. El organismo europeo consideró que siguen sobre la mesa “importantes temas” que, por el momento, impiden la incorporación de un acuerdo comercial multipartes para Ecuador, similar al suscrito por Colombia y Perú.

No obstante el ministro de Comercio Exterior, Francisco Rivadeneira, anunció su satisfacción por los logros alcanzados pues considera que hubo un importante avance “en relación a la ronda de Manta” en marzo.

Rivadeneira dijo que se prevé una reunión adicional antes de que inicien las vacaciones de verano en Europa en agosto, de tal manera que se llegue a un acuerdo más equilibrado. “No queremos apresurarnos”, sostuvo el funcionario al final de la cita.

Los equipos negociadores discutieron durante la semana varios temas, entre ellos contratación pública, servicios, acceso a mercados e indicaciones geográficas.

El martes, según la página web de El Ciudadano, el presidente Rafael Correa se mostró optimista por los avances, pero reiteró que, pese a lo flexible que pueda ser Ecuador, no se traspasarán las “líneas rojas”.

Correa se ha referido antes en estos términos a los temas de propiedad intelectual.

“No vamos a firmar un acuerdo a cualquier costo”, indicó el Mandatario durante su conversatorio de los martes con los medios de comunicación de Guayaquil.

El sector farmacéutico es uno de los que se mantiene más firme en su pedido de que el gobierno no acepte determinados requerimientos de la UE, como la protección de datos de prueba para medicamentos.

Miguel Palacios, director ejecutivo de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos del Ecuador (ALFE), dijo que este bloque incorporó ese requisito en los acuerdos con Colombia y Perú, y ahora lo discute con Ecuador.

De aceptarse esta exigencia se concederán 5 años más de protección a un medicamento, por lo que, en la práctica, se extiende la patente de un fármaco -que es de 20 años-, a 25, negándole al otro país la posibilidad de desarrollarlo a costos más bajos.

En el tema de las licencias obligatorias, como parte de la negociación con la UE, el IEPI (Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual) propone pagar una compensación, pero el sector farmacéutico no acepta esta posibilidad, pues la disminución en el precio al consumidor sería menos representativa.

En tanto, otro de los sectores que se ha mostrado preocupado por las condiciones europeas es el ganadero, frente a la posibilidad de que ingresen al mercado productos lácteos de esa procedencia.

Roberto Betancourt, jefe negociador ecuatoriano, ha reiterado, desde la primera ronda celebrada en enero, su compromiso de equilibrar las diferencias entre ambas economías bajo condiciones de equidad y reciprocidad.

La clave en esta negociación parecería ser conciliar posturas y determinar qué sería más conveniente para el país, cosa que de momento resulta complejo.

El Mandatario recordó el martes que de no llegar a un acuerdo con la UE, el país sufriría un impacto de $ 400 millones en las exportaciones. “Si no firmamos ese acuerdo, en diciembre perdemos las preferencias arancelarias”, puntualizó, y agregó que “no podemos ser ciegos”.