La edificación de hoteles en Guayaquil mantiene un nivel sostenido en los últimos ocho años. Cada dos o tres años se levanta un nuevo sitio de alojamiento en la urbe. Además, el turismo en el puerto principal experimenta un crecimiento anual aproximado del 7%.

La capacidad actual de hospedaje, de acuerdo con la Asociación de Hoteleros del Guayas (Ahotegu), es de 1.750 habitaciones para infraestructuras de 4 y 5 estrellas y de 600 recámaras para los de 3 estrellas.

Los proyectos, especialmente de franquicias norteamericanas (no se conoce de la llegada de europeas), continúan ejecutándose por valores que superan los $ 49 millones, solo en el caso del Wyndham (Pronobis), Holiday Inn (IHG) y City Hotel.

Estas estructuras, según los constructores consultados y personas vinculadas al sector, cuentan con la más alta tecnología en todas las etapas de la obra.

Ello va desde aspectos elementales como la misma varilla que se utiliza (debe ser antisísmica), hasta las seguridades electrónicas en los pisos y habitaciones, además de acabados de primera, pantallas de alta definición en los cuartos, sensores de calor y humo, la construcción de torres para estacionamientos, entre otros. 

Asimismo se considera otro tipo de elementos en estas obras como, por ejemplo, que tengan plantas de tratamiento de aguas servidas o que posean aparatos para el manejo de desechos sólidos y hasta de la grasa que sale de la  cocina. Todos estos valores agregados cuentan a la hora de realizar los planos de las edificaciones.

Los servicios extra que se implementan van más allá del gimnasio, el jacuzzi, el spa o la piscina, pues ahora deben tener centros de negocios para que los empresarios que están de paso por la ciudad no necesiten salir sino que concreten sus acuerdos comerciales en el mismo sitio  que se hospedan.

Gustavo García Caputi, vicepresidente de la Cámara de la Construcción de Guayaquil, afirmó que en la última década la ciudad ha adquirido una infraestructura hotelera importante.

Rememoró la época en que los hoteles más importantes de la ciudad eran el Continental y el Grand Hotel Guayaquil, pero posteriormente aparecieron el Oro Verde, el Hilton Colón, Four Points Sheraton, entre otros.

Destacó que los edificios de alojamiento más modernos poseen sistemas electrónicos sofisticados, lo cual dista de la manera en que se diseñaba anteriormente.

“Hay cambios radicales. Ahora las instalaciones hoteleras deben contar con Internet en todas las áreas, los accesos no son abiertos y a cada persona se le entrega una tarjeta electromagnética que le permite pasar solo a ciertos lugares”, explicó.

Para García, en la actualidad la competencia no es solo mejorar la infraestructura, sino también ofrecer buenos servicios, comodidad y precios razonables.

El ingeniero Ricardo Rodríguez, gerente de la compañía Jordisa Construcciones y Montajes Mecánicos y Civiles, recordó que todas estas obras monumentales se erigen cumpliendo exigentes normas internacionales y parámetros de alta calidad que antes no había.

“Se realizan rigurosos estudios del suelo, el entorno y otros, empleando las más modernas técnicas de la arquitectura y la ingeniería civil, similares a las que se aplica en obras de países más avanzados. Hasta el personal que trabaja es más calificado”, manifestó.

El urbanista y ex presidente del Colegio de Arquitectos del Guayas, Luis Gómez González, subrayó que si en el pasado una habitación tenía hasta 9 metros cuadrados ahora debe superar los 16 m2.

González añadió que, además de ser antisísmicas, las edificaciones deben guardar ahora una armonía con la naturaleza y el medio ambiente.