Entrevista / mauricio zanella / gerente general de poweron
“En el país hay artesanos que tienen magia en las manos”
Distribuir la riqueza es mejor que acapararla. Se trata de un concepto que podría romper esquemas empresariales ortodoxos pero que a Mauricio Zanella le ha dado resultados más que buenos. El éxito de este empresario de apenas 35 años sorprende por el tiempo que le llevó alcanzarlo. 3 años después de arrancar con su propia empresa de servicios para el sector petrolero y de energía, Poweron, pasó de una facturación de menos de $ 10 mil a casi $ 2 millones, y un crecimiento del 1.000%.
Le agrada dar detalles de cómo su emprendimiento se transformó en un caso de inédito en Ecuador, sobre todo porque confirma que el crecimiento se logra también con solidaridad e impulsando el desarrollo de otros.
Poweron ha logrado captar el 50% de su mercado y colabora en la ejecución de obras emblemáticas en Ecuador como Coca Codo Sinclair y con organizaciones como Petroamazonas EP. ¿Cómo fueron los inicios de su empresa?
Comenzamos 3 personas y uno de esos era yo, en una oficina de 40 metros donde solo cabía una alfombra. Tenía una computadora prestada de mi casa y una mesa. Empezamos sin capital, no venimos de familia pudiente, no tuvimos un herencia, lo que hicimos fue integrarnos con otras empresas que tenían la intención de ingresar en el mercado ecuatoriano y cada cual puso su parte.
Brindar servicios para sectores estratégicos está ligado con el proceso que vive actualmente Ecuador, ¿se aprovechó esta coyuntura?
Cuándo decidimos emprender en esta empresa aún no se preveía en Ecuador el desarrollo de proyectos como las hidroeléctricas. La gente puede decir bueno, el éxito es porque visualizaron el momento y aprovecharon, pero creo que ese es un concepto equivocado porque nunca habrá un momento oportuno, nosotros somos fieles creyentes de que la suerte como tal no existe, más bien es una combinación de oportunidad y conocimiento. Ahora evidentemente gracias a que el Gobierno ha impulsado estos proyectos hemos tenido mayor participación, pero si hubiéramos esperado, posiblemente hubiésemos llegado tarde.
Poweron es básicamente una empresa de servicios, ¿cómo se vinculó al desarrollo de Ecuador?
En 2011 desarrollé un proyecto de emprendimiento que dé solución a una necesidad que era la de brindar servicios integrales a los clientes de sectores de petróleo, minería, electricidad, y yo venía de una empresa muy relacionada sobre todo con el sector petrolero. Pero esta compañía únicamente distribuía y vendía bienes, no era una proveedora de servicios, y en ese momento el mercado comenzaba a demandar por ejemplo personal especializado, que operen sus propios equipos, que den mantenimiento, en otras palabras ir más allá de la provisión e instalar la máquina o efectuar la obra civil o mecánica. Entonces, Poweron lo que hace actualmente es dar facilidades temporales y permanentes a estos sectores.
Entonces ustedes ofrecieron un servicio inédito en el país...
En ese momento no había quien provea un servicio completo, nosotros llevamos personal para que opere equipos y fuimos inéditos en ese sentido, pero tampoco es que entramos por la ventana, tuvimos que luchar duro contra proveedores de mucha experiencia. El hecho de ser un mercado pequeño te lleva a ser más competitivo, a dar muchos valores agregados porque es difícil fidelizar al cliente.
El éxito fue rápido...
Nosotros conocíamos bastante bien el mercado y entonces lo que hicimos fue unir ideas con otras empresas, porque en Ecuador se tiene la errónea idea de que para qué le voy a dar el negocio a otro, si yo puedo tenerlo todo, pero esto es acaparar e incursionar en un segmento del mercado para el cual muchas veces no se está preparado. Nosotros hicimos incluso de las comunidades amazónicas nuestros principales proveedores.
¿Y de qué les proveen las comunidades?
Nosotros (para trabajar en la Amazonía) en lugar de hospedarnos en un hotel 5 estrellas hicimos alianzas con las comunidades para que hagan sus casitas más grandes y ya no tener 3 cuartos sino 5 y allí llegamos. Así es como se va contribuyendo, porque pudimos haber comprado nuestro propio terreno y hacer nuestro campamento. Lo que hacemos tal vez nos cueste más o nos genere menos rentabilidad, pero ganamos varias cosas, como por ejemplo que la comunidad esté comprometida con nosotros. También minimizamos el riesgo, porque en ocasiones cuando hay restricción de flujo en la economía, como ahora con el precio del petróleo tan bajo, eso lo repartimos y para todos se vuelve más sencillo.
¿Cree que el sector de servicios está suficientemente explotado en el país?
En general, la industria de servicios tiene potencial. Cuando uno va a cualquier sitio, hasta a un local de papas fritas en la esquina, le gusta sentirse atendido. Pienso que el buen servicio es lo que hace que la persona regrese mil veces más.
Los estudios dicen que Ecuador es un país emprendedor, pero que falta innovación, ¿está de acuerdo?
Creo que Ecuador tiene una capacidad de innovación de talla mundial, prueba de eso es que gran parte del software de multinacionales es creado por personas ecuatorianas, aun siendo algo no tan fácil. Comenzando por el tema de la “viveza criolla”, eso indica que la gente es innovadora, lo que hace falta es consolidarlo, formalizarlo, creer que en Ecuador se puede hacer negocios y no dejar las ideas en el papel.
Tal vez falta confianza y hay temor a equivocarse, pero los ecuatorianos debemos criticarnos eso y creer todos los días que se pueden hacer las cosas mejor. Nosotros nunca tuvimos miedo a equivocarnos porque creemos que de ellos se crece.
¿Qué impacto considera usted que tendrán estos proyectos estratégicos que construye el Gobierno?
Son positivos, independientemente de las decisiones que tome el Gobierno. Por ejemplo, en el tema de las salvaguardias uno tiene 2 caminos: criticar lo que se está haciendo o comenzar a emprender. Claro que el tema de flujo nos va a afectar a todos, pero es el momento para ser innovadores. En el país hay artesanos que tienen una magia en las manos que cualquier multinacional envidiaría, así como conocimiento y voluntad de trabajo. Hay que apostar por la producción nacional, miremos casos de países que han caído en grandes crisis como Japón, Italia, Alemania y Estados Unidos, luego de las Segunda Guerra Mundial, hay que creer que aquí también podemos hacer grandes cosas. (I)