El movimiento en las distribuidoras de licores ubicadas en las calles Eloy Alfaro y Manabí, en la zona de la Bahía de Guayaquil, fue ayer regular, como cualquier día de entre semana.

Una empleada del local Drink’s, de bebidas alcohólicas controlaba el ir y venir de las botellas que pasaban desde las perchas a cajas de cartón chocando una con otra, y una impulsadora  respondía a los clientes que preguntaban por algún producto en particular. “Las ventas han bajado”, manifestó. Al menos es lo que viene escuchando de sus jefes desde hace dos meses cuando ingresó a trabajar en el lugar.  

En 30 minutos aproximadamente, no llegaron más que una joven que compró 10 medias cajas de cigarrillo (con 10 unidades cada una), y una familia que preguntó por el precio de una caja de Budweiser de 20 unidades, pero en esta ocasión, los $ 28 no ingresaron a la caja registradora del negocio.

Claro, tampoco es el tiempo de mayor venta de licor -que es normalmente diciembre-, pero para Dora Arévalo, propietaria de la distribuidora Sánchez Arévalo, así fuera víspera de año nuevo las ventas no serían como antes.
La razón son los precios, aseguró. Solo la botella de Johnny negro pasó de un promedio de $ 35 a $ 75 en los últimos años.

La recesión que describen los distribuidores no parece completa, las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) muestran que los consumidores frecuentes de licor tienen sus formas de adquirirlos.  

El organismo estima que 900.000 ecuatorianos consumen alcohol, con un gasto mensual en hogares de $ 12’397.109. El 2,5% de la población de entre 12 y 18 años consume algún tipo de bebida de moderación, mientras que el 41,8% toma semanalmente.

De entre todas las bebidas, la cerveza es la favorita, pues en el país la consume el 79,2% de los aficionados al licor.

Un dato revelador es el perfil socioeconómico del consumidor. El INEC asegura que las personas de menos ingresos son las que destinan más dinero en este consumo, exactamente es el 56,04% de su gasto mensual.

Este segmento poblacional gasta $ 9,7 millones, frente a los hogares con más de 4 salarios básicos unificados, que gastan $ 7,6 millones.

Arévalo aseguró que esto lo nota cotidianamente.  “Las personas con más dinero compran en los duty free cuando viajan, y si vienen acá, es por algo específico que les hace falta. En cambio, los que llegan de barrios populares, incluso del campo, compran todo”, comentó.

Por ahora, lo que más se vende en esta distribuidora son cajas de licores nacionales con precios de entre $ 25 y $ 28. En el caso del cigarrillo, Ecuador tiene un consumo semanal de $1’212.917.

Recaudación en 2013

Tanto los cigarrillos como las cervezas, y demás bebidas alcohólicas, están gravados con el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE), un tributo que surgió, antes que el Impuesto al Valor Agregado (IVA), en 1999. Este ha tenido   modificaciones durante años para su optimización.

Según el Servicio de Rentas Internas (SRI), el año pasado se recaudaron $ 447’631.000 por el ICE en el país, de esta cifra el $ 98 millones corresponden al cigarrillo, $ 99 millones a la cerveza y $ 25 millones a bebidas alcohólicas, como whisky, ron, vodka, entre otros.

Actualmente, el Gobierno estudia una forma de imponer una carga tributaria a estos productos, así como a la comida considerada “chatarra”.

Aún se desconoce el mecanismo que se implementará en vista de la vigencia del ICE. Para ciudadanos como Carla Vargas, quien tiene una tienda de abarrotes en el centro de Guayaquil, esto no desincentivará el consumo de licor.